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2024-11-20 01:33:05

¿Tu pareja peca de optimista?

Si están que se avientan de la ventana porque su pareja todo lo ve bien y nunca ve un problema en nada, les vamos a decir qué onda con la positividad tóxica.

agosto 10, 2021

Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra

En tiempos difíciles el optimismo puede ser de ayuda para aligerar los problemas; sin embargo, demasiado de algo siempre es demasiado y hasta el optimismo puede hacer mal cuando llega fuera de contexto o en las dosis inadecuadas. La empatía no implica siempre estar de buenas, sino entender el sentir de los otros, mientras no se hace necesario ocultar el propio. Hablemos de la positividad tóxica.

¿Qué es el optimismo?

El optimismo es una actitud mental caracterizada por la esperanza y la confianza en el éxito y un futuro positivo, sustentada en ciertos elementos observables.

Alguien con una perspectiva optimista podría decir: “Es verdad que esta pandemia ha venido a modificar nuestra forma de vida y la economía familiar, pero creo que es justo aquí donde, si redoblamos esfuerzos, podremos salir lo mejor librados posible. Juntos podemos más”.

Los optimistas tienden a ver las dificultades como experiencias de aprendizaje o retrocesos temporales.

Las actitudes optimistas están vinculadas a una serie de beneficios, que incluyen mejores habilidades de afrontamiento, menores niveles de estrés, mejor salud física y mayor perseverancia en la consecución de objetivos.


Pero, ¿se puede ser “demasiado optimista”?

Dicho lo anterior, y sabiendo que el optimismo es una fortaleza del carácter y aporta una visión más esperanzadora de la vida, todo puede ser visto como herramienta o como arma, según cómo se use.

La tendencia a sobreestimar la probabilidad de resultados positivos y minimizar la posibilidad de resultados negativos se denomina sesgo de optimismo . Si bien un punto de vista optimista puede ser útil para motivar a las personas, una dosis de realismo y considerar los riesgos involucrados puede hacer que el éxito sea más probable.

En un extremo del espectro optimista, tenemos a la positividad tóxica.


¿Qué es la positividad tóxica?

Es mantener la creencia de que se debe tener una mentalidad positiva y experimentar solo emociones y pensamientos positivos en todo momento, particularmente cuando las cosas son difíciles o dolorosas.

Esto se traduce en rechazar, negar o desplazar cualquier reconocimiento de estrés, tristeza, angustia o negatividad.  Digamos que es un intento de supresión de las emociones del espectro negativo.

Digamos que es la tendencia excesiva a ver solo el lado bueno de algo y no comprender la gama de emociones que acompañan a todas las experiencias humanas.

En este preciso momento, toda persona que padezca de positividad tóxica, está escuchando que lo que estoy diciendo es que hay que regodearse en el dolor, perder toda esperanza y abandonarse a un valle de lágrimas”.  Eso que algunos escuchan de lo que acá estamos hablando no es más que la proyección de sus peores miedos; es justo por eso que se obligan a ser tóxicamente optimistas. Para ellos todo lo que no es bueno, es necesariamente catastrófico.


¿Cómo podemos identificar a una persona tóxicamente positiva?

Es una persona que busca evitar reconocer, experimentar, pensar, afrontar o hablar de cualquier situación que le resulte incómoda, dolorosa o preocupante.

Incluso cuando lo que pasa no sea a ellos, porque tampoco puede ver o reconocer el sufrimiento del otro, ya que eso le recuerda justamente lo que quieren evitar a cualquier precio. Sentir la más mínima incomodidad.

Esta actitud se convierte en la norma y no en un mecanismo temporal para pensar y planear una estrategia adecuada.

Ante los problemas suelen soltar frases como:

«Piensa cosas buenas y verás como todo estará bien”

«¡No te preocupes, sé feliz!»

«¡Mira el lado bueno, tu mamá ya no está sufriendo!»

«¡Podría ser peor, imagínate que además tuvieras cáncer!»

«¡Aquí puro pensamiento positivo y buena vibra!»

“Mira lo bueno que tienes; si te quejas, estás siendo mal agradecido con la vida y entonces sí hasta eso te va a quitar”.


¿Qué efectos produce en una relación?

Si bien una actitud positiva puede acercar a los miembros de una pareja, demasiado optimismo puede generar altas expectativas que son imposibles de cumplir para cualquiera de los dos. Por ejemplo, que alguno espere siempre estar felices y nunca experimentar dificultades y que, cuando inevitablemente se presentan, sienten que la relación se está desmoronando.

