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2024-11-19 23:40:05

bbmundo: Prohibido castigar

Para todos aquellos que viven agobiados porque no pueden más con los berrinches de sus hijos, porque no los obedecen, porque se la viven del chongo.

abril 17, 2019

Nancy Steinberg
Estudió psicología en la Universidad Anáhuac. Tiene una maestría en Psicología Clínica por la Universidad de las Américas y otra en terapia de pareja por el Instituto Mexicano de la Pareja. Estudió el doctorado en psicoterapia en un programa conjunto entre la Atlantic International University y el Instituto Mexicano de la Pareja.
TW: @doctora_nancy
T. 5294 – 0354

¿Tu hijo siempre hace berrinches en público?
¿Obedece más a los abuelos que a ti como papá?
¿Cuándo hace berrinche se pega o lastima a otros?

Por qué se ha escrito tanto acerca de la disciplina.
Esta búsqueda refleja el genuino deseo de los padres de encontrar un equilibrio que permita disciplinar y, al mismo tiempo, mantener una buena relación con sus hijos. Resulta entonces muy frustrante darse cuenta que, por más vueltas que se le dé al tema, la gente termina por regresar a dos únicas opciones: premiar o castigar.

¿Por qué sucede esto?
Creo que el origen del problema radica en una falta de comprensión de lo que significa disciplinar; la disciplina es vista como sinónimo de control – lograr controlar la conducta del niño. El resultado es poco atractivo:
Por un lado, cuando los padres se enfrentan con esta labor, se sienten culpables, desorientados, poco eficientes; en fin, desesperados. Y por el otro, al no obtener resultados, incrementan sus intentos de controlar… ¡sin obtener resultados!
Poco a poco, las relaciones entre padres e hijos se desgastan, se fragmentan; al final del día, los niños se encuentran igualmente desorientados, intentando entender qué es lo que sus padres quieren… ¡sin lograrlo!

La verdadera función de la disciplina no es el control.
Es la guía, el aprendizaje, el desarrollo de habilidades sociales; es ayudar a que el niño aprenda las reglas que le permitan la convivencia en sociedad, sin perder su originalidad y sin que tú tengas que romperle el espíritu para lograrlo. Forzar a un niño a obedecer nada tiene que ver con eso.

Se requiere mucha paciencia, flexibilidad, tolerancia frente a los tropezones en el camino; sí, ¡¡¡se requiere mucho amor!!!

Prohibido Castigar es un Movimiento que propone la búsqueda de alternativas efectivas y afectivas para la disciplina de los niños. Se trata de un enfoque novedoso, un Movimiento que surge del deseo de lograr una mejor disciplina sin recurrir al castigo.

Parte de la premisa fundamental – e infinidad de veces demostrada – de que los castigos no funcionan; dañan las relaciones entre los padres y sus hijos, crean un ambiente de hostilidad, dan lugar al resentimiento, al temor y al surgimiento de nuevos castigadores, gente que, al no conocer otras alternativas, perpetúa la búsqueda de soluciones por un método totalmente inútil.

Si el castigo funcionara, no tendríamos que estar incrementando su intensidad hasta encontrar la dosis correcta; no hay dosis correcta de castigo. ¡Simplemente no funciona!

abril 17, 2019