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2024-12-18 17:55:23

El comportamiento difícil de algunos hijos

Les vamos a decir cómo sobrellevarlo sin morir en el intento, sin sentirse culpables, sin sentirse malos o cero empáticos.

abril 26, 2021

Tere Díaz
Psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Su más reciente libro ¿Cómo identificar a un patán?
TW: @tedisen
terediaz.com

Pareciera que el simple hecho de tener un hijo debiera habilitarnos para comprenderlo, quererlo y educarlo bien… ¡y para nada! En general no es fácil ser papá y ser mamá, y en ciertos casos, no sólo no es fácil, ¡es muy difícil!: hay chicos que requieren de una comprensión y un manejo especial.

En estos casos, cuando el sentido común no aplica y las buenas intenciones fracasan.

Nos debatimos entre la culpa, el enojo y el cansancio, haciendo intentos fallidos por acercarnos y obtener mejores resultados, el día finaliza caóticamente y nos sentimos agotados y frustrados, pensando que todo ha sido un fracaso.

Los niños traen ya su propia carga hereditaria, la cual se deja ver a través de su temperamento, el cual los hace mostrarse y reaccionar de formas particulares a los estímulos que lo rodean y, efectivamente, hay niños que desde el principio son mucho más difíciles de manejar. Veamos algunas de sus características:
Muy activos, acelerados, corren, se agitan y pierden el control con facilidad, detestan verse limitados.
Distraídos, les cuesta trabajo concentrarse y prestar atención, pareciera que “no escuchan”.
Persistentes y testarudos, cuando desean algo no cesan hasta que lo consiguen. Cuando se acostumbran a las cosas no renuncian a ellas, siguen pidiendo y llorando por lo que quieren. Tienen gustos insólitos por alimentos y prendas de vestir.
Son poco adaptables por lo que se les dificultan las transiciones y los cambios de actividad o rutina.
Tienden a ser retraídos ante las nuevas situaciones: tanto lugares, como personas, alimentos y ropa. Si se les obliga a seguir adelante ante lo desconocido pueden llegar a hacer un berrinche.
Muy intensos, ruidosos, ya sea estando contentos o enojados.
Son irregulares y por tanto poco predecibles en sus horas de sueño, hambre o evacuación.
Su umbral de sensibilidad es bajo por lo cual son muy sensibles a sonidos, luces, colores, texturas, temperaturas, sabores y olores, al dolor. La ropa tienen que “sentirla bien”, por lo que vestirlo es un problema. No les gusta el sabor de muchas comidas.
Su estado de ánimo negativo hace que frecuentemente se muestren malhumorados, quejumbrosos. Pareciera que no son “felices”.

¿Son todos los niños con temperamento difícil iguales?
Los niños con temperamento difícil presentan diferentes características dependiendo de los rasgos temperamentales que tengan, así como la intensidad de los mismos. Así que una chica que presenta todas las características mencionadas anteriormente con un alto grado de intensidad será mucho más difícil de entender y manejar que un chico que presente solo tres rasgos en mediana o baja intensidad.

Con base en esto los niños pueden ser:
Básicamente fáciles, pero con algunas características difíciles.
Difíciles: se dificulta su crianza y hay tensión en la madre y la familia.
Muy difíciles: Hay problemas en la familia y en el niño
Imposible o “mata madres”.

Los niños con temperamento difícil crean con sus conductas un efecto de onda en el medio ambiente que los rodea. Su comportamiento afecta en primera instancia a la madre, luego al padre y a los hermanos, después a la familia extensa y a la escuela, siguen los vecinos…

¿Qué efecto tiene el mal manejo?
Si desconocemos las características del temperamento de nuestros hijos es fácil malinterpretar sus conductas. Pensamos que no nos obedecen porque son maleducados y nos quieren molestar, desconociendo que hay una tendencia interna que les dificulta ser “niños modelos”. Al no entender el comportamiento de nuestros hijos, es común que intentemos aplicar métodos disciplinarios que con cualquier niño más dócil funcionarían pero que en nuestro caso no son de utilidad.

Esto genera un círculo vicioso de acciones y reacciones entre nosotros y nuestros hijos que tiene como consecuencia una disciplina totalmente ineficaz. Esto hace de la relación entre padres e hijos una verdadera lucha de poder con constantes enfrentamientos, lucha de la cual la familia entera no se puede escapar. Las relaciones se vuelven frustrantes, agotadoras y las manifestaciones de auténtico cariño se ven enrarecidas y francamente limitadas.

¿Cómo manejarlos?
Las conductas difíciles que muestran estos niños nuestros se pueden manejar mejor o peor. Si podemos entender por qué reaccionan nuestros hijos de la manera que lo hacen y dejamos de experimentar sus comportamientos como algo personal: “para molestarnos y darnos en la torre”, será mucho más fácil reaccionar de manera adecuada a estas conductas “incómodas y desconcertantes”.

Así que primero tratemos de “pensar más y sentir menos”. ¿Sentir menos qué? Rabia, frustración, impotencia, etc., etc. ¿Pensar más qué? Que no lo hacen intencionalmente, que por su temperamento les cuesta mucho trabajo reaccionar de modo diferente y que nosotros, poco a poco iremos aceptando lo aceptable y cambiando lo inaceptable, en pocas palabras, iremos tomando control externo de la situación con mucha mayor paz interior.

Ciertamente, la posibilidad de ir aplicando diferentes estrategias depende de cuánto nos informemos y, en determinado caso, de lo que un especialista nos indique para facilitar la tarea. Todo esto nos habilitará como padres a hacer uso de nuestra creatividad para construir mejores formas de manejo conociendo de manera particular a nuestro hijo y a nosotros mismos. ¡Confiemos en nuestras capacidades y vayamos creando nuestro propio estilo!

abril 26, 2021