Raúl Enríquez Uhthoff
Coach y conferencista internacional creador del Modelo PenSA: Pensamiento Sistémico Aplicado
Es especialista en Terapia Racional Emotiva, Terapia Familiar Sistémica, Coaching, Hipnosis Ericksoniana, Inteligencia de Género, etc.
TW: pensamx
FB: Libertad Emocional Pensa
Curso: “Los tuyos, los míos y los nuestros”
Cuándo: Domingo 12 de noviembre a las 8:30
De la Pareja a la Familia y de regreso
• Las familias reconstituidas son las que se componen de una pareja que tras segundos (o terceros, o cuartos) matrimonios, en los que uno o ambos adultos aportan hijos a la relación, deciden vivir juntos.
• Para llegar a éste punto es claro que uno o ambos de los integrantes de la nueva pareja han tenido que dejar atrás un vínculo anterior.
Toda familia reconstituida tiene como origen una o más pérdidas:
• parejas que pierden a su pareja
• hijos que pierden a sus padres o a sus madres
• personas que al divorciarse se ven obligadas a dejar su casa, su seguridad y estabilidad emocional, etc.
Esto deja a los que se quedan y a los que se van, con algunos duelos, culpas y fantasías no resueltas.
Si regresamos la película algunas escenas atrás, lo que veríamos es que en la formación de una familia hay una serie de pasos a seguir y que idealmente llevarían éste orden:
1. Él y Ella se conocen.
2. Deciden hacer vida juntos.
3. Pasan un “un punto medio” entre la cultura del uno y del otro.
4. Llegan los hijos como parte de un proyecto de vida y el equilibrio que habían logrado tiene que restablecerse.
Por otra parte, en las familias reconstituidas se da todo al revés: la pareja se encuentra ya con ritmos y costumbres familiares, lealtades, necesidades, expectativas, miedos, etapas, e influencias distintas.
Hay cosas externas evidentes, pero lo más importante es “lo que no se ve”, como los procesos internos por los que atraviesan todos y cada uno de los integrantes. De acuerdo con su edad y situación específica.
La mayoría de las ocasiones se generan conflictos por no haber atendido oportunamente “lo que no se ve”:
• Los adultos buscan una nueva pareja, sin haber siquiera entendido “lo que salió mal” en la anterior, con la fantasía de que encontrando a “alguien mejor”; las cosas “van a ser diferentes”.
Qué hacer cuando tienen en casa un niño que es oposicionista desafiante
Estadísticamente el 50% de las familias reconstituidas con hijos, fracasan
a) Por esta impulsividad de saltar de una relación a otra precipitando las cosas.
b) Por un inadecuado manejo de la construcción de “Puntos Medios” que permitan a padrastros e hijastros pasar por cada etapa: conocerse, aceptarse y/o rechazarse, acercarse, construir el vínculo e irlo transformando conforme a cada etapa.
Si te Amo peeero… “traigo mi cajita feliz”
• Una vez instalados en el nuevo vínculo aparecen los verdaderos fantasmas y es cuando las personas entran en la disyuntiva de tener que elegir entre sus hijos o su relación. Se caen varios velos sostenidos por fantasías y mitos:
El mito de la familia nuclear: Cuando esperas que tu nueva familia “como por arte de magia” va a funcionar de manera armónica y todos felices.
ANTIDOTO: Deja de “contarte historias”…
• Asume tu propia historia familiar: La historia de tu familia que te trajo hasta aquí, y que “nada va a ser distinto” hasta que tú no hagas TU “tarea”… tu lección.
• Acepta tu situación: tus dolores y tus heridas son TUYOS y de nadie más: ni de tus hijos, ni culpa del o la ex, por tanto, solos o con ayuda hay que resolverlos antes de salir a buscar el “Príncipe Azul” o el “Hada Buena”.
• Con calma: aún en el caso de que cupido te haya sorprendido a la salida del juzgado el día de la firma del divorcio… ¡ALTO! Así sea tu “alma gemela”, él o ella tendrán que esperar a que “salgas del taller” para siquiera mencionárselo y presentárselo a tus hijos.
¡Atentos! Lo que no resolvieron con sus padres, se lo llevan a la pareja. Escuchen
El mito de la compensación: Es cuando al venir de un vínculo anterior poco satisfactorio se espera que el segundo nos ofrezca una especie de compensación (“este es el bueno”).
• Además de la posible decepción, lo que realmente se está haciendo, es exigirle “al otro” que asuma roles o actitudes sólo por nuestras fantasías de compensación y ante tal presión: comienzan los conflictos.
ANTIDOTO: “Controle a sus fieras”
Ante todo, si lo que realmente deseas es construir una relación buena para ti, para el otro y los niños involucrados, OJO:
• Nunca “rescatar a alguien” tiene final feliz.
• Debes saber desde un inicio que “el otro” no tiene por qué compensar “tus fallas de origen”. Tus carencias de la infancia ¡son tuyas! Detén a tus fieras y no lo hagas salir corriendo.
La esperanza del cariño inmediato: Los nuevos padrastros a veces asumen que tienen derecho a un afecto y a una autoridad sin haber hecho nada por ganársela.
ANTIDOTO: “Des-pa-ci-to”
• Aunque la nueva pareja “te empuje” o tú “te avientes” ¡NO CORRRAS!
• El 70% de las familias reconstituidas “truenan” por las dinámicas que se generan entre los padrastros y los hijastros donde la “prisa por quedar bien” termina forzando procesos que acaban muy mal.
La fantasía del rescate: En algunas ocasiones los padrastros recién llegados pretenden “ganarse un lugar” queriendo rescatar a los hijastros de la mala educación, que según Él o Ella recibieron o reciben de su antecesor.
ANTIDOTO: “Cada chango a su mecate”
Aunque la tentación es muy grande y