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2024-11-19 23:44:10

Generosidad

Sobre la generosidad, no mucho se habla y, lamentablemente, no siempre se practica por las razones o de la manera adecuada.

diciembre 13, 2016

Mario Guerra
Tanatólogo
Consulta a nuestro especialista

• Estamos ya terminando el año y mucho repetimos los conceptos paz, perdón, gratitud y buena voluntad.
• Pero hasta dónde realmente los integramos y qué tanto sólo los repetimos más como una buena intención que como una realidad.
• Lo mismo pasa con la generosidad, de la que no mucho se habla y, lamentablemente, no siempre se practica por las razones o de la manera adecuada.
• Tomemos como pretexto estas fechas pues para hablar de algo que nunca deberíamos olvidar.

¿Qué es la generosidad?

• Es el hábito de dar o compartir a los demás, más allá de lo que se debe o de lo que se necesita.
• Para muchos es una virtud.
• Pero no es tan simple; depende mucho de cuánto valores lo que des y con qué intención lo hagas:

Quién es más generoso:

• Una persona da a un pobre 1000 pesos
• Otra le da 500

Ahora bien:

• La que le dio 1000 gana 10,000 al mes.
• La que le dio 500 gana 1,000 al mes

Pero luego:
• La que le dio 1000 no espera nada a cambio.
• La que le dio 500 a continuación le pide que le haga un favor.

Después:
• La primera se marcha y no lo vuelve a ver jamás.
• La segunda le pide el favor, que consiste en que, al siguiente mes, se vean en el mismo lugar para darle de nuevo 500.

Finalmente:
• El primero nunca cuenta a nadie lo sucedido.
• El segundo le cuenta a todos sus conocidos su acción.

¿Es lo mismo ser altruista que generoso?

• Parece que no exactamente.
• Altruismo: Procurar el bien ajeno aún a costa del propio.
• Generosidad: Ofrecer a alguien más de lo que espera o requiere.

Escucha el podcast: El Agradecimiento 

El espíritu de la generosidad

• ¿Es necesario que para que la generosidad sea auténtica haya cierto sacrificio y se haga de manera absolutamente anónima y desinteresada?
• Es difícil que haya un consenso en esto. ¿Importa más la intención o la acción?
• El espíritu de la generosidad tiene que ver con una actitud en donde se demuestra un interés continuo en facilitar la vida, dar mayor comodidad o felicidad a otros.
• No hay obligación, sino libertad.
• Aunque la generosidad suele ir más allá de la obligación.
• No hay deseo de recompensa, sino de ver feliz a otro.
• Aunque hacer al otro feliz me haga feliz a mí y ahí está mi recompensa.
• No hay sacrificio, sino una plenitud interior.
• Aunque disponga de mis recursos, renovables o no, en dar algo a otro.
• No es un acto automático, hay conciencia, voluntad y disposición.
• Puedes hacerle una taza de café a tu pareja para el desayuno, pero si lo haces de manera automática, no estás siendo generoso, sino respondiendo a un hábito.
• Necesitas hacer lo que hagas porque lo deseas, no porque te toca.
• No es un hacer por hacer, sino tener empatía a las necesidades del otro.
• Ves a un niño de la calle y le das un pan porque asumes que si le das dinero lo usará para algo indebido y un pan seguro satisface una necesidad suya que es comer ¿no?
• Pero si lo que te pide es dinero y tú le das lo que tú crees que necesita, ¿eso es generosidad?
• Es necesario medir el impacto que se hace en la vida del otro con un acto de generosidad.
• Aunque muchas veces esto no resulta posible en un acto de generosidad aislado con un desconocido
• Tendríamos que comprometernos sistemáticamente con una causa.

Escucha el podcast: La gratitud 

¿Entonces la generosidad debe ser ilimitada?

• No necesariamente. Una actitud y forma de relacionarse sana establece límites tanto en el dar, como en el pedir.
• Nunca se podrá ser suficientemente generoso a los ojos de quien todo necesita o quien cree que todo lo merece.
• La generosidad no es abnegación.

Generosidad y gratitud: Dos grandes aliadas.
• La gratitud es la recompensa de la generosidad, así como la generosidad promueve la gratitud.

¿Se nace o se aprende a ser generoso?

• Parece ser que nacemos generosos y aprendemos a no serlo.
• El Dr. Paul J. Zak, director del centro de neuroeconomía de la U. de Claremont, ha realizado con su equipo investigaciones profundas acerca de las causas y consecuencias neurológicas de la generosidad.
• En gran parte la generosidad está mediada por al oxitocina.
• Ser generoso activa los circuitos de recompensa en el cerebro.
• Porque genera conexiones sociales con otros.

¿Por qué aprendemos a no serlo?

• Experiencias pasadas.
• Donde presuponías reciprocidad.
• Aprendizajes de la infancia.
• Creencias distorsionadas

¿Eres lo suficientemente generoso para…?

• Perdonar.
• Escuchar sin defenderte.
• Tener paciencia con el que está aprendiendo, aunque tú puedas hacerlo mejor o más rápido.
• No voltear la cara cuando alguien necesita ayuda, aunque no sea tu obligación.
• Dar parte de tu tiempo para acompañar a alguien que lo necesita.
• Hacer o dar un poco más de lo que se espera de ti con tu pareja, tu familia, tu trabajo o tu país.

diciembre 13, 2016