Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
TW: @marioguerra
Todos cometemos errores, eso es verdad, pero cuando esto pasa lo que se podría esperar, por ejemplo de una pareja, es que nos ofrezca su comprensión, calidez y empatía. ¿Entonces por qué hay personas que se aprovechan para hacer “leña del árbol caído” como si no se tratara de la persona que más dices amar? ¿Por qué hay personas que se regodean con los errores de otros?
¿Qué es regodearse en los errores de la pareja?
Es cuando tu pareja comete un error y en vez de buscar apoyarle o mostrar una genuina empatía por lo sucedido, acabas:
Regañando (y hasta humillando)
“No doy crédito que seas tan idiota”.
Burlándote
“Ay, quiere llorar”
“Y tú que te sentías tan listo, ¿no?”
“Pero estaba yo loca, ¿verdad?”
Aleccionando
“Ya ves por no hacerme caso”.
“Eso querías, ¿no?”
“Reconoce que te equivocaste”
Dando la moraleja
“Ahí están las consecuencias”.
“El karma…” o “¿Ves?, todo se paga”
Aprovechando para posicionarte
“Te lo dije”.
“Ya no te quise decir nada, pero yo la vi venir”.
¿Por qué pasa esto?
Hay diversas razones, más o menos inconscientes, por las cuales una persona hace algo así y además incluso no le ve problema en hacerlo. No lo ve mal.
Es un hábito.
Si la persona proviene de una familia o entorno social donde se acostumbra burlarse o criticar los errores de los demás, en vez de ofrecer apoyo, es muy probable que esta conducta también la lleve a su relación.
Por envidia
Cuando se tiene envidia por los logros de alguien y se siente que esos mismos logros son inalcanzables para uno mismo, inconscientemente se desea que esa persona falle o fracase en algo para sentir que ya se hizo justicia.
Lo que realmente se busca es que la persona quede al nivel que nosotros sentimos tener, en vez de buscar mejorar por cuenta propia.
Por resentimiento
Como cuando se hace por revancha, especialmente si la pareja ha actuado igual en el pasado.
Como cuando se tienen cuentas pendientes o guardadas y se siente que eso que le pasó a la pareja es parte de su pago o castigo.
Y a veces las cuentas no son con la pareja, sino con otras figuras femeninas o masculinas del propio pasado.
Por tu gran necesidad de ganar o tener la razón
Hay personas, especialmente con baja autoestima, que necesitan posicionarse ante el otro con un supuesto saber o infalibilidad para sentir que pueden ser valorados. Como si ser ellos mismos no fuera suficiente para ser queridos o respetados y entonces tener la razón o demostrar al otro sus errores es la manera que encuentran para no sentirse tan mal consigo mismos.
En este caso, la realidad es que no te estás regodeando con los errores de tu pareja, sino que aprovechas sus errores para demostrarle que tú tienes o tenías la razón.
Es como si hacer ver que el otro se equivoca te convirtiera a ti en una persona impoluta.
La cuestión es que los errores de otros no te transforma a ti en nada positivo y tu actitud crítica u ofensiva sí.
Por tu narcisismo rampante
Esto hace que una persona se apresure a señalar los errores de otros, que son más visibles desde la altura del pedestal en el que se siente estar.
El mensaje implícito que se envía es: “Puedo ver tus fallas y yo sé cómo solucionarlas”.
¿Pero qué dice la persona que hace esto?
Parece evidente que aquel que lo hace, no ve maldad o falla en lo que hace, así que cuando alguien le cuestiona, suele responder:
“Yo sólo quiero ayudar”.
“Se lo dije por su bien”.
“Pues es que lo está haciendo mal”.
“Ah pues entonces que haga lo que de la gana y yo ya no vuelvo a opinar de nada; pero eso sí, si le vuelve a pasar algo, que luego no venga chillando”.
¿Cómo afecta esto a una relación?
Se lastima
Evidentemente a la otra persona por la humillación en sí misma.
Esto es especialmente cierto cuando la crítica o la burla se hace con un aire de supuesta superioridad sobre la otra persona.
Se rompe la confianza
Porque lejos de moverte hacia tu pareja, te mueves contra tu pareja.
Se genera resentimiento
Si esto es repetitivo, o si al hacerlo no se reconoce la falta y se pide perdón, la persona afectada va acumulando sentimientos negativos hacia su pareja.
Se produce un alejamiento
El dolor, la pérdida de confianza y el resentimiento hacen que la persona afectada prefiera alejarse de la otra persona; no necesariamente de la relación, pero sí romper la cercanía con la pareja.
Pero supongamos que tienes razón y tu pareja está equivocada…
Hazte las siguientes preguntas y a partir de ellas quizá encuentras una oportunidad para la reflexión:
¿Tu pareja te ha solicitado, o crees que espera o necesita de ti, tu sabio y omnisciente asesoramiento para sacarlo de la oscuridad en la que habita y poder corregir por fin sus interminables errores?
¿O crees que le ayudaría más ofrecer un poco de tu amabilidad, comprensión y empatía?
¿Te sientes capacitado para marcarle el camino “correcto” o conveniente en cada situación?
¿O crees que es mejor, si te lo solicita, ofrecerle tu punto de vista y opinión de una forma no violenta o no humillante?
¿Qué buscas en tu pareja que no has podido darte a ti mismo?
Reconocimiento, validación…
¿Por qué necesitas corregir, burlarte o aleccionar a tu pareja para poder sentirte en paz?
¿Hay algo que te ocurrió en tu niñez que no has podido sanar de ti y estás buscando crear esa herida en otros para verla con más claridad?
¿Qué hacer?
Si ya lastimaste:
Detén esa conducta.
Pide perdón.
Nunca es tarde para reconocer una actitud propia inadecuada.
Ante futuros errores:
Antes de emitir un comentario u opinión acerca de lo que parecería ser un error de tu pareja, pregúntate:
¿Qué quiero lograr aquí?
¿Que el otro admita su error para que yo pueda sentirme superior o ponerle en su lugar?
¿Ofrecer un espacio seguro a mi pareja para evitar revictimizarle y con eso fortalecer mi relación y la confianza entre ambos?
¿Que impacto voy a causar en mi pareja, en mí y en mi relación con lo que estoy a punto de decir?
El que tu pareja se equivoque, no necesariamente te hace tener la razón.
