Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
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• Dentro de nuestras familias todos tenemos un rol. Ya sea asumido o asignado por los demás, desde la infancia fuimos catalogados como “la bonita”, “la inteligente”, “el fuerte” o “el chillón”. A veces es el orden de nacimiento causante de estas etiquetas.
• Otras, alguna característica observada o hasta alguna conducta muy definida. La cuestión es que de nosotros se espera que nos ajustemos al mito familiar y asumamos rol, tradiciones y hasta lealtades sin cuestionar.
• ¿Pero qué pasa cuando no te ajustas a las expectativas familiares? De inmediato muchos se inquietan y se apresuran a querer regresarte al corral. Si no lo haces, adquirirás un nuevo rol. El de “la oveja negra”.
¿A qué nos referimos aquí con eso de “oveja negra”?
En este caso no nos vamos a referir como “la oveja negra” a personas que dentro de una familia:
• Cometen delitos, tienen adicciones o son violentas.
¿Qué hacer cuando los están manipulando para que hagan lo que los demás quieren?
Nos referimos a personas que dentro de una familia:
• No se ajustan a las creencias, normas o roles familiares (especialmente cuando son impuestos o son muy rígidos).
• Adoptar otra religión.
• Casarse o, peor aún, “juntarse” con la persona incorrecta.
• Viuda, divorciada, madre soltera, alguien mayor o menor, alguien de clase distinta, raza distinta, religión distinta.
• Divorciarte: Cuando en esta familia nadie se divorcia y uno se aguanta para toda la vida.
• O cuando “ya no estás en edad” para hacerlo o después de muchos años de matrimonio donde “mejor ya deberías quedarte”.
• Adoptar valores distintos
• Por ejemplo, hay quien sostiene que debes siempre obedecer lo que tus padres digan, sin importar si eso es lo que quieres o no en la vida. Hay quien dice que debes amarlos y honrarlos por el sólo hecho de ser tus padres, sin importar si de niño te maltrataban o abusaron de ti.
• No ajustarse a los roles de género familiares.
• Especialmente si decides no tener hijos, si los tienes no sacrificarte por ellos y querer “trabajar”, no querer casarte de blanco o por la iglesia, etc.
• Hacer cosas para las que “ya no estás en edad”.
• Vestirte de cierta manera, enamorarte a cierta edad, irte sola de vacaciones, etc.
• No estudiar cómo se espera de ti o lo que se espera de ti.
• Cambiar de carrera, no ser piloto como tu padre, dejar la escuela para dedicarte a lo que amas.
• Cuestionar, cuando lo que se te ha pedido es obedecer.
• Ser feliz, cuando a esta vida se viene a sufrir.
¿Qué trato se le da a alguien así?
Ocurre un fenómeno conocido como “marginación familiar”
• Es dar a un miembro de la familia, en este caso “la oveja negra” un trato diferente, constantemente se les critica, se les excluye de ciertas conversaciones y eventos familiares, se habla de ellos a sus espaldas, desaprueban abiertamente lo que hacen o dicen, se perciben como una “mala influencia” para otros.
• Se les ve como raros, rebeldes y hasta locos.
• No se les da un trato digno o respetuoso.
¿Por qué los otros insisten en “normalizarnos”?
• Un proverbio chino dice “si te duele un dedo, te dolerá toda la mano”.
• Alguien que rompe la conformidad con el mito familiar pone en riesgo el linaje y la estabilidad de las estructuras de poder establecidas en la familia. los que principalmente marginan son los mayores o quien tenga un estatus familiar elevado (hermano mayor, el consejero familiar, etc).
• Además lo que es nuevo y diferente inquieta o asusta a quienes no sienten que tengan los medios o recursos ya no para cambiar ellos mismos, sino incluso para comprender el cambio. Actúan por miedo e ignorancia.
Cómo ponerle límites a lo que no les da paz y no los deja vivir
¿Conviene entonces “divorciarnos” de nuestra familia?
• El sólo pensar alejarte de tu familia de manera radical y permanente sería, para ellos al menos, la cereza del pastel que les confirme tu rareza.
