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2024-11-15 20:27:01

Votar para acabar con la impunidad

México es uno de los países con mayor índice de impunidad en el mundo, y votar de manera masiva es la única manera de acabar con este problema.

mayo 11, 2021

Max Kaiser
Fundador del Centro para la Integridad y la Ética en los Negocios (CIEN). Actualmente presidente de la Comisión Anticorrupción de la COPARMEX. (Confederación Patronal de la República Mexicana). Es autor del libro “El combate a la corrupción, la gran tarea pendiente en México”. Y coautor del libro “Bolívar, el niño presidente”
Twitter:@MaxKaiser75

¿Qué es la impunidad?
Que un delito o un delincuente NO reciba castigo

Los resultados del Índice Global de Impunidad 2020 señalan, tal como ocurrió en los reportes 2015 y 2017, que México se caracteriza por sus muy altos niveles de impunidad.
¿Por qué es importante entender los grados de impunidad que caracterizan al caso mexicano? El Índice Global de Impunidad mide la estructura de los sistemas de justicia y seguridad de los países y el grado en que se respetan los derechos humanos. México se ubica continuamente entre los 10 países con los niveles más altos de impunidad.
México está en la posición 60 entre los 69 países analizados, con un índice de 49.67 que representan 10 puntos más de impunidad frente al promedio global (39.9), aunque también lejos del país peor evaluado que Tailandia con 62.3.
Sin embargo, México es incluso, uno de los países latinoamericanos con más impunidad.

CIFRAS
Quedan en la impunidad 92.4% de delitos en el país (México Evalúa)
Además, en México de cada 100 delitos que se cometen, solo 6.4 se denuncian
Por ejemplo, en 2019, solo se denunciaron ante las procuradurías y fiscalías 2 millones de delitos, sin embargo se cometieron más de 30 millones de ilícitos.
Chequen esto, México tiene 2.17 jueces por cada cien mil habitantes. Esta cifra contrasta con la del país con menor impunidad: Eslovenia, que tiene 42.77 jueces por cada cien mil habitantes.
Por eso, URGE tomar medidas para reducir los altos índices de impunidad.

La impunidad en el sexenio
En 30 meses que van de este sexenio no hay una sola sentencia en contra de una sola persona de relevancia, involucrado en un caso de corrupción del pasado o del presente. CERO, NINGUNA.
No se ha desarticulado una sola red de corrupción, no se han recuperado activos obtenidos por vías corruptas ni se ha hecho un solo operativo especial para sorprender a corruptos en el acto.
Los actos de corrupción cometidos en el primer año y medio del sexenio de Peña ya quedaron impunes para siempre, por lo menos por la vía administrativa, porque prescribieron a los 7 años.
Los corruptos del sexenio de Peña cuentan cada mes que pasa sin ser llamados a cuentas como un mes más que le ganan al plazo de los 7 años de prescripción, y los bienes obtenidos en ese tiempo, como parte inamovible de su patrimonio.
Mucho tienen que agradecerle al presidente actual.
Lo mismo que los acusados por los múltiples escándalos de corrupción de este sexenio, que, al parecer, sólo tienen que jurar lealtad política a su jefe para evitar cualquier investigación, y así empezar a sumar meses, y luego años, a su cuenta de 7.

La corrupción no es el único mal que goza de impunidad
La corrupción no es el único mal que goza de impunidad en este sexenio.
Hay otras TRES CLASIFICACIONES DE ACTOS QUE GOZAN DEL MISMO MAL:
las tragedias
los daños patrimoniales y perjuicios
los actos de gobierno inconstitucionales o ilegales.

Tragedias
La tragedia de la Línea 12 del Metro es un buen ejemplo de la primera clasificación. No habrá responsables de alto nivel. Ni los que tomaron la pésima decisión de hacer una obra con fines políticos, ni los manipularon los procesos de contratación, ni los que aceleraron su ejecución, ni los que precipitaron su inauguración, ni los que escondieron las investigaciones sobre corrupción, sobre costos y fallas técnicas, ni los que ordenaron parchar las fallas y esconderlas, ni la que decidió quitarle presupuesto al mantenimiento y la seguridad. Ninguno de ellos será llevado a la justicia por la muerte de 26 personas y las lesiones de decenas más. Se taparán entre ellos, para tratar de conservar el poder.
Veremos a uno o varios funcionarios de nivel medio sentir todo el peso del Estado, y lavar las culpas de todos demás. Así como pasó con los 137 muertos de la explosión de los ductos de PEMEX en Tlahuelilpan o como sucederá con los irresponsables en el manejo de la pandemia que provocaron varios miles de muertes innecesarias, por privilegiar criterios políticos sobre los medico-epidemiológicos. Impunidad, cero responsables concretos.

Daños patrimoniales y perjuicios
La segunda clasificación de eventos (además de la corrupción) en los que la impunidad es el sello de la casa es la pérdida innecesaria de miles de millones de pesos en las decisiones de gobierno, como en el manejo de PEMEX, que quema dinero más rápido que petróleo.
O el caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuya cancelación ilegal nos costó a los mexicanos varios cientos de miles de millones de pesos en daño patrimonial directo, sumado a una cantidad incalculable de recursos que ese aeropuerto pudo haber sumado al erario con su operación.
En ninguno de los casos hay consecuencia alguna en contra de nadie. Es decir, impunidad total.

Actos de gobierno inconstitucionales o ilegales.
Y la tercera clasificación es la multiplicidad en actos de gobierno en los que se excede abiertamente un límite constitucional o legal, o se viola abiertamente una norma, y nadie responde jurídicamente por el acto.
El ejemplo lo ha puesto el propio presidente que un día cancela contratos, al otro modifica proyectos o políticas establecidas en ley, o altera el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados, o designa funcionarios públicos sin el perfil adecuado, o crea órganos y funciones que deberían ser creados por ley. Todo esto en franca y abierta violación al orden jurídico. Y todo esto, sin consecuencias para él o para quienes ejecutan las ilegales órdenes. Impunidad absoluta.
Y, no conformes con hacer de la impunidad el sello del gobierno, además han convertido en enemigos del Estado a quienes se atreven a exponerlo y denunciarlo.

La única manera de cambiar esto es redistribuyendo el poder, generando un Estado formado por diferentes intereses políticos, para así evitar que la impunidad sea fácil de prometer, por quien aparenta controlarlo todo.

“No se puede escapar de la responsabilidad del mañana, evadiéndola hoy”

Abraham Lincoln

mayo 11, 2021