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2024-12-18 18:08:21

Un infiel ¿tiene remedio?

¿Un infiel siempre será infiel o realmente puede cambiar?

febrero 8, 2021

Tere Díaz
Psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Su más reciente libro ¿Cómo identificar a un patán?
TW: @tedisen
terediaz.com

No todas las infidelidades son iguales, por tanto no se deben ni manejar ni resolver de la misma manera. Nunca será lo mismo una cana al aire en Madrid, esperando un vuelo de regreso con un par de copas y sin mayor implicación emocional que más de un acostón en tu casa, en tu habitación cuando estabas dando a luz en un hospital y curiosamente, con tu prima.

De ahí que la frecuente pregunta sobre “¿Debo o no debo perdonar una infidelidad?”. Tiene muchos matices y diversas vertientes.

Antes de preguntarte si “debes” el cuestionamiento es ¿quieres? ¿puedes?
Empecemos con el “puedes”. Conozco muchas personas que desean perdonar a su pareja, que saben que es una buena persona, que no quieren perder la relación, que tienen medio de estar solas, y por las razones que sean –se dijeron que con eso no podrían jamás, reviven el trauma que vivieron con uno de sus padres, temen que una infidelidad es el principio de muchas más, creen ciegamente en que el verdadero amor es monógamo- no pueden hacerlo. Uno puede hacer ciertas cosas y no otras, yo por ejemplo, quiero dominar el Inglés, estudio y practico, y a la “menor provocación” lo olvido. Alguien que no puede perdonar, repito, por las razones que sean, estará permanentemente resentido con su pareja y verá la forma de hacérselo saber, cuando no de quererla culpar por todos sus malestares y fracasos.

¿Pero que hay cuando no quieres y sientes que deberías perdonar?
No sobra una revisión interna sobre tus razones, porque sobra decir que cuando uno no quiere algo difícilmente puede hacerlo. Quizás no quieras porque tienes ideas erróneas sobre el amor, sobre la fidelidad, sobre la vida pareja, y por tanto dejas de ver lo que sí hay, lo qué si se puede retomar y lo que vale la pena recontratar en una relación. Ahora que si la relación ya estaba deteriorada por lastimaduras varias, si en tu mente con frecuencia venía la idea de terminar, si la relación te resultaba ya pobre y poco estimulante, la infidelidad es solo el “empujón” a moverte de lugar.

Abordemos ahora el “debo”. Esa pregunta que cruza por lo que “tendría que ser” pero que requiere de considerar varios factores para no romper una relación que sí vale la pena pero tampoco para sostener algo que no es oportuno ni constructivo para ti.

Así que ahí te van mis lineamientos para sí o no perdonar una infidelidad:

No perdones sí….
El comportamiento infiel ha sido crónico. No es la primera vez, por tanto, no será la última.
Su infidelidad fue descuidada y descarada: te mintió varias veces habiendo preguntado previamente, te contagió de algo, la llevó a cabo en tus narices durante tu viaje de aniversario, y lo compartió con amigos comunes a quienes alió a su “lío” de manera “enferma”.
Confirmas, con la infidelidad, que esta es una manifestación de más abusos: te miente en cuanto a las finanzas, critica permanentemente tus decisiones y tus amistades, es un maltratador en lo emocional, descalifica cualquiera de tus percepciones, por no decir que ha llegado a lastimarte físicamente .
Te das cuenta que la infidelidad es la puerta de salida de una relación que ya no daba para más pero no podían terminar, por la razón que sea.
El infiel no muestra arrepentimiento alguno, te culpa e incluso no está dispuesto a trabajar el asunto para entender que pasó y como pueden superarlo juntos. Además, si su arrepentimiento es solo de palabra y no está dispuesto a darte algunas seguridades para reparar el hecho: como dejar de ver temporalmente de ver a ciertos círculos sociales que lo apoyaron, o darte un salto ocasional en su teléfono o sus redes para calmar tu ansiedad.
Al surgir la infidelidad recuerdas que varias personas, a quienes no habías hecho caso, te dijeron que su conducta sexual en particular, sino es que su manera de obrar en general, no era de fiar.
Haz tratado de diversas maneras de perdonar y simplemente no puedes superar el miedo, la desconfianza, el enojo porque la presencia constante de tu pareja te recrea permanentemente el trauma, aún habiéndolo trabajado en terapia.

Intenta perdonar si….
La infidelidad es un evento ocasional y no solo no se había dado antes sino que les asalta de algún modo, a ambos, por sorpresa. Sí, el infiel puede decir “nunca me imaginé que yo pudiera hacer algo así”.
La relación está viva y es buena en muchos sentidos. Se quieren, disfrutan juntos, tienes proyectos en común y estás dispuestos a continuar con ellos.
El infiel, con todo y su error, es una persona ética en términos generales. El cuidado hacia otros, su responsabilidad en el trabajo, su conducta comprometida, trasparente y de genuino interés hacia los demás y sus compromisos, ha sido sostenida a lo largo del tiempo. Nadie diría que es una gente en quien no se puede confiar.
Observas en él un genuino arrepentimiento y un dolor por haberte lastimado.
Muestra un deseo genuino de reparar su error y sabe que tomará tiempo que recuperes la confianza. Se compromete contigo a diversas conductas para que paso a paso vayas recuperando la seguridad.
Acepta, o incluso propone, hacer un trabajo terapéutico individual y de pareja para entender qué ocurrió y sanar las heridas.

febrero 8, 2021