Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
TW: @marioguerra
Acaba de iniciar otro año y es natural mirar para atrás y hacer un balance y mirar hacia adelante y hacer planes. Pero en el amor, ¿qué pasa cuando lo que dejamos atrás no es tan bueno y vemos que lo que se avecina puede ser más de lo mismo? Peor aún, ¿por qué hay parejas que, pese a todo, su relación parece funcionar y la tuya, a pesar de todo lo que haces, simplemente parece estarse desmoronando? A veces culpamos al destino, pero hay un gran porcentaje de influencia en nosotros para que, mediante nuestros actos, voluntad y actitudes, una relación vaya en ascenso o en picada. ¿Qué nos dice la ciencia que es lo que más influye en el éxito de una relación?
La situación
Cuando una relación va bien, nadie se pregunta por qué otras van mal. Cuando una relación va mal, la pregunta constante es ¿cómo hacen los otros para que les vaya tan bien? y a veces surge la pregunta ¿qué estamos haciendo mal?
¿Por qué algunas relaciones de pareja parecen funcionar tan bien de forma natural y otras, a pesar de los esfuerzos invertidos (al menos por uno de los dos), todo parece desmoronarse?
¿Mala suerte, desinterés, diferencias en personalidad o incompetencia?
Explicaciones puede haber muchas. Desde los que dicen que no nacieron para el amor, que eso de las relaciones es muy complicado (lo mismo dicen algunos del álgebra, pero porque no la entienden).
Otros nomás quieren sentir que están en una relación, pero no están en mucha disposición de invertirle y ahí la van manteniendo nomás pa’que no se seque tan pronto. Como a quien le gustan las plantas y las flores, pero verlas, no cuidarlas.
Hay quien no tiene idea y se queda en las mismas esperando que ocurra un milagro o ya dejando las cosas a la descomposición natural que sucede cuando algo ya no está funcionando.
¿Qué nos dice la ciencia?
Se han realizado muchos estudios alrededor de la idea de descubrir qué es lo que hace a las relaciones de pareja exitosas.
Pero un estudio publicado en el 2020 en la revista “Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias” (PNAS) de los EEUU y donde participaron 31 investigadores liderados por la Doctora Samantha Joel, de la U. de Western Ontario, revelan, según un análisis realizado por aprendizaje automático (Machine learning), el resultado de 43 estudios longitudinales de relaciones de pareja y nos ofrece uno de los informes más sólidos a gran escala con los que contamos hasta ahora acerca de los predictores de una buena calidad de relación.
Un hallazgo central
Una idea muy generalizada es la de elegir o estar con la persona “correcta”. Con este idea en mente muchas personas invierten gran cantidad de energía en querer cambiar a su pareja para que se amolde a su modelo “correcto” de lo que se supone que debería de ser una buena pareja.
El estudio descubre que este no es el factor más importante. La Dra. Joel afirma que «cuando se trata de una relación satisfactoria, la relación que se construye es más importante que la pareja que se elige».
Dicho en otras palabras, una persona imperfecta puede ser buen material para la construcción de una buena relación, siempre que eso sea así para ambos. Es decir, que la relación que tengan ambos los haga sentir satisfechos.
Es la dinámica de la relación en sí misma, y no los individuos que forman la relación, lo que parece ser más importante para la calidad de la relación
La buena noticia acá es que no tendría necesariamente que cambiar de pareja para ser feliz, sino cambiar la manera en que te relaciones con tu pareja.
Más allá de esto, el estudio se centró en buscar factores comunes de éxito en las relaciones y esto fue lo que encontraron…
¿Cuáles son algunos de los elementos que auguran una buena relación?
Nivel de compromiso percibido.
Lo que una persona invierte en una relación porque tiene el deseo de quedarse.
A mayor nivel de compromiso, mayor inversión de recursos en una relación.
Afecto, tiempo, interés… una visión de futuro compartido.
El bajo nivel de compromiso hace que una persona prefiera invertir la mayoría de sus recursos en cualquier otra parte.
Otra relación, el trabajo, los videojuegos, otros intereses personales.
¿Qué hacer?
Si deseas quedarte en esa relación, habla de un futuro compartido, construyan algo cada uno para sí y que eso los lleve a construir una vida juntos. Dedica tiempo de calidad a tu relación; no tienes que abandonar otros intereses, pero lo que importa es que cuando estás, estés. Esto es especialmente cierto cuando tu pareja te lo solicita o cuando hay problemas.
Apreciación.
Esto implica sentir que tu pareja está interesada por tí, que hace un esfuerzo por comprender tus puntos de vista, que valora lo que haces, te valora como persona y tus opiniones.
Valorar al otro es dejarlo que te cuente o exprese sin corregir, aconsejar, aleccionar, regañar o querer cambiar.
Recuerda que cuando quieres cambiar al otro es como si quisieras relacionarte más con la idea de lo que tú dices que debería de ser esa persona y no con quien realmente es.
Todo esto se refleja en palabras y actitudes que van de la mano de la amabilidad, el respeto y la empatía, lo que no significa que por eso haya que caer en la formalidad o perder el sentido del humor y la camaradería.
Una baja apreciación hará que el otro te trate como si no fueras importante, a tus opiniones como tonterías y a tus necesidades como problemas o molestias a resolver.
¿Qué hacer?
No basta con decir que aprecias a tu pareja; es necesario hacérselo saber de manera que pueda entenderlo. Para esto es que son de mucha ayuda “Los 5 lenguajes del amor” del Dr. Gary Champan.
Y para no fallar sé amable, que la amabilidad es una de las cualidades más valoradas cuando se establece una relación romántica.
Satisfacción sexual
Expresada en la calidad y frecuencia que a ambos les parezca adecuada.
