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¿Existen personas con mala vibra?

¿Es mala vibra, mala energía, qué hacemos, convivimos con ellas o cero?

diciembre 15, 2020

Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
TW: @marioguerra

Hay personas que con su sola presencia evocan en nosotros paz y serenidad. Otras, por el contrario, evocan inquietud, malestar e incluso molestia.  No es la forma de comportarse, por eso justamente se dice que es con su sola presencia. ¿Entonces qué hace que esto ocurra y que nos mueva a catalogar a ciertas personas como de “mala vibra” o “buena vibra”? ¿Es una cuestión energética o se puede explicar de una manera más concreta?.

¿A qué podemos llamar mala vibra?
Se dice que una persona tiene “mala vibra” cuando produce, con su sola presencia, una sensación desagradable o de incomodidad a las demás personas.  A veces se puede observar en esa persona una actitud negativa.
Hay quien habla en este concepto de energías negativas u otras cuestiones metafísicas para explicar el fenómeno.

¿Qué dice la ciencia al respecto?
¿Es una persona capaz de provocar incomodidad, molestia o hasta enojo en otras personas con su sola presencia?
La respuesta es sí. Sólo que el nombre que se asigna a este fenómeno es el de “Presencia afectiva negativa”
Un estudio publicado en el año 2010 en la revista “Ciencia psicológica” (Psychological science) por los doctores Noah Eisenkraft y Hillary Elfenbein, define a la presencia afectiva como el grado de influencia predecible que una persona tiene en otros estados de ánimo de la gente.
Cuando los estados de ánimo que produce son negativos, es cuando hablamos de presencia afectiva negativa.
Digamos que nuestra presencia afectiva es como la huella que dejamos en los demás con nuestra mera presencia.

¿Entonces estas personas contagian a las demás de su mal estado de ánimo?
No necesariamente.  Es verdad que las emociones pueden ser contagiosas, pero la presencia afectiva es un efecto que sucede independientemente del estado emocional de la persona.
Por ejemplo, una persona con una presencia afectiva positiva puede estar ansiosa o triste y aún así hacer que las personas a su alrededor se sientan bien.  Por el contrario, una persona de presencia afectiva negativa pueden estar alegres y relajados y aún así provocar malestar en los otros.

¿Una persona puede darse cuenta del efecto que provoca en los demás?
La mayoría de la gente no sabe cuál es su propio rasgo de presencia afectiva.
No es muy fácil de detectar, porque no puedes verte a ti mismo desde afuera como te van los demás (no es sencillo ser un actor-observador objetivo).
Estas personas simplemente son molestas, lo que no significa que estén molestos todo el tiempo, por eso les cuesta identificar eso que les pasa.

¿Pero qué no deberían notarlo por la reacción de los demás para con ellos?
Normalmente sí, pero también es cierto que los rasgos de personalidad que parecen ser comunes a las personas con una presencia afectiva negativa son baja empatía y alta extraversión.  Es decir, no se preocupan mucho por notar lo que los demás están sintiendo y son personas extrovertidas, lo que los aleja un tanto de la introspección, e incluso hace más notorio lo que provoca malestar en los demás.
A las personas que son poco amables no les importa mucho cómo se sienten los demás y no muestran un interés genuino por los demás. También tienden a ser muy competitivos y en algunos casos pueden ser bastante manipuladores.

¿Por qué pasa esto?
Las investigaciones realizadas hasta el momento no han encontrado qué es exactamente lo que hacen las personas para afectar negativamente a otras con su presencia.
Las hipótesis vigentes señalan que parecería ser algo en su actitud y señales no verbales que sutilmente tiende a ser de manera encubierta poco cálidas y amables.
No significan que sean rudos o groseros, porque eso abiertamente explicaría el por qué, sino es como si les faltara un poco de empatía, amabilidad y calidez al grado que inconscientemente puede ser detectada por otros.
Otra hipótesis es que estas personas son incapaces de autorregular sus emociones y que, aunque internamente se sientan tranquilos, han aprendido a ocultar o reprimir sus emociones negativas por resultarles intolerables o desagradables, pero al ser muy fuertes, emiten como destellos de que algo no es congruente en ellos y que las demás personas pueden percibir.
Es como si no fueran personas auténticas o como si ocultaran algo.
Lo que sí sabemos es que hay personas con una fuerte presencia afectiva (tanto positiva como negativa) y otras que realmente no hacen diferencia en el estado de ánimo de los demás.

¿Cómo afecta la vida de alguien tener esta presencia afectiva negativa?
No suelen despertar el interés romántico de otras personas; al menos no con facilidad (les cuesta tener pareja).
Suelen ser vistos como personas aburridas.
Son impopulares.
En el trabajo, los colegas y colaboradores no colaboran bien con ellos y no comparten información ni sus ideas.
Dan desconfianza.
Las personas no se sienten seguras con ellos.

¿Por qué sería importante hacer algo para mejorarla si la persona afirma sentirse bien?
Porque somos seres sociales y este distanciamiento y desagrado de los demás al final pasa factura en nuestras vidas con soledad, aislamiento y rechazo.
Hay un proverbio que dice que la gente puede olvidar lo que dices, puede olvidar lo que haces, pero nunca olvidará la manera en que los hiciste sentir.

¿Hay algo que se pueda hacer?
Como se trata de un rasgo de personalidad, esto tiende ser muy estable a lo largo del tiempo y complejo de tratar. Pero no por esto hay que darse por vencido.
Cada uno debería de ocuparse de tratar de entender cuáles son las cosas que necesitamos elaborar o acomodar en nuestras vidas, en vez de arrojarlas abajo del tapete.
Una buena vía para empezar a trabajar con esto es buscar desarrollar una mejor autoestima (genuina), una mayor inteligencia emocional (para poder identificar lo que sienten  ellos mismos y lo que hacen sentir a otros) y desarrollar habilidades de autorregulación emocional, para reconocer y gestionar mejor la forma de expresar las emociones.
Sin embargo, mientras esto sucede, hay algunas cosas muy concretas que podemos hacer:
Desarrollar un real interés por las personas, no sólo querer quedar bien.
Ayudar a las personas a ser conscientes de sus fortalezas.
Mostrar respeto por lo que sienten los demás, en lugar de querer animarlos a como dé lugar.
Sostener conversaciones con otros donde no seas sólo tú el que habla, sino que también realmente escuches la historia que el otro quiera contarte.

Para saber más:
Berrios, R. et. Al. (2015) Why Do You Make Us Feel Good? Correlates and Interpersonal Consequences of Affective Presence in Speed-dating.Eur J Pers; 29(1): 72–82.
Eisenkraft N, Elfenbein HA. The Way You Make Me Feel: Evidence for Individual Differences in Affective Presence. Psychological Science. 2010;21(4):505-510.

diciembre 15, 2020