Gabriel Rolón
Psicólogo, psicoanalista, escritor. Egresado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Historias de diván (Planeta, 2007), su primer libro de psicoanálisis, fue un éxito de ventas inusual en Argentina. Ha vendido más de 300 mil ejemplares. La serie de televisión Historias de diván basada en sus libros, y de la cual fue uno de los adaptadores y guionistas, además de ser distinguida por la Red Iberoamericana de Ecobioética de la UNESCO por su interés cultural y ético-social, es parte de los debates en distintos foros académicos.
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Libros:
Historias de diván
Palabras Cruzadas
Los Padecientes
Encuentros (el lado B del amor)
Medianoche en Buenos Aires
Historias Inconscientes
Cara a Cara
De qué va el libro: El precio de la pasión
El precio de la pasión, analiza los más puros sentimientos que giran alrededor la pasión, que nos conmueven y hasta nos perturban a lo largo de nuestras vidas.
Así, el amor, el desamor, el deseo, la angustia, la vida y la muerte, el placer y el goce, el erotismo y la sexualidad, el miedo y la felicidad, el duelo, la tristeza, la soledad, el éxito y el fracaso son algunos de los temas que Gabriel toca en su libro.
¿Qué es la pasión?
La palabra pasión deriva del latín passio que significa «sufrir», que a su vez es de la familia ligada al verbo «padecer» y de raíz etimológica en común con «paciencia».
Es ambivalente, confusa y heterogénea
A veces se le confunde con la vocación, a veces con el deseo, a veces con el amor
Y la pasión es mucho más compleja: ES TODO ESO JUNTO Y UN POCO MÁS.
Cuando te apasionas, no piensas
Hay que tener cuidado cuando uno dice ser apasionado. ¿Hasta dónde? La pasión debe tener un límite
Pasión sana vs pasión que daña
Pasión sana: Cuando la pasión te cambia un destino. Permite que construyas algo que no pensaste que ibas a poder. Lleva a transitar el camino en dirección a tus deseos. Es increíble el camino que puedes recorrer cuando la pasión es sana.
Pasión que daña: Cuando te obsesiona, pasas los límites, cuando el sentimiento pasional te puede llevar a dañar a otros y a ti mismo, hasta el grado de humillarte.
Diferencias entre pasión y deseo
La pasión es mucho más amplia que el deseo.
La pasión te puede ligar a cuestiones muy destructivas.
Cuando hablamos de deseo se juega la parte sana y vital de la pasión, es lo que te recorre y te empuja para ir en busca de lo que sueñas, te sostiene ante la adversidad.
El deseo es la energía noble de la pasión, pero hay otras energías.
Si tu pasión te lleva a dejar la abogacía para tocar la guitarra, te voy a decir: te volviste loco, te arruinaste la vida. Podías tener un futuro hermoso y ahora estás tocando en los bares por un peso, PERO para ti tiene sentido, porque eres mucho más feliz ahora de lo que eras antes.
Lejos de lo positivo o negativo de la mirada de los demás, el deseo te empuja a ir en busca de aquello en lo que en algún momento, y si tuviste suerte, te va a hacer feliz.
La pasión es más amplia porque tiene el otro costado, la otra energía que te empuja a destruirte, a flagelarte, a quedarte enganchado en relaciones que que te van a hacer mal.
¿Qué nos apasiona?
El amor
El trabajo
La política
La religión
El fútbol
Por decir algunos
Las pasiones más peligrosas
Un ejemplo pueden ser las adicciones porque es una enfermedad, una patología, donde la pasión que recorre a alguien le arruina la vida para siempre.
Los fanatismos son pasiones peligrosas, uno es capaz de agredir a otra persona porque le va al equipo contrario de fútbol.
En la política, por ejemplo, el fanatismo apasionado, genera una división casi que de odio.
Yo te diría que cuando algo se desmesura tiende a enfermarse, todo lo que está demás lastima.
Ese es el costado peligroso, hay veces en las que ir por más placer, es más dolor.
¿Entonces, es el deseo o la pasión lo que nos mantiene vivos?
Las dos, pero más el deseo: es la energía de la pasión cuando es sana.
La destrucción, el masoquismo o el sadismo es la elegida para la pasión cuando es enferma.
El deseo es el enemigo de la muerte.
En cambio, las otras son sus aliadas: te tienen deprimido, encerrado, sin salidas, angustiado, sin poder ponerte de pie.
Es esa pulsión de muerte que nos recorre y se satisface de un modo muy perverso.
¿Se puede vivir sin una pasión?
Es tristemente posible vivir sin ella.
Los griegos tenían un concepto que estaba en la entrada del Oráculo de Delfos que decía “nada en demasía”.
¿Qué quiere decir? Que todo lo que está de más te lastima, te puede hacer mal.
La pasión es ese punto que tenemos que aprender a limitar, porque si se pasa nos va a hacer mal, pero si no está nos deja sin energía para encarar nada.
Hay gente que convive con la aparente ausencia de pasión.
Y digo aparente porque cuando no hay ninguna pasión a lo mejor lo que hay es una pasión por el miedo, por la soledad.
La pasión es la que nos permite apostar nuestra vida para que tenga un sentido