No sólo es el acto sexual, sino todo lo que implica la sensualidad y las formas de ejercerlo.
Una baja satisfacción sexual puede hacer que tu pareja no se sienta deseada o incluso rechazada. Una alta disparidad sexual, como cuando uno quiere alta intensidad y el otro baja, hará que uno o ambos se sientan insatisfechos o agredidos por el otro.
¿Qué hacer?
Si bien es cierto que la sexualidad ha dejado de ser un tema tabú en gran parte de la sociedad, para muchos las conversaciones acerca de este tema se tornan incómodas o de plano se evitan.
Conversen acerca de esto de manera que cada uno exprese sus necesidades, preferencias y deseos.
Satisfacción percibida de la pareja.
Una pareja que se percibe como satisfecha en una relación, motiva al otro a dar más porque sabe que será valorado y que lo que hace surte un efecto positivo.
Para una persona sana es importante no sólo ser feliz, sino que su pareja también lo sea a su lado.
Cuando se percibe a la pareja constantemente insatisfecha, y se percibe que se han hecho esfuerzos por encontrar la manera de satisfacer sus necesidades dentro de la relación, la frustración aumenta y surge la consabida frase “Es que no se qué quiere”. La tristeza y la desesperanza se apoderan de la relación.
¿Qué hacer?
Si la insatisfacción es con algo de tu relación, habla de eso con tu pareja y más que quejas propón posible soluciones.
Si el tema es más personal, busca resolverlo, pero ofrece a tu pareja una explicación de por qué estás así y qué estás haciendo para resolverlo.
Capacidad para la gestión eficaz de conflictos.
Esto implica buscar, ante los inevitables desacuerdos, llegar al mejor acuerdo posible, no ganar o tener siempre la razón.
Es mirar como objetivo de un desacuerdo alcanzar un estado de conformidad con negociaciones y un dar y recibir por el bien de la relación es sí misma.
Fallar en esto implica no sólo no mejorar, sino empeorar una relación, particularmente cuando el objetivo es demostrar al otro que se tiene más conocimiento o poder sobre el otro.
¿Qué hacer?
Esta es una habilidad que se puede desarrollar, pero que encuentra un gran obstáculo con un estado de inestabilidad o inmadurez emocional.
Aquí es donde cada uno debe trabajar sobre sí mismo para adquirir las competencias necesarias.
Satisfacción personal con la vida.
Si no estás a gusto con quien eres, con lo que haces, con lo que has logrado ¿qué esperas obtener o aportar en una relación de pareja?
Una persona insatisfecha con su propia vida tenderá a entintar su relación de oscuridad. Como la insatisfacción es personal, la pareja poco podrá hacer por revertir esto y se generará además mucha frustración en el intento.
La insatisfacción personal no permite desarrollar gratitud ni empatía, porque se está enfrascado en la propia miseria y las propias quejas. Una persona insatisfecha con su vida podría no ser para para formar una relación de pareja, aunque lo deseara.
¿Qué hacer?
Este es otro de los aspectos que no son provocados ni pueden ser solucionados a través de una relación de pareja.
Es algo de lo que cada uno debe ocuparse de manera muy personal de arreglar o dimensionar adecuadamente.
Cualidad del afecto
El afecto es la disposición que tiene una persona hacia otro ser o situación.
El afecto puede ser positivo (que busca acercarse) o negativo (que busca alejarse).
Para las relaciones, el afecto negativo es un mal predictor.
Personas en constante pesimismo, negatividad, nerviosismo, miedo, disgusto, culpa, ira…
El afecto negativo hace que una persona se centre en las carencias y en los problemas, lo cual la mantiene en una queja o enojo constantes y hace que se muy complicado relacionarse adecuadamente con una persona así
¿Qué hacer?
Este es otro de los elementos que es responsabilidad atender en cada uno de nosotros. El afecto negativo puede estar vinculado a la baja autoestima, a aprendizajes distorsionados o maltratos en la infancia y la niñez o a un inadecuado manejo emocional.
Se hace necesario encontrar ayuda para empezar a sanar estos elementos y ver la vida de una manera más objetiva.
En suma:
No es la suerte. Estos hallazgos implican que la suma de todas las diferencias individuales y las experiencias de la pareja ejercen una influencia fundamental en la calidad de cada relación.
La pregunta es qué tan dispuesto está cada uno en invertir y trabajar para desarrollar lo necesario y hacer de su relación un lugar al que ambos quieran seguir perteneciendo.
Para saber más:
Baumann, N., & Kuhl, J. (2002). Intuition, affect, and personality: unconscious coherence judgments and self-regulation of negative affect. Journal of Personality and Social Psychology, 83(5), 1213.
Chakhssi, F., Kraiss, J. T., Sommers-Spijkerman, M., & Bohlmeijer, E. T. (2018). The effect of positive psychology interventions on well-being and distress in clinical samples with psychiatric or somatic disorders: A systematic review and meta-analysis. BMC psychiatry, 18(1), 211.
Fredrickson, B. L., & Losada, M. F. (2005). Positive affect and the complex dynamics of human flourishing. American psychologist, 60(7), 678.
Joel, Samantha & Eastwick, Paul & Allison, Colleen & Arriaga, Ximena & Baker, Zachary & Bar-Kalifa, Eran & Bergeron, Sophie & Birnbaum, Gurit & Brock, Rebecca & Brumbaugh, Claudia & Carmichael, Cheryl & Chen, Serena & Clarke, Jennifer & Cobb, Rebecca & Coolsen, Michael & Davis, Jody & de Jong, David & Debrot, Anik & DeHaas, Eva & Horn, Andrea. (2020). Machine learning uncovers the most robust self-report predictors of relationship quality across 43 longitudinal couples studies. Proceedings of the National Academy of Sciences. 10.1073/pnas.1917036117.