Julia Borbolla
Psicóloga. Creadora de los proyectos Antenas y Escudo de la Dignidad
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Aunque las cifras arrojaron que en 2020, el número de divorcios tuvo una caída de casi 66% debido al cierre de juzgados, la realidad es que muchas parejas decidieron separarse y ahorita que ya medio estamos volviendo a la normalidad, muchos buscarán divorciarse de manera definitiva.
Chéquense, tan solo en la última década la tasa de divorcios se incrementó 57.26%
Si ustedes están en esta cifra y además tienen niños en casa, Julia Borbolla viene a darnos los mejores tips para hablar del tema con nuestros hijos, ayudarles a tener contención y adaptarse al cambio lo mejor posible.
Los niños no dimensionan lo que conlleva una relación de pareja, porque su nivel de madurez y sus experiencias de vida no incluyen una relación sexualizada. Piensan que papá y mamá solo comparten una cama como ellos podrían compartir la suya con sus hermanos. Por ello no entienden el porqué papá se tiene que ir de la casa
Muchas veces en consulta los pequeños me dicen “si mi mamá no lo deja ya dormir en su cama yo le hago un huequito en la mía”.
Por otra parte, como el divorcio está tan cerca de la vida cotidiana de cualquier niño, aunque sus padres se quieran y vivan juntos, ellos temen que se puedan divorciar en cualquier momento. A ese síndrome yo le llamo “DIVORCITIS” y existen tres tipos:
DIVORCITIS VIRTUAL: En donde hay simples pleitos de convivencia entre la pareja pero el niño generaliza y dice “los papás que pelean se divorcian y mis papás se pelearon ayer porque la sopa estaba salada, seguro se divorcian” En pocas palabras la DIVORCITIS virtual solo existe en la mente de los niños y la sufren sin que sus padres lo sospechen
DIVORCITIS AGUDA. Es cuando si hay pleitos de divorcio y los niños lo sufren y lo presencian, no solo durante el proceso sino antes y después pues los padres siguen peleándose aunque sea por teléfono.
DIVORCITIS CRÓNICA: esta es la más peligrosa y dañina y es cuando los padres dicen “no me divorcio para no romperles la familia mis hijos” pero viven eternamente en conflictos.
Tienen pequeñas y efímeras reconciliaciones intermitentes que ilusionan a los hijos para luego desilusionarlos con una nueva discusión
Actualmente, encerrados juntos en casa, muchas parejas han visto aflorar la tensión en sus relaciones.
A todos nos ha tocado hacer malabarismos para compaginar el cuidado de los niños, las tareas domésticas y el trabajo, mientras nos preocupamos por la salud, las finanzas y el estado del mundo.
Pero es que además, la crisis global de covid-19 también ha dejado a muchos navegando en una crisis doméstica propia a puerta cerrada. Los hijos han sufrido por partida doble, el confinamiento y los pleitos entre papá y mamá.
Aunque los juzgados estuvieron cerrados y el % de divorcios se redujo a la mitad, los sociólogos vaticinan que al salir de la pandemia el índice de parejas separadas aumentará en más del 50%
Y es que la intensa convivencia saca a la luz conflictos qué tal vez ya existían pero que se incrementaron de forma exponencial
Los padres en pandemia no han tenido espacio para discutir a solas y entonces el conflicto toma dimensión familiar.
Los hijos toman bandos, dan opiniones y esto les genera un sentimiento de indefensión al ver que, quienes deben manejar la “nave familiar” no son capaces de ponerse de acuerdo.
Surgen reacciones en los niños quienes se vuelve. “Hijos parentales “ es decir pequeños que asumen funciones de padres ante sus propios padres y sus hermanos menores
¿Qué debemos hacer?
No tratar de disimular o negar qué hay conflicto de pareja
Explicar a los hijos qué hay diferentes grados en las discusiones. Unas son normales en la convivencia, como las que ellos tienen entre hermanos; pero otras son discusiones en las que se falta al respeto o se agrede FÍSICA o verbalmente y esas discusiones deben evitarse. si fuera necesario, inclusive poniendo distancia de por medio entre papa y mamá
Procurar dar ejemplo de solución de conflictos por la vía del diálogo
Aclarar que los hijos nunca son los responsables de la separación de sus padres
Que si los escuchan pelear por temas de los hijos es porque es lo más valioso que comparten y compartirán siempre
Entre papá y mamá no hay parentesco hay un “listón” que se ata o se desata como el de la amistad; pero entre padres e hijos sí hay ligas de sangre y éstas son irrompibles
Recuerda que lo que en verdad afecta a tus hijos no son los conflictos sino las no soluciones
Es mejor cortar una relación dañina a mantenerla creyendo que es lo mejor para los hijos
Los niños no tienen que saber la causa real de la separación simplemente entender que papá y mamá no pueden convivir sin pelear y por eso es mejor que cada uno viva por su cuenta
Y es regla de oro : jamás hables mal del padre o la madre de tus hijos porque ellos se alejaran de quienes los lastimen con esos comentarios