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Test: ¿Eres controlador en tus relaciones?

¿Eres controlador en tus relaciones? Puede que estés haciendo micromanagement con tu pareja, amigos y hasta familia.

julio 4, 2023

¿Eres controlador en tus relaciones? Puede que estés haciendo micromanagement con tu pareja, amigos y hasta familia.

Ahora sí, saquen papel y pluma porque nuestro Rockstar del Amor viene a ponernos un test del infierno para saber si eres controlador en tus relaciones.

¿Alguna vez has sentido que necesitas tener todo bajo control? ¿Te inquieta la idea de que las cosas no salgan exactamente como las planeaste? Vamos juntos a explorar un tema que toca a muchos, pero que pocos se atreven a enfrentar o incluso a reconocer: ¿Eres controlador en tus relaciones?

¿Eres controlador en tus relaciones?

Ser un “Control freak” o simplemente alguien controlador no es solamente querer tener las cosas a nuestra manera. Es una tendencia a imponer nuestra voluntad sobre los demás, a querer dirigir cada situación según nuestros términos y a sentir ansiedad cuando las cosas no salen como esperábamos. Es una lucha constante por mantener el control, incluso cuando no es necesario o saludable.

¿Pero no es normal querer tenerlo?

Todos tenemos una necesidad natural de control. Queremos sentir que tenemos cierto dominio sobre nuestras vidas, nuestras decisiones y, a veces, incluso sobre las personas que nos rodean. Pero, ¿qué sucede cuando esta necesidad de control se vuelve excesiva? ¿Cuándo se convierte en un obstáculo para nuestra felicidad y la de los demás?  Es cuando se vuelve un problema para la vida y para nuestras relaciones.

Test para medir tu necesidad de controlarlo todo

Responde estas 10 preguntas con honestidad, eligiendo a, b o c según con la opción que estés más de acuerdo:

  1. Cuando estás en un grupo, ¿cómo te sientes si no estás a cargo?
    1.  Aliviado, prefiero que alguien más tome las decisiones.
    2. Indiferente, no me importa quién esté a cargo.
    3. Incómodo, prefiero tener el control de la situación.
  2. Si un proyecto o tarea no sale exactamente como lo planeaste, ¿cómo reaccionas?
    1. Me siento frustrado y decepcionado.
    2. No me afecta mucho, las cosas no siempre salen como uno espera.
    3. Me siento ansioso y molesto.
  3. ¿Cómo te sientes cuando las personas no siguen tus consejos o instrucciones?
    1. No me importa, cada quien tiene derecho a tomar sus propias decisiones.
    2. Un poco frustrado, pero entiendo que tienen su propia forma de hacer las cosas.
    3. Muy molesto, siento que no valoran mi opinión o experiencia.
  4. Cuando delegas una tarea, ¿cómo te sientes?
    1. Tranquilo, confío en la capacidad de los demás.
    2. Un poco ansioso, pero sé que es necesario delegar.
    3. Muy ansioso, prefiero hacer las cosas yo mismo para asegurarme de que se hagan bien.
  5. ¿Te encuentras a menudo corrigiendo a los demás porque sientes que su forma de hacer las cosas no es la correcta?
    1. No, cada quien tiene su propia forma de hacer las cosas.
    2. A veces, si creo que puedo aportar algo útil.
    3. Sí, a menudo siento que mi forma de hacer las cosas es la mejor.
  6. ¿Sientes la necesidad de tener un plan detallado para todo lo que haces?
    1. No, me gusta ser espontáneo y flexible.
    2. A veces, depende de la situación.
    3. Sí, me siento ansioso si no tengo un plan.
  7. ¿Cómo te sientes cuando las cosas cambian inesperadamente?
    1. Excitado, me gusta la novedad y la sorpresa.
    2. Un poco incómodo, pero puedo adaptarme.
    3. Muy incómodo, prefiero cuando las cosas siguen un plan.
  8. ¿Te resulta difícil confiar en los demás?
    1. No, confío en las personas hasta que me demuestran lo contrario.
    2. A veces, depende de la persona y la situación.
    3. Sí, prefiero confiar en mí mismo.
  9. ¿Cómo te sientes cuando alguien te contradice?
    1. No me molesta, valoro las diferentes opiniones.
    2. Un poco incómodo, pero puedo manejarlo.
    3.  Muy molesto, siento que no valoran mi opinión.
  10. ¿Te resulta difícil soltar el control en situaciones de tu vida?
    1. No, estoy cómodo dejando que las cosas fluyan.
    2. A veces, depende de la situación.
    3. Sí, me resulta muy difícil soltar el control.

Los resultados son…

10-16 puntos – El Navegante Flexible: Como un velero en el océano, te dejas llevar por las corrientes de la vida, ajustando tus velas cuando es necesario, pero sin luchar contra el viento. Tu flexibilidad te permite disfrutar del viaje, confiando en tu capacidad para manejar cualquier oleaje que la vida te presente.

