Tere Díaz, psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Su más
reciente libro ¿Cómo identificar a un patán?
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terediaz.com
Del inglés ghost – fantasma – consiste en dar por terminada una relación que ya iniciaba o sostenía intercambios afectivos y/o eróticos cortando contacto con el otro y desapareciendo en forma radical de su vida y sin aviso ni explicación previa.
¿Qué razones tiene alguien para desaparecer así?
Las razones pueden ser muchas y variadas:
sociedad individualista que invisibiliza o minimiza las necesidades y deseos de los demás frente a las propias.
consumismo que lleva no solo a consumir objetos y desecharlos sino que ve al otro como objeto de uso y abuso y no como sujeto de respeto y cuidado.
patrones individuales de conducta evitativos (aprendidos en la propia crianza) para no afrontar situaciones complejas que pueden generar conflicto y malestar.
miedo a la intimidad la cual desean al tiempo que le temen.
inmadurez personal que dificulta posponer la gratificación inmediata y tolerar la frustración. Esto incluye la dificultad de incluir puntos de vista diversos a los propios.
analfabetismo emocional con incapacidad para expresar lo que se desea y poner límites a lo no gusta de forma oportuna.
carencia de habilidades sociales para manejo de conflictos.
el tema de género, y es que este comportamiento se da más en hombres que en mujeres. En una sociedad patriarcal fomenta en los varones no solo la visión utilitaria hacia la mujer como territorio de conquista y propiedad, sino también minimización e invisibilizarían de sus legítimos necesidades y derechos.
ausencia básica de educación.
¿Llega a ser justificable ghostear? Si sí, ¿cuándo es justificable hacerlo?
No. Siempre hay formas de decir “no quiero”, “no puedo”.
Tienes riesgos de caer en sus garras si…
estás “enamorado del amor”
urgido por tener pareja
tu “modus operandi” es el whisful thinking (tanto lo deseo que por eso lo tendré)
dependiente emocional
omites información importante dada por el “ghost” durante los intercambios previos
invisibilizas advertencias o peticiones de la otra parte al punto de que el “ghost” –al no sentirse escuchado- prefiera desaparecer.
Los 10 mandamientos de la ley del “ghost” serían…
Si muestra un exagerado amor antes de tiempo…
Si cambia acuerdos y cancela encuentros con frecuenta…
Si repite en varias ocasiones que no sabe bien qué quiere…
Si te comparte sus previas historias de “víctima” donde nadie le entiende y nada le sale…
Si no aparece en ninguna red social…
Si le cachas inconsistencias y mentiras…
Si quiere ir demasiado rápido y presiona para obtener lo que quiere…
Si no otorga datos personales después de un tiempo…
Si no te esconde de su gente cercana -familia, amigos o compañeros de trabajo-…
Si dice que NUNCA había tenido una relación comprometida como la tuya…
¡Pon mucha atención!
Todos tenemos dudas y carencias al iniciar una relación pero si sumas más de tres de las anteriores afirmaciones. ¡aguas!
¿Tiene que ver esta actitud con alguna herida de la niñez?
A reserva de casos con francos trastornos de personalidad (como sociopatías y narcisismo), me parece que el ghosting es más una conducta de abuso y desconsideración que un trauma infantil.
¿Qué consecuencias puede traerte a ti como ghoster?
Si tu estrategia de sobrevivencia es el desaparecer, más que consecuencias posteriores para tu vida habrías de cuestionarte si ya eres un fantasma “viviente” que esta desconectado de sí mismo y de su presente. Una actitud así da cuenta de que no solo no sabes lo que quieres, sino de:
tu imposibilidad de generar vínculos íntimos.
de tu duda con respecto al tipo de relación que quieres construir.
de tu temor a no ser querible y suficiente para retener a alguien a tu lado.
de tu franco descuido y abuso hacia los demás.
de tu creencia de que no eres suficiente para hacer feliz a otros.
¿Qué consecuencias puede traer a la persona a la que se la aplicas?
en un país como el nuestro donde la inseguridad es una constante, el temor profundo de que le haya pasado algo al desaparecido.
la duda de que algún contratiempo en la vida del otro haya impuesto un silencio, y en medio de ansiedad y desasosiego, se deja abierta la posibilidad de una reaparición y explicación.
ante la ausencia es inminente la confusión y duda personal “¿fui yo?”, “¿qué hice mal?”
la vergüenza ante el abandono y de pérdida de seguridad personal ante el no entendimiento de la decisión.
el enojo ante el descuido y el abuso.
Y así una espiral de sentimientos lastimosos: culpa, temor, tristeza, humillación y volver a saltar a la rabia. Un putazo a la autoestima.
el duelo se puede dificultar al no tener claro lo que pasó y ante el sentirse maltratado y abusado debido a la forma cobarde y canalla de desaparecer.
¿Cuál es la mejor forma de actuar si tú eres la víctima?
Deja de preguntarte el por qué de la desaparición
Frena el círculo obsesivo mental sin salida.
Experimenta el malestar emocional ante la pérdida para que baje.
Genera una explicación concreta pero convincente que aporte datos –aunque sean mínimos- de la incongruencia o falta de integridad de la persona.
Reconoce la pérdida ambigua.
Atraviesa el duelo ¿Qué perdí además a la persona? ¿Ilusiones? ¿Confianza ?
Asimila la experiencia integrando aprendizajes para el futuro.
Fortalece tu autoestima comprobando que estás saliendo airoso y crecido de esta situación.
Si queda estrés postraumático puede ser que el “ghosteo” haya abierto heridas de abandono anteriores que requieran de una intervención profesional.
Y ojo, si el fantasma aparezca con “explicaciones fantásticas”, salvo en excepcionales y justificadas ocasiones, ¡no des un a segunda oportunidad!