Tere Díaz
Psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja.
Su más reciente libro ¿Cómo identificar a un patán?
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La sexualidad se refiere a las actividades y al placer que se deriva de nuestra genitalidad. Es una palabra demasiado biológica; una acción demasiado alejada de lo que imaginamos cuando pensamos en “sexo” o en erotismo. Si bien la sexualidad es común a los seres humanos y otros animales, el erotismo, la seducción, la sensualidad, el amor, son fenómenos exclusivamente humanos.
Muchas veces al hablar de sexualidad de lo que estamos hablando es de erotismo: el erotismo es la elaboración cultural del sexo, el conjunto de posibilidades que los seres humanos construimos sobre esa realidad biológica. El sexo destinado a la reproducción es animal. El erotismo está destinado al placer: el instinto se transforma en placer y el placer en erotismo. El goce del erotismo es central en un intercambio humano, sea dentro de una relación amorosa o incluso en un encuentro casual.
La seducción es enormemente personal y Pocas cosas generan tanto placer y bienestar como descubrir que eres el objeto de deseo del otro. Y eso nos seduce…
Hay varios procedimientos entre los seres vivos para conseguir y conservar a una pareja. Desde esta perspectiva me atrevo a pensar que quizá toda estrategia amorosa se pueda canalizar a través de esto: SEDUCIR… Pero a seducir en el más amplio sentido de la palabra y por eso, la seducción es una habilidad que antes o después a todos nos conviene aprender…
Seducir es lograr que el otro se fije en mí, que se interese por mí, y que de una u otra manera, se vincule conmigo. Seduciendo logro introducirme en la vida del otro y así formar parte tanto de su memoria como de sus futuros deseos.
Seducir no es excitar, pensar en la seducción como un medio para “calentar” a otro sería demasiado limitado… Para excitar a un hombre suele hacer falta poco: bastan unas piernas, entrever un escote… A las mujeres, menos entrenadas en el dejarse excitar, puede hacerles falta algún estímulo más completo pero no hay tantas diferencias.
Seducir tampoco es manipular… no es engañar a alguien para conseguir tener relaciones sexuales o algún otro objetivo. Seducir menos aún es presionar… Una persona que es verdaderamente seductora cree en la importancia de la palabra, del atractivo personal, del intercambio con el otro, del deseo y del placer; el auténtico seductor nunca deja de ver al otro como un ser humano integral, y no como un objeto de consumo para su uso y abuso personal.
Pero sin duda, la seducción pretende generar deseo, busca gustar al otro para que se fije en uno, y se sienta atraído por mi… La seducción quiere crear vínculos, de diversos niveles, y es que la intención de una persona seductora es estar presente en la vida del otro y pertenecer de algún modo a su cotidianidad, a su pensamiento, a su deseo, a su emocionalidad. Por eso, seducir requiere de una actitud de disposición, de apertura, además del uso de recursos bien planeados para desplegarla de manera oportuna, efectiva y constructiva.
Estrategias de seducción
1- Al seducir no intentes modificar al otro, menos aún controlarlo, por el contrario, muestra que en ese momento es un ser único.
2- La seducción es interactiva, es decir, es un intercambio. El otro ha de ser invitado a participar en la acción seductora… Por tanto, al seducir integro al otro en una conversación, en una acción…
3- Poner límites al otro también genera atracción. Al seducir no he de “patinarme por el amado” por el contrario he de poner una cierta oposición, he de plantearle una cierta distancia “critica”.
4- La conducta seductora ha de generar intimidad. Para ser creíble y despertar interés hay que jugar a mostrar algo de uno mismo. Un cierto intercambio de debilidades.
5- La actitud de víctima mata la seducción. Las víctimas producen lástima e incluso enojo, haz de manejarte como una persona que se define a cargo de lo que está ocurriendo
6- Lo aburrido jamás resulta seductor. Si bien el arte de seducir está en el territorio del juego, el juego seductor no puede ser irrelevante.
7- La acción del seductor vive en la alegría. Crear y transmitir placer, gozo y diversión. Una relación divertida hace a uno estar pendiente de ella, concentrado en ella.
8- Como seductor, tienes que ser capaz de generar estados emotivos de relativa intensidad. La seducción para ser tal ha de generar emociones suficientemente fuertes que dan relevancia a la interacción y resultan conmovedoras.
9- Toda relación de seducción tiene que suponer un riesgo, una incertidumbre para ambas personas. Nada hay menos atractivo que un triunfo seguro.
10- En la seducción, la apariencia física es fundamental. No se trata de ser una persona guapa o fea según los criterios convencionales