Evelina Valdés
Especialista en Mindfulness. Psicóloga de la Universidad Iberoamericana, Tiene un Diplomado en Psicofisiología Clínica del Instituto Nacional de Psiquiatría. Directora y fundadora de Mente Sapiens.
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Ser expectador silencioso de los eventos de la vida, sin comprender lo que sucede y peor aún sin entender lo que pasa en tu mente y en tu cuerpo, sin poder verbalizar que te sientes abandonado y que te gustaría que alguien te abrazara, te ayudara a tranquilizar y a sentirte seguro y protegido, como todo niño necesita sentirse. Así se comienza a marcar la huella del abandono.
Los pequeños dependen de la capacidad de empatía y sensibilidad de sus padres o cuidadores para que identifiquen sus necesidades de alimento, cobijo, sueño, tranquilidad y afecto.
Es a través de los padres y del vínculo que establecen con ellos, como aprenden a relacionarse con el mundo.
Convertirse en adultos seguros, sanos, emocionalmente regulados, con relaciones interpersonales satisfactorias y una vida plena depende en buena medida de la manera en que les enseñen a manejar los miedos, las pérdidas, las emociones y el estrés.
Si los padres o cuidadores no son fuente de calma, seguridad, consistencia, regulación emocional y amor incondicional lo más probable que el niño crezca inseguro con discapacidad emocional y en ocasiones también se ven afectadas sus capacidades cognitivas.
¿Cómo saber si mi hijo se experimenta abandonado?
Muestra extrema ansiedad al separarse de los padres o cuidadores.
Miedo a estar solo.
Enfermedades frecuentes por estrés.
Dificultad para concentrarse en la tarea.
Preocupones, pensamientos catastróficos.
Complacientes, auto-exigentes.
¿Cómo prevenir la huella de abandono?
No ridiculizarlos.
No inhibir la expresión emocional.
No someterlos a estándares no adecuados a su edad y capacidad.
No basar en los hijos la propia valía ni felicidad.
No decir que los abandonas, dejas o regalas.
Ser fuente de calma y tranquilidad.
Practicar el amor incondicional.
Establecer límites claros, definidos y alcanzables.
Favorecer la expresión y validación de las emociones.
Hacerle sentir que estás ahí con él para acompañarlo y ayudarlo a regular en esos momentos difíciles emocionalmente.
Cada día hacerle sentir que lo amas y que es valioso para ti.