Mi querida Tere Díaz les explica qué onda con regresar con tu ex y si realmente hay una herida que sanaría el regresar con esa persona.
Salir airosos de un rompimiento amoroso implica un proceso, y los procesos nunca son lineales; avanzan con dos pasitos para adelante y uno para atrás. Y eso hace de las recaídas amorosas un paso, a veces necesario e importante, para cerrar. No todas las vueltas con el ex son negativas: algunas pueden ser exitosas para volver, útiles para transicionar a otra etapa de la vida, o eficaces como último paso para cerrar la relación.
Tener objetivos muy dispares (cuando uno quiere ver si vuelven mientras otro quiere pasar el rato, o bien alguien necesita compañía más constante mientras el otro lo vive como una aventura más) pueden hacer que alguno de los miembros de la ex pareja salga lastimado.
Para que funcione un reencuentro, ambos lo han de desear y acordar, y de algún modo tener claro dónde está el otro y cuál es el objetivo de reencontrarse. No podemos dejar de señalar algo central: quien tiene más necesidad del ex -emocional, económica, laboral o socialmente- está en desventaja, por lo tanto, la persona más autónoma y más «fuera» de la relación tiene más poder y más responsabilidad de no iniciar algo que la otra persona no vaya a poder controlar. La desigualdad se presta a abusos y sufrimientos.
¿Debería de regresar con mi ex?
¿Sabían qué? Casi la mitad de las mujeres solteras tienen encuentros sexuales con su ex, ya sea buscando empatía o llenar un vacío emocional. Son más los hombres que tras romper inician pronto una relación nueva, así que más mujeres se lían con exes que «ya están comprometidos».
Es importante identificar cuándo el reencuentro sí es parte de la recuperación y cuándo reactivar la relación es pura incapacidad de estar solo o necedad de reconquistar al otro.
Lo bueno y lo malo de volver con tu ex
Recaídas positivas:
1. Confirmar el final. Ambos saben que es muy difícil retomar la relación, pero requieren de una última vuelta para constatar que «lo que un día fue, no será».
2. Oportunidad para hablar claro. A veces primero se hace la separación física, pero toma más tiempo el «divorcio emocional». Si aún hay asuntos pendientes, un reencuentro puede poner las cartas sobre la mesa para para cerrar círculos, honrar lo que sí hubo, reparar y sanar.
3. Interés renovado. Después de romper y poner distancia a la rutina y a los círculos viciosos, la pareja toma perspectiva de su relación y el ex puede parecer más atractivo y emocionante. Esto puede ayudar tanto para construir una amistad como para ver si se reactiva el amor. Para volver se requiere ya haber pasado por un proceso de duelo que cierre el vínculo pasado y construya acuerdos adaptados al presente.
4. ¡Aventura emocionante! Si antes el sexo se volvía aburrido por la rutina, separarse puede traer adrenalina y disfrute. Ambos han de saber que lo que viven es un acuerdo sexual seguro y han de poder manejar sus sentimientos.
5. Sanar culpas y resentimientos. Si ya pasó el tiempo tras la ruptura y ambos tienen una nueva vida, el acercamiento puede dar carpetazo a algunas culpas o resentimientos.
6. Amores de entretiempo. Hay exparejas que saben que la vida seguirá y tendrán otros amores, pero que retomar lo que hubo les asegura un amor de entretiempo sin riesgos.
Recaídas nocivas:
1. Duelo difícil. Alguien ha tenido dificultades para elaborar la pérdida y salir del vínculo, y apenas empieza a dejarlo atrás.
2. Serguir amando. Alguno está aún enganchado emocionalmente mientras el otro no lo está.
3. Autoengaño. Buscan excusas para encontrarse: empiezan a enviarse mensajes tarde en la noche consultando algo laboral o de crianza de los hijos.
4. Perturbación psíquica. Cuando se busca al otro desde la ansiedad y la depresión, por tanto, hay falta de reflexión y decisión.
5. Dependencia emocional. El 90% de las personas que intentan dejar una relación de dependencia emocional tienen recaídas. Estas relaciones generan patrones adictivos y reactivan los efectos de la abstinencia.
6. Violencia. El encuentro activa el maltrato o la toxicidad de la relación. Retomar la cama puede ser el escenario de peleas que re activen círculos viciosos. A pesar de la tentación de volver, es importante recordar por qué se quiso salir de esa relación y avanzar hacia adelante con más fuerza.
7. Encularse. Activar un buen sexo, que engolosina y vincula, en un territorio donde se quisiera algo más que purso sexo pero no hay posibilidad de cosechar nada más.
8. Riesgo de generar un patrón intermitente. Las relaciones intermitentes se asocian más a tasas de abuso, comunicación deficiente y bajo compromiso.
9. Confusión de lo que se desea. Si deseas conocer a alguien nuevo, no sirve seguir dando un lugar a un ex. Un viejo clavo puede impidir que un nuevo tornillo entre.
● Antes de decidir si se quiere tener un encuentro íntimo con la expareja, es necesaria la claridad en los propios sentimientos y las metas en el futuro próximo.
● Es necesario también explorar emociones, ideas y proyectos de vida.
● Las recaídas no deberían hacer que la persona se sienta mal o fracasada, muchas veces son parte del proceso de superación.
● Si se quiere probar la posibilidad de reactivar algo es útil evitar temas sentimentales pasados para tratar de construirlo desde el presente, también es importante actuar desde la libertad, la reflexión y el respeto mutuo.
● En ocasiones dar un pequeño paso hacia atrás puede ayudar también a tomar impulso para dar varios pasos hacia adelante en la liberación de la dependencia emocional.
Tere Díaz. Psicoterapeuta especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Autora del libro ¿Cómo identificar un patán? y ¿Por qué nos mentimos si nos amamos?
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