17-26 puntos – El Equilibrista: Te mueves con gracia en la cuerda floja de la vida, manteniendo un equilibrio entre el control y la aceptación. Eres consciente de que cada paso puede oscilar, pero confías en tu habilidad para mantener el equilibrio. Sabes cuándo tomar las riendas y cuándo dejar que las cosas sigan su curso.

27-30 puntos – El Amo del Control: Como un general en el campo de batalla, planeas cada movimiento con precisión y esperas que cada orden se ejecute al pie de la letra. Tu necesidad de control puede darte una sensación de seguridad y poder, pero también puede ser rígida e inflexible, generando conflictos y estrés. A veces hasta quieres fusilar al que no hace las cosas como tú quieres. Quizá lo que no has aprendido es que a veces la estrategia más sabia es adaptarse y moverse con el cambio.

¿Por qué existe una necesidad desmedida en algunas personas?

Vamos a mencionar como número uno algo que ya he venido mencionando con anterioridad y luego veremos otras causas importantes:

  1. Ansiedad: La ansiedad puede llevar a las personas a sentir la necesidad de controlar su entorno para manejar su estrés y preocupaciones. Al controlar a los demás, pueden sentir que tienen un cierto grado de control sobre las cosas que les causan ansiedad.
  2. Inseguridad y baja autoestima: Controlando traten de sentirse más seguras y valiosas. Al controlar a los demás, pueden sentir que tienen un cierto grado de poder y control sobre su entorno, lo que puede ayudar a aliviar sus propios sentimientos de inseguridad.
  3. Miedo al abandono o al rechazo: Al controlar a los demás, pueden sentir que pueden prevenir el abandono o el rechazo al asegurarse de que las personas hagan lo que ellas quieren.
  4. Trauma o experiencias pasadas: Como una forma de protegerse a sí mismas. Al controlar a los demás, pueden sentir que pueden prevenir que ocurran experiencias negativas similares en el futuro.
  5. Necesidad de perfección: Esto te hace querer que todo se haga de una manera específica. Sienten que el control les puede asegurar de que las cosas se hagan de la manera que ellas quieren, aunque en muchas ocasiones esto no resulta así.
  6. Trastornos de la personalidad: Algunos trastornos de la personalidad, como el trastorno límite de la personalidad o el trastorno de personalidad narcisista, pueden llevar a comportamientos controladores. Estos trastornos a menudo implican problemas con el control de los impulsos y la regulación emocional, lo que puede llevar a comportamientos controladores.

¿Qué cómo afecta esto a tu vida?

Ser controlador puede tener un impacto significativo en nuestras vidas y relaciones. Puede crear tensión y conflicto con los demás, ya que las personas a menudo resisten ser controladas. También puede llevar a la ansiedad y al estrés, ya que mantener el control en todo momento es una tarea agotadora. Además, puede impedirnos disfrutar plenamente de la vida, ya que estamos constantemente preocupados por lo que podría salir mal en lugar de disfrutar de lo que está yendo bien.

¿Hay remedio?

  • Autoconciencia: El primer paso para cambiar cualquier comportamiento es reconocerlo. Presta atención a tus patrones de pensamiento y comportamiento. ¿Estás constantemente tratando de controlar las situaciones y a las personas a tu alrededor?
  • Aceptación: Aprende a aceptar que no puedes controlar todo. La vida es incierta y eso está bien. Aceptar la incertidumbre puede ser liberador.
  • Practica la flexibilidad: Intenta ser más flexible en tus expectativas y planes. Permite que las cosas fluyan naturalmente en lugar de tratar de forzarlas a seguir un camino específico.
  • Manejo de la ansiedad: La ansiedad puede ser un factor importante en la necesidad de control. Aprender a manejar la ansiedad puede ayudar a reducir la necesidad de control. Hay muchas técnicas que puedes aprender correctamente y utilizar para aprender a desacelerar y hacer de tu vida algo más habitable. Técnicas de respiración, relajación o incluso buscar ayuda profesional suele ayudar.
  • Desarrollo de habilidades de resolución de conflictos: A veces, la necesidad de control puede surgir de un miedo al conflicto. Desarrollar habilidades de resolución de conflictos puede ayudarte a sentirte más cómodo con el desacuerdo y reducir la necesidad de controlar a los demás.
  • Practica la empatía: Trata de entender las perspectivas de los demás. Esto puede ayudarte a soltar la necesidad de controlar a los demás y a aceptar que las personas tienen derecho a sus propias opiniones y decisiones.

En conclusión

En la vida, hay pocas cosas que realmente podemos controlar. No podemos controlar las acciones de los demás, los eventos del mundo o incluso muchos aspectos de nuestras propias vidas. Pero hay una cosa que siempre podemos controlar: nuestra respuesta a las cosas. Podemos elegir aceptar la incertidumbre, abrazar la flexibilidad y practicar la empatía.

Podemos elegir dejar de luchar por el control y, en cambio, buscar la paz en la aceptación. Al final del día, el verdadero control no se trata de dominar el mundo a nuestro alrededor, sino de dominar nuestro propio mundo interior; eso sí que es todo un reto.

Fuente: Mario Guerra. Psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor.

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