Polo de Velasco
Médico Cirujano por la UNAM, dos años de Medicina Interna en Centro Médico Nacional La Raza, Dermatología en Hospital Gea González. Actualmente asesor dermatológico En
Hospital de la Luz y dedicado a la práctica privada en Dermatología De Velasco.
Gustavo E. Campa 45 oficina 3 Colonia Guadalupe Inn
TW: @DrPolodVelasco
drpolodvg@gmail.com
T. 56611645
WA. 5526877163
La piel y el envejecimiento
La piel es nuestro órgano frontera, el que separa nuestro ser del mundo externo y juega un papel indiscutible en la percepción propia y externa con respecto al estado de salud, hábitos y edad.
Hay que recordar que la piel consta de 3 capas distintas:
Epidermis: capa más externa, compuesta de 4 a 5 capas de células en constante renovación y tiene un grosor de 0.1 milímetro a excepción de palmas y plantas que puede aumentar hasta 1 milímetro.
Dermis: localizado debajo de la epidermis y siempre en firme unión a esta, está compuesta de fibras estructurales (colágeno y elastina), glucosamino glicanos (ácido hialurónico) y los anexos (unidad pilosebácea, nervios, plexo vascular). La célula responsable del mantenimiento de esta capa es el fibroblasto.
Hipodermis o tejido graso subcutáneo: compuesto principalmente por células adiposas divididas en lobanillos y septos, tiene como finalidad principal la conservación de la temperatura y como reserva de energía.
El envejecimiento cutáneo es un proceso complejo compuesto por factores intrínsecos (genética, metabolismo celular, procesos hormonales) y factores extrínsecos o externos (radiación, contaminación, alimentación). Estos factores juntos derivan en cambios estructurales acumulativos que se manifiestan con cambios en la apariencia de la piel.
La flacidez es el resultado de la pérdida gradual de la elasticidad cutánea y se origina en la dermis y es causada principalmente por la reducción en la densidad y la pérdida de la organización de las fibras de colágeno. Se calcula que perdemos 1% por año del colágeno en esta capa.
Los glucosaminoglicanos como el ácido hialurónico también disminuyen y reducen su capacidad de retención hídrica.
Es la senescencia o envejecimiento de los fibroblastos el principal origen en los cambios dérmicos. Su reactivación es clave para revertir estos cambios en la piel.
Factores que provocan y aceleran la aparición de la flacidez
Genética.
Alimentación:
Calidad/cantidad de ingesta de proteínas.
Aporte de vitaminas (vit C) y minerales (zinc, hierro).
Consumo de carbohidratos simples refinados (formación de productos finales de la glicación avanzada).
Cambios en talla: ganancias y/o pérdidas aceleradas de músculo o tejido adiposo.
Envejecimiento.
Dónde nos afecta más la flacidez
Párpados
Mejillas
Cuello (papada)
Abdomen
Brazos
Piernas (rodillas, cara interna de muslos)
Pecho
Tratamientos no invasivos para combatir la flacidez (sin cirugía)
Pros:
Menor tiempo de recuperación.
Sin cicatrices.
No requiere anestesia general.
Contras:
Resultados graduales.
Puede requerir de varias sesiones.
No efectivo para flacidez avanzada.
Opciones
De lo más “light” a lo más invasivo:
Radiofrecuencia no invasiva: (EndyMed, Exilis, Accent, Venus) requiere de varias sesiones de 1 h aproximada durante las cuales se aplica una pieza sobre la piel que incrementa la temperatura de manera gradual sin causar lesiones en la epidermis. Requiere de 5 a 12 sesiones.
Ultrasonido (Ultherapy, Ultraformer) micro y macro focalizado o HIFU: concentra las ondas de ultrasonido para generar pequeñas áreas de calentamiento para inducir contracción de los tejidos. Requiere menos sesiones que los equipos de radiofrecuencia pero suele ser un poco más molesto. 1 a 2 sesiones son necesarias y se recomienda hacer cada año.
Aplicación de agentes de bioestimulación (Radiesse, Ellanse, Sculptra) estos inyectables están compuestos por pequeñas moléculas que se degradan lentamente en la piel para estimular a los fibroblastos e incrementar la síntesis de fibras de colágeno. Puede generar moretones y algo de dolor durante la aplicación.
Radiofrecuencia por microagujas (Intracel, Profound, Morpheus 8) permite la liberación de calor de manera intensa a diferentes profundidades en fracción de segundos logrando resultados más notables que tratamientos menos invasivos, generalmente requiere de 2 a 6 sesiones.
Radiofrecuencia subdérmica (FaceTite) consiste en una cánula que libera directamente el calor a nivel de tejido graso subcutáneo para la contracción más intensa de los tejidos. Es el dispositivo con cambios más notorios pero también implica más tiempo de recuperación. La duración de los resultados puede durar de 5 a 7 años.