Las parejas con demasiado optimismo también pueden no desarrollar habilidades de resolución de problemas para afrontar momentos difíciles. Esto puede conducir a un incremento en los conflictos dentro de la relación.

Aquel que padece de postividad tóxica, vive con la fe de que, cuando hay problemas dentro de la relación, no son para tanto, que todo con el tiempo se arreglará y que es mejor no sacarlos a la conversación porque de seguro todo empeora.

Son una bomba de tiempo porque, eventualmente, todo lo que han ido acumulando debajo del tapete puede explotar y entonces sí acabar con la relación.

Otro efecto catastrófico es el de la desconexión o baja empatía que puede darse al interior de la relación. Si mientras tu pareja se preocupa por algo o está pasando por un momento complicado tú te limitas a decirle que ya no esté triste y que le eche ganas, muy probablemente lo menos que te pasará es que te voltee a ver feo.

A veces en una pareja no queremos la solución de los problemas o tener a un motivador profesional, sino a alguien que nos comprenda; es decir, que baje a los abismos emocionales donde nos encontremos, se quede un momento con nosotros y luego nos acompañe a salir de ahí.

En contraposición con aquel que sólo te anima desde la orilla del precipicio diciéndote que subas para que veas lo hermoso que está el día.

En un ángulo más dramático, la positividad tóxica podría incrementar el daño y el abuso en los casos de violencia doméstica. Un sesgo optimista puede poner a las víctimas en peligro; la empatía, la esperanza, la aceptación y la resiliencia se asocian con abstenerse de dejar las relaciones abusivas, promoviendo sin bases el perdón y la gratitud, lo que aumenta la probabilidad de más transgresiones.


¿Cuál sería la dosis adecuada?

Lo primero sería escuchar a tu pareja sin tratar de hacerle ver el “lado bueno de las tragedias” como si no fuera capaz de hacer eso sin ti. Se escucha para saber que le pasa y, una vez que esto está claro, uno puede acercarse más a comprender por qué se siente así y validar sus sentimientos.

Pero no basta con reconocer, después hay que buscar reparar y eso pasa por mirar las partes que se han dañado y asumir la parte que te toca. Si no hay algo así, entonces lo que toca es mostrar empatía por lo que tu pareja está pasando, evitando dar sabios consejos (a menos que te los solicite directamente).  Puedes usar frases como:

“Se que esto es complicado”

“Siento mucho que estemos pasando por esto”

“Entiendo que esto es difícil para ti; no tengo palabras en este momento, pero aquí estoy a tu lado”.

“Me gustaría tener en este momento las palabras adecuadas para hacerte sentir mejor, pero sé que no las hay”


¿Qué hago si mi pareja es así?

Agradece su disposición.

Dile que para ti es normal sentirte así cuando pasan cosas desagradables y, que por fuerte que sea lo que está pasando, tener a tu lado personas empáticas que te comprendan suele ser de más ayuda.

Hazle ver la importancia de reparar lo que haga falta y conversar para alcanzar juntos el mejor acuerdo posible, de ser el caso.

Si a pesar de todo parece que no escucha, e insiste en minimizar lo que pasa o sientes, es hora quizá de replantearte tu rol y necesidad de permanencia dentro de una relación así.


La positividad y el optimismo no están mal, pero se vuelven dañinos cuando se alientan de manera superficial o exagerada y cuando se rechazan otras emociones. 


Para saber más:

Carver CS, Scheier MF, Segerstrom SC. Optimism. Clin Psychol Rev . 2010; 30 (7): 879-889.

Carver CS, Scheier MF. Dispositional optimism. Trends Cogn Sci. 2014;18(6):293-299.

Kashdan, T. B., Barrios, V., Forsyth, J. P., & Steger, M. F. (2006). Experiential avoidance as a generalized psychological vulnerability: Comparisons with coping and emotion regulation strategies. Behaviour research and therapy, 44(9), 1301-1320.

Sinclair, E., Hart, R., & Lomas, T. (2020). Can positivity be counterproductive when suffering domestic abuse?: A narrative review. International Journal of Wellbeing, 10(1).

Tufvesson, A. (2020). Health and wellbeing: Health: The downsides of positivity. LSJ: Law Society of NSW Journal, (73), 52-53.

agosto 10, 2021