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10 Hábitos que limitan a las mujeres a crecer personal y profesionalmente

Para todas aquellas que han hecho a un lado sus objetivos profesionales por diferentes hábitos o creencias.

junio 4, 2018

Tere Díaz
Psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal.
TW: @tedisen
terediaz.com
FB: Tere Díaz Psicoterapeuta

• Aunque las mujeres hemos avanzado rápida y extraordinariamente en casi todos los sectores, la estructura de trabajo y las expectativas creadas en un mundo masculino continúa frustrando los talentos y ambiciones de muchas mujeres.

• No se trata de invisibilizar ni negar obstáculos reales que se dan en una sociedad patriarcal, nunca sobra sostener una “resistencia” y denunciar en recursos humanos las políticas machistas que nos oprimen, pero la cultura en general, y la cultura organizacional en particular se mueve más lentamente.

• Reconociendo esas limitantes externas hemos de enfocarnos en las conductas personales sobre las que tenemos un control más inmediato que nos atrapan cuando pretendemos ser más exitosas.

Hábitos
• Es muy importante reconocer los hábitos que te auto sabotean. Muchas veces lo que te ha permitido estar donde estás hoy no es lo que te facilitará llegar a donde quieres. Tendemos a actuar en piloto automático repitiendo conductas que podemos creer que son parte de nuestro carácter.

¿Por qué aun sabiendo que se quiere y se necesita cambiar es tan difícil?
Creencias que atascan:
1. La ambición es mala. Las mujeres con un high profile son generalmente criticadas de ser muy ambiciosas, y demasiado interesadas para ser confiables.
2. Ser una buena persona implica no desilusionar a nadie. Por tanto para vivirte como buena persona requieres negarte para no “traicionar” a los demás. Y así no sentir la culpa y la vergüenza de defraudar.

Estas creencias se basan en la idea de que las mujeres han de priorizar las necesidades de los demás por encima de los propios.

Hábitos que impiden a las mujeres lograr sus metas
1. Reticencia a reclamar tus logros. (Surge de la fortaleza de la genuina modestia y deseo generoso de reconocer los logros de los demás) Dificultad de dar y paedir que pongan atención en nuestros logros y en visibilizar sus éxitos. ¿rrogancia? ¿El trabajo habla por sí mismo? Es importante, para ascender, poder hablar sobre el valor del propio trabajo y mostrar que nosotras también lo valoramos. Nunca digas: “no fue nada”, “cualquiera pudo haberlo hecho”

2. Esperar que los otros de forma espontánea se den cuanta y premien tus contribuciones. (Surge de la fortaleza de no querer blofear y auto promoverse de forma tonta, también de que piensas que si tu observas la contribución de los demás ellos observarán las tuyas). Tú necesitas ser la promotora de ti misma. No es suficiente trabajar mucho y dejar que el trabajo “hable por sí solo”, también hay que comunicarlo. Una manera de asegurarte que tu trabajo se vea es crear la frase del “elevador”: qué haces, qué quieres hacer en el futuro, por qué eres la persona adecuada y en qué beneficia eso a la organización.

3. Sobrevaluar “la expertez”. (Surge de la fortaleza de del sano respeto a las habilidades que tu trabajo requiere y al deseo de trabajar fuerte para adquirir maestría en lo que haces). Tratar de perfeccionar cada detalle del trabajo que realizas es bueno para conservar tu trabajo pero no para ascender. Además en los puestos de mayor nivel no puedes ser experta en todo.

4. Construir más que aprovechar las relaciones. (Surge de la fortaleza de la convicción de que tu valoras a los otros por lo que son más que por lo que te pueden ofrecer). Las mujeres somos especialistas en construir relaciones: conocerse, ayudarse mutuamente, escuchar, dar consejos, acercándonos. Pero pocas veces las construimos para catapultar sus ambiciones.
Aprovechar relaciones es:
– Es recíproco. “Ayúdame y te ayudo, explícita o implícitamente”.
– Permite conseguir tácticas para acciones a corto plazo y estrategias para logros a largo plazo.
– Es intencional. Estableces la relaciones con un propósito especifico a diferencia de cuando construyes una amistad. Ofrece recompensas medibles y concretas y no como en la amistad que son subjetivas.

