Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra
La culpa es un sentimiento negativo y muy desagradable para la mayoría de las personas.
Evolutivamente el propósito de sentirla es buscar reconocer, reparar y pedir perdón acerca de una falta cometida, con la finalidad de restaurar nuestro valor social y volver a formar parte de un sistema de relaciones. Sin embargo, así como hay personas que pueden no experimentarla, hay otras que no toleran su experiencia y no sólo la catastrofizan, sino que se apresuran ansiosamente a hacer lo que sea con tal de no sentirla. ¿Qué es y cuáles son los costos de ser intolerante a la culpa?
¿Qué es la culpa?
Un sentimiento negativo que experimentan las personas cuando evalúan que han violado una norma o código moral social o personal.
Esto independientemente de que tal violación sea real o percibida.
Se compone de una sensación de
Arrepentimiento (desearía no haber actuado así) y
Remordimiento (me siento muy mal por lo que hice), así como
Tristeza (por sabernos capaces de dañar o el efecto en otros de nuestro daño) y
Enojo (por haber dañado).
Pero en la culpa también se involucra el
Miedo
A las consecuencias que la transgresión puede tener sobre nuestra reputación, imagen o valor social
Ante nosotros mismos (provoca vergüenza o baja la autoestima) o
Ante los otros (peligro de exclusión del sistema social).
La culpa es socialmente aprendida porque no existe sin códigos o normas creados que violar.
La sociedad determina qué conductas son las adecuadas y cuáles no.
En las sociedades polígamas no se siente culpa, y no se culpa a otros, por tener más de una pareja a la vez, por ejemplo.
Escucha el podcast: Culpa mórbida
¿Por qué se experimenta como algo tan desagradable sentirla?
Diferentes teorías afirman que sentir culpa nos limita a ejecutar conductas que nos lastimen de manera personal o social.
Es desagradable precisamente para que evitemos sentirla o busquemos rápidamente salir de ella.
La culpa nos mueve a reparar, pedir perdón o incluso a auto perdonarnos cuando lo anterior no es posible o suficiente.
¿A qué podemos llamar “Intolerancia a la culpa”?
Es también conocida como sensibilidad a la culpa.
Es la evaluación altamente negativa hacia los sentimientos de culpa, al grado de provocar ansiedad y buscar evitarlos a cualquier precio.
Es la percepción subjetiva de que la culpa es muy amenazante, en mayor medida que para la mayoría de las personas, lo que la hace intolerable.
Cualquier acción, pensamiento o impulso que pueda inspirar culpa provoca una extrema ansiedad y se busca a toda costa «limpiarse» de ella.
Incluso se puede creer de manera irracional que se está en constante riesgo de poder dañar a otros con cualquier conducta u omisión.
¿Por qué pasa?
Incapacidad de aceptar la incertidumbre.
Como no esperar a realizar una evaluación objetiva acerca de si eres o no culpable, optas por ir a la “segura” y asumes la culpa de lo que sea con tal de buscar de inmediato eliminarla.
Ansiedad
Hay una correlación importante entre la intolerancia a la culpa y algunos procesos ansiosos
Hiperresponsabilidad
Cuando desarrollaste la creencia o aprendiste que tú eras muy responsable por cualquier cosa que pasara en tu familia, vivías en constante amenaza y siendo culpado (y posiblemente castigado) de manera constante.
Esto provoca en ti una especie de trauma en donde ya no cuestionas las responsabilidades que aceptas o asumes con mucha facilidad y quieres evitar fallar para no re experimentar la culpa que aprendiste a tener.
¿Qué efectos produce la intolerancia a la culpa en nuestras vidas?
Aceptas peticiones o situaciones que no te gustan porque para ti todo es más soportable que la culpa que sientes de decir que no o lastimar los sentimientos de alguien si no accedes.
Te culpas hasta por lo que no hiciste.
Recordemos que la culpa tiene un componente objetivo y otro subjetivo.
Hay quien teniendo culpa no la siente.
Y quien sintiéndola no la tiene.
Te apresuras a pedir perdón, sólo por liberarte del sentimiento.
Pero eso no te da tiempo ni al reconocimiento pleno de lo ocurrido con lo cual no tienes oportunidad de cobrar conciencia para aprender y así poder reparar de manera genuina.
Podrías pagar un precio muy alto por obtener un perdón.
Es un poco como la ley de la oferta y la demanda. Si tu necesidad es mucha y la oferta es poca, el precio del perdón se hará más elevado.
Por ejemplo, si te topas con un abusador o manipulador, identificará en ti esta debilidad y buscará explotarla para su beneficio.
Recordemos que con tal de liberarte de la culpa, estás dispuesto hasta aceptar que la tienes cuando no.
Te auto castigas.
Si no encuentras redención, perdón o posibilidad de reparación, lo que te queda para expiar tu culpa tomando el castigo por tu propia mano.
Te puedes castigar haciendo algo que te dañe, dejando de hacer algo que te beneficia o privándote de algo que te gusta.
¿Deberíamos aspirar a anular los sentimientos de culpa?
No, pero deberíamos buscar aprovechar la oportunidad que nos ofrece sentirla
Evitar: Conductas que dañen
Reparar: De alguna manera el daño hecho (a otros o a nuestra reputación o imagen) o a nosotros mismos, con cambios de actitudes, creencias o conductas y ajustes a nuestra escala de valores.
Pedir perdón: A quien hayamos podido haber lastimado
Esto independientemente de que el otro decida perdonarnos, porque puede estar presente o ausente en nuestras vidas.
Auto perdonarnos.
Cuando no se puede reparar o recibir un perdón de alguien, se puede, tras reconocer la falta cometida y el daño causado, buscar perdonarnos a nosotros mismos siendo compasivos e indulgentes, más no complacientes.
De lo que se trata es de evitar sus efectos más dañinos.
Como la culpa tóxica, que es la que se siente sin tenerla o como cuando se experimenta una responsabilidad desmedida por algo que ha ocurrido.
O la culpa que nos conduce a la humillación o sumisión.
¿Qué podemos hacer?
Ajustar tus expectativas personales acerca de tu responsabilidad.
Realiza una evaluación y actúa:
Si eres culpable,
Reconócelo.
Luego pide perdón
Después repara si es posible
Perdónate a ti mismo siendo compasivo e indulgente, especialmente si no te han perdonado o no es posible reparar.
Si no eres culpable, o habiendo hecho lo anterior, aún sientes que lo eres:
Busca tolerar un poco más el sentimiento de culpa antes de apresurarte a actuar para eliminarlo.
Literalmente demora el actuar para liberarte de la culpa, así sea unos minutos cada vez de manera incremental.
La idea es que tu mente aprenda que sentirse culpable sin serlo no es objetivamente peligroso.