Vidal Schmill
Pedagogo, especialista en Desarrollo Humano. Autor del libro “Disciplina Inteligente”, best-seller con más de 500,000 ejemplares vendidos y “Berrinches, su manejo eficaz”.
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Autoestima: “La predisposición para experimentarse como competente para afrontar los desafíos de la vida y como merecedor de los propios logros y el bienestar.”
Nathaniel Branden
Los pilares de la autoestima son:
Auto eficacia. Percibirse como capaz de afrontar y resolver los desafíos en tu vida.
Auto dignidad. Percibirse como merecedor de amor, afecto y lo bueno que tiene la vida.
El narcisismo es un trastorno de la personalidad:
Es un patrón dominante de grandeza, necesidad de admiración y falta de empatía.
Tiene sentimientos de grandeza. Exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos.
Está absorto en fantasías de éxito, poder, belleza ilimitada. La adulación y el exceso de alabanzas puede introducir al niño(a) a estas fantasías.
Cree que es superior. Por lo tanto, no puede relacionarse con otras personas, sólo con algunas “especiales o de alto estatus”.
Tiene una necesidad excesiva de admiración. Esto lo conduce a expectativas de trato especial y de cumplimiento automático de sus expectativas. Tolerancia a la frustración = Cero.
Carece de empatía. No está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
Vía directa para fomentar el narcisismo:
Adúlalo(a). “Eres la más bella del mundo”, “eres el más inteligente”.
Acomoda tu vida alrededor de ellos / ellas y sus intereses, renunciando a tus propios intereses.
Fomenta el “Síndrome Selfie”, publicando un exceso de imágenes de él o ella en redes sociales. Auto promoción, auto-exhibición, auto-interés a costa de la exclusión de los sentimientos, necesidades e intereses de los demás.
No establezcas límites a los tiempos que está conectado a internet y redes sociales.
Permítele que pase por encima de los demás y festéjale cuando abusa de los demás de cualquier forma.
Fomenta la impunidad permitiéndole que se salga con la suya cuando haga daño a otras personas o seres vivos.
Confunde la auto-estima con la soberbia.
Confunde los problemas de socialización de tus hijos o hijas con “liderazgo”.
Vía directa para fomentar la autoestima:
Auto eficacia
Permítele aprender a hacer las cosas por sí mismo (autonomía) en diferentes aspectos de su vida (arreglo personal, vestirse, prepararse alimentos, hacer su cama, arreglar sus útiles, hacer sus tareas, limpiar áreas, ganar dinero, hacer encargos, etcétera).
Respeta sus ritmos de aprendizaje, no lo apresures y dale su tiempo para aprender y resolver sus propios retos.
Intervén sólo cuando veas que realmente puede ser afectado de forma importante debido a que no pudo manejar alguna situación (escuela, amistades, relaciones, tareas, etcétera)
Permítele tener frustraciones sin que tengas que intervenir para reducirla.
Deja que él o ella resuelva sus propios problemas y conflictos de acuerdo con su edad. Sólo intervén en casos extremos o que puedan escalar de forma preocupante o peligrosa.
Creer que puede y decírselo.
Felicítalo por logros verdaderos, reales. No regales reconocimientos no merecidos.
El arte de reconocer: BESOC (Breve – Especifico – Sincero – Oportuno – Cálido)
Auto dignidad
Hazle saber que lo amas incondicionalmente, no en función de sus logros.
Ten presencia, que la distancia no se convierta en ausencia.
En caso de divorcios, nunca abandonar.
En caso de nuevos matrimonios, nunca olvidar y darle su espacio en la nueva familia.
Nunca hablar mal de su origen (materno y paterno)
Corregirlo sin lastimar su dignidad personal (lo inaceptable es la conducta, no la persona)
Nunca pegarle, ni cuando estés muy enojada(o).
Darle tiempos de atención concentrada (sin celulares ni distractores) (cocinar juntos, ver un programa o película comentándola, jugar lo que sea, platicar y escucharlo con sus temas de interés)
Estar presente en eventos relacionados con su escuela, su salud, sus prácticas deportivas, sus amistades.
Mirarlo y sentirlo frecuentemente.
Poder decirle NO a algo sin que sienta que es porque estás enojado o por castigo.
Reconocerlo y que sienta que no tiene que hacer las cosas para tu satisfacción o aprobación.
