Gabriel Rolón
Psicólogo, psicoanalista, escritor. Egresado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Historias de diván (Planeta, 2007), su primer libro de psicoanálisis, fue un éxito de ventas inusual en Argentina. Ha vendido más de 300 mil ejemplares. La serie de televisión Historias de diván basada en sus libros, y de la cual fue uno de los adaptadores y guionistas, además de ser distinguida por la Red Iberoamericana de Ecobioética de la UNESCO por su interés cultural y ético-social, es parte de los debates en distintos foros académicos.
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¿Qué es el desamor?
Hablar de desamor es hablar de un amor que se ha perdido.
¿Por qué duele tanto?
El desamor es lo más parecido que puede haber a la muerte. Hay un desamparo donde nada parece tener sentido. Cuando algo dice “No te amo más” se destruye un mundo de sueños, un mundo de ilusiones, un mundo de proyectos.
Porque SER es SER amado por el otro. Nadie podría vivir sin ser reconocido, sin ser amado por otra persona.
El deseo más importante de todo ser humano es el deseo del RECONOCIMIENTO
Cuando un bebé llora, no muere, porque hay alguien que lo reconoce y lo va a cuidar
Por eso, el deseo de ser amado está en nosotros todo el tiempo. Porque sabemos inconscientemente que no seríamos capaces de soportar la vida sin amor
Por eso CUANDO EL AMOR SE VA, deja un dolor que va a costar superar, pero que puede superarse.
Es posible transitar el territorio del desamor sin destruirse
¿Se muere de amor?
Hay que estar muy enfermo para morir de amor. Al menos, de esa manera drástica que es un melancólico que se deja morir o un suicida que se pega un tiro porque lo han dejado.
El melancólico es un psicótico grave y el suicida es alguien que ha dejado en algún punto de creer en la vida. Que después le eche la culpa a una decepción amorosa es otra historia, pero estamos hablando de casos muy límites. NO ES EL AMOR, ES LA SALUD MENTAL.
De amor no muere nadie, pero OJO, no quiere decir que no se sufra muchísimo.
Es casi una obligación de todo sujeto humano tener la capacidad de resarcirse de un dolor amoroso y encontrar la posibilidad de volver soñar.
¿Por qué nos cuesta aceptar que algo se terminó?
Nadie se separa fácilmente de aquello que ama
A la mente le cuesta renunciar a aquello que da placer, que te hizo feliz
Y además, este amor se hace presente más que nunca porque vives con dos personas: el amado y el fantasma de lo amado. El fantasma es esa imagen que te hiciste de él o ella. Por eso, cuando la persona amada se va, sólo te queda el fantasma que creaste, y te sigue y te persigue. Por eso, todo el tiempo piensas en eso, extrañas, estás triste todo el día, en todo momento.
¿Cómo se supera?
En esta puja entre el amor del otro y el amor propio, muere de amor el que se queda sin amor propio.
Cuando el otro te quita su amor es dolorosísimo, tremendo; pero mientras te quede tu amor del duelo se sale.
Hay que sobreponerse a ese desafío con dignidad
Lo que te rescata de la angustia de no ser amado por otro es el respeto de ser amado por uno mismo.
Cuando sostienes tu dignidad y tu amor propio, entonces puedes salir de esos desamores porque no llamas a las tres de la mañana, no lloras, no SUPLICAS, no dejas esos mensajes carnada en Facebook o en Instagram: una foto con una copa de vino que dice “cuánto duele la soledad” esperando que el otro lo lea.
Hay que resistir todo eso porque el desamor lo puedes convertir es un infierno.
Los duelos se atraviesan, y más tarde o más temprano uno dirá: “Qué pena que no funcionó”, “Qué suerte que no funcionó”, “¿Cómo pude haber estado enamorado de esta persona?”. Pero sigue su vida.
¿Cómo soltamos?
No intentes acelerar el proceso del duelo
Acepta tu nueva situación
No te aísles
Aprende de tu separación
Haz todo aquello que te llene
No te centres en buscar un sustituto
Sé tú mismo
No idealices el pasado
No hables mal de tu expareja