Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
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• Las relaciones de pareja se desarrollan más sanamente en un ambiente de amor, reciprocidad, respeto y confianza mutua.
• La cuestión es que no siempre comprendemos muy bien cómo identificar o incluso procurar estos elementos dentro de nuestra relación, con los efectos que ello ocasiona en su calidez y fortaleza.
• Hoy hablaremos del tema de la confianza y juntos habremos de descubrir por qué no es lo más sabio depositarla íntegramente en otra persona.
Formas en las que están asfixiando su relación, ¡atentos!
¿Qué es la confianza?
• Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.
• La confianza se basa en razones y evidencias (no tenerlas es tener fe)
• Es como una expectativa positiva sobre la conducta de otro.
• Pero que no deja de ser una expectativa.
¿Está bien confiar en otra persona?
• Es como preguntarse si está bien tener expectativas sobre otra persona. No está bien ni mal, pero el responsable de tus expectativas eres tú, no aquel en quien las depositas.
• Sin embargo, para poder relacionarnos sanamente con otra persona necesitamos sentir seguridad. De otra manera viviríamos con incertidumbre y ansiedad.
Lo que hay que entender es la naturaleza de la confianza:
• Es una creencia
• Se basa en una esperanza
• Depositas con tus expectativas la responsabilidad de tu bienestar en otro
• Uno no puede responder por la conducta futura de otra persona y asegurar más allá de toda duda que, pase lo que pase y sin importar qué, esa persona se va a comportar exactamente de la manera que lo hemos previsto de aquí a la eternidad
• Si el otro la traiciona te sientes ultrajado y desarrollas una mentalidad de víctima
• Cuando se rompe es muy difícil restablecerla
• Por eso otorgarla debería ser de manera gradual y con evidencia
• Si la otorgas muy rápido te puedes decepcionar
• Si desconfías de todos no te podrás vincular
¿Están viviendo con una pareja resentida? Escuchen esto
¿Qué diferencia hay entre confiar, controlar o perseguir?
Controlar es tratar de manipular la conducta de una persona para que se comporte de una forma que consideramos adecuada o conveniente para nuestros fines.
• Si tuvieras éxito en esto nunca sabrías si la conducta de la persona se debe a su genuina naturaleza o es resultado de tu manipulación.
• Si fuera el segundo caso, en cuanto tu manipulación deje de hacer efecto la persona tenderá a comportarse como le pegue la gana y eso puede no gustarte.
• La necesidad de control viene de una desconfianza básica sobre la otra persona.
• Acerca de cómo se comporte o qué o cómo haga algo.
• Mientras más intentos de control tengas hacia tu pareja, menor libertad le dejas en la relación y activarás en ella la reactancia.
• Es hacer lo opuesto a lo que se le pide con la finalidad de reafirmar su libertad de decidir y actuar.
Ejemplos de intentos de control:
• Que te tenga que pedir “permiso” para ir con amigos o que yendo le estés marcando para que ya vuelva.
• Que le prohibas hablar con ciertas personas o incluso que deje una amistad (porque a ti no te “conviene”).
• Lo que predomina en la conducta controladora es la ansiedad.
Perseguir es espiar lo que el otro hace, porque desconfías de él y quieres comprobar que es verdad lo que ya sospechas y más temes.
• No es una genuina sospecha, es una certeza disfrazada que (según tú) sólo necesitas comprobar.
• Mientras más persigas a tu pareja más acosada se sentirá y puedes generar el fenómeno de la “profecía autocumplida”.
• Puedes provocar que tus propias pesadillas se hagan realidad.
Ejemplos de conducta persecutora:
• Interrogar dónde estuvo, que hizo y quién más estaba
• Hurgar cuando no te ve su teléfono o redes sociales
• Marcar o mandar mensaje de improviso con el pretexto de que le extrañas pero tú sabes que era para ver qué tan rápido te contestaba o qué estaba haciendo
• Lo que predomina en la conducta persecutora es la paranoia
• Si no le descubres algo, eso no te hará pensar que es confiable, sólo que se ha vuelto más astuto o tuvo suerte y que, por lo tanto, tú debes estar más alerta.
Señales de que la ansiedad que están manejando no les está dejando nada bueno
Confiar nos acerca a un estado de paz y fortaleza interior
• Confiar en otro es estar consciente de sus fortalezas y debilidades y especialmente de su condición humana.
• No es convertirlo en una deidad blanca e infalible.
Se hace con los ojos bien abiertos, no desde el fanatismo o la necesidad ansiosa de querer creer:
• “Mi pareja nunca me va a engañar” no sería la frase correcta.
• “Yo pienso que nunca engañaría a mi pareja” es mucho más viable.
• Lo que predomina en la confianza es la seguridad.
¿Cómo sé si realmente confío en mi pareja?
• Si tienes confianza no sientes necesidad de espiar, dudar o sospechar que tu pareja está haciendo algo distinto a lo que se supone o te dijo que está haciendo.
• Si tienes confianza no te sientes inquieto, ansioso o desesperado por las conductas de tu pareja.
• Si tienes confianza tu relación transcurre en paz y te puedes permitir ser vulnerable porque sabes y sientes que tienes en ti la fortaleza necesaria
La verdad siento que no puedo confiar ¿qué hago?
Controlar o perseguir sólo te hará más ansioso y paranoico.
• Y muchas veces precisamente es lo que tu mente te pide hacer con más fuerza mientras más razones encuentras para desconfiar de tu pareja.
No se requiere depositar la confianza en un agente externo (en este caso otra persona), sino confiar en que tú tienes la capacidad de afrontar cualquier cosa que el otro haga o cualquier cosa que te suceda en la vida.
• Afrontar no es resignarse en silencio pasivo o hacer un drama.
• Es como sentir que tienes la capacidad de levantarte por duro que sea el golpe (sin ponerte para que te vuelvan a pegar).
• Esto devuelve el control de tu vida y de tu felicidad a ti mismo.
• Lo que debes asegurarte es de que puedes confiar en ti, en tus fortaleza de carácter y en tu capacidad de ser y elegir a la persona correcta.
¿Entonces el otro no importa para sentir confianza?
Claro que importa, pero más que una persona “confiable” debes buscar a una persona íntegra.
• La integridad es la alineación de palabras, conductas y valores, sin importar si alguien está observando o no.
• La integridad es una guía interna que nos regula sin necesidad de control o persecución externa.
Si tu pareja no te hace daño con lo que hace y hace lo que dice, sin importar si alguien se entera o no, entonces estás con la persona correcta.
• Si no es así, necesitas fortalecer tu confianza en ti mismo para poder tomar las decisiones necesarias si esa pareja no sabe corresponder y honrar con sus actos su relación.