Las mujeres tienen dificultad con esto porque se siente con menos poder para dar algo y porque se les facilita más de hacerlo por “una buena causa” y no para beneficio personal. No es abuso sino intercambio justo: ganar-ganar.

5. La trampa de la perfección. (Surge de la fortaleza de deseare no defraudar a otros así como de hacer del mundo un mejor lugar). Crea estrés a ti y a los que te rodean. Te atasca en detalles y te distrae de la perspectiva más amplia. Los pequeños errores te derrumban. A los hombres ejecutivos se les premia más por ser atrevidos y correr riesgos y a las mujeres por su precisión y corrección lo cual crea mucho temor a cometer errores.

Existe un perfeccionismo saludable. No impide delegar con responsabilidad sabiendo que priorizar en vez de acaparar la acción de todo para que salga “perfecto” y sobrecargándose, confía en los demás.

6. La esclavitud a agradar. (Surge de la fortaleza de una pasión por hacer a los otros felices de manera no egoísta). Querer que todos a tu alrededor se sientan bien y te quieran puede ser un problema. Limita a actuar con autoridad. Además puedes dejar de ser buen aliado o poco confiable porque te limita excesivamente la opinión de los demás. Poder leer las necesidades de los demás tiene ventajas pero querer ser siempre motivadora, conectada, comunicadora con todos puede ser una limitante.

7. Minimizarse. (Surge de la fortaleza de reconocer las necesidades de los demás y del deseo de mostrarles que tu valoras su presencia y su perspectiva). En general las mujeres reconocen a los otros minimizándose ellas mismas o el tiempo o espacio que ocupan. Achicarte, agarrar el último asiento, encogerte de brazos y piernas, agacharte, etc. perjudica tu habilidad de proyectar autoridad y poder. No solo nos minimizamos no ocupando espacio, sino también con el lenguaje: disculparse permanentemente o diciendo: “Perdón, quiero preguntar algo”. Hablar de “nosotros” y no de “yo” para parecer cortés e inclusiva. Hablar de tus logros es una conducta asertiva y a las mujeres se les penaliza más por ser asertivas. Así das la imagen de que lo tuyo es menos importante y no quieres quitarles el tiempo.

8. Demasiado. (Surge de la fotaleza de desear ser auténtica y conectar con los otros desde la experiencia). A las mujeres se les juzga de ser demasiado: Demasiado emocionales. Demasiadas palabras. Demasiada autorevelación.

9. Rumiar. (Surge de la fortaleza de la capacidad de pensar profundamente sobre lo que importa más en vez de rascar en lo superficial de la vida). Aferrarse al pasado nos lleva a pelear interiormente y arrepentirnos. Los hombres en estos casos culpan a los otros y las mujeres tienden más a culparse a ellas mismas. Rumiar no es ser reflexiva. Rumiar es contraproducente porque te hace sentir peor y segundo te inhabilita para resolver tus problemas. Tanto análisis genera parálisis. ¿Qué sirve? Parar y distraerte. Rumiar es para las vacas.

10. Dejar que tu radar te distraiga. (Surge de la fortaleza de comprender lo que los otros sienten y aumentar tu capacidad de ser intuitiva y empática). Una de las habilidades femeninas es su capacidad para tener un capacidad de notar cosas en un amplio espectro.

Las organizaciones privilegian la observación de laser: poner foco a lo central. Es importante aprender a replantearte la información que notas. Esto no implica escoger entre los pensamiento que vienen a tu mente y lo que quieres comunicar sino integrar toda la información de tu cerebro izquierdo y derecho y poner foco a lo que en ese momento quieres hacer.

Empieza con una cosa a la vez
• Hay hábitos a los que te apegas porque te sirvieron en el pasado. Es difícil reconocer que lo que una vez fue útil hoy puede no servirte porque las conductas familiares las sentimos parte de nosotros mismos. Pero dejarlas ir o usarlas solo cuando es necesario ayuda a crecer.

• Es necesario que cada vez más y más mujeres se posiciones en puestos de poder y de influencia. Espero que estas ideas te ayuden a llegar al lugar que quieres en tu rama de experiencia, en tu trabajo y en tu organización para que así seas una mujer que pueda hacer una diferencia positiva en nuestro mundo.

junio 4, 2018