• Sin embargo, en un estudio realizado este 2017 por la Dra. Kristina Scharp y la Dra. Elizabeth Dorrance, de la U. Estatal de Utah en los EEUU, se afirma que distanciarse de la familia es a veces la mejor solución a una relación familiar tóxica cuando todo lo demás ha fallado.
• Aunque esto pueda ser liberador, para muchos puede ser una fuente de culpa, especialmente cuando algún miembro de la familia muere y los lazos nunca se restablecieron.
¿Qué podemos hacer para salir bien librados de esto?
• Precisamente una de las autoras del estudio citado nos dice que podemos adoptar 5 estrategias para afrontar la marginación familiar y la etiqueta de “Oveja negra”.
No te aisles e invierte en relaciones que te nutran
• Mantente cerca de personas que no te desaprueban (quizá algunos en secreto hasta te envidian, porque ellos mismos no se atreven a lo que tú sí has podido).
• Algunos hermanos, parte de tu familia extensa o amigos, por ejemplo.
• Si tu familia de origen te exilia, forma tu propia “familia de elección”.
Asume las diferencias y no hagas de ellas un problema
• Es verdad que no eres como los que te han marginado o te critican, pero esa diferencia no tendría que ser un problema. A veces duele, es verdad, pero cruzar ciertas puertas siempre ha tenido algunos costos.
• Cuando cruces, no se trata de “iluminarlos” para que sigan tu camino, sino de hacer lo que ellos no han podido; respetar sus puntos de vista. A veces es muy frustrante cuando te adjudicas la misión de rescatar a quien no quiere ser rescatado.
• Enfócate en cómo hoy eres más fuerte o más flexible gracias a los cambios que has adoptado.
Re-negocia nuevos límites con tu familia si eso es posible
• A veces poner distancia no es suficiente. Hay familias persecutoras o intrusivas que se inmiscuyen en tu vida y tus decisiones.
• Clarifica tus fronteras personales. A veces tienes que ser directo y pedir que suspendan la intromisión. Otras veces hay que limitar el tiempo de convivencia y centrarnos en temas superficiales, evitando tocar con ellos temas sensibles donde puede encenderse la mecha.
Hay cosas que no se pueden cambiar y simplemente hay que seguir adelante. Escuchen esto
No confundas la culpa que sientes con la que tienes
• A veces las familias que marginan tienden a crear entornos culpígenos para presionar a regresar al corral o para castigar a la “oveja negra”.
• Sentir culpa es muy común en estas situaciones como ya he dicho. Pero recuerda que lo que sientes no siempre es lo mismo que lo que pasa. Sientes culpa, es verdad, ¿pero la tienes?
• Si estás seguro que sí, entonces busca reparar.
• Si no, entonces ya déjala ir y deja de estar cayendo en chantajes familiares.
Aprecia tu autenticidad
• Ser auténtico no es ponerse necio en un “pues así soy yo y si les gusta o no, me vale”.
• Es reconocer que eres fiel a tus creencias y tu modo de ver la vida sin tener que buscar adherentes, cómplices o hacer proselitismo de tus creencias como las correctas.
• Reconoce tu valor al haber desafiado el Statu quo familiar rompiendo paradigmas de manera razonada.
• Tomaste la decisión de que es más importante ser fiel a quien eres más que encajar en un viejo molde que te estaba asfixiando.
Ser la oveja negra te da el permiso de no tener que seguir al rebaño
Para saber más:
• Fitness, J. (2005). Bye bye, black sheep: The causes and consequences of rejection in family relationships. In K. D. Williams, J. P. Forgas, & W. Von Hippel (Eds.). The social outcast: Ostracism, social exclusion, rejection, and bullying (pp. 263-276). CRC Press.
• Kristina M. Scharp & Elizabeth Dorrance Hall.- Family marginalization, alienation, and estrangement: questioning the nonvoluntary status of family relationships. Annals of the International Communication Association Vol. 41 , Iss. 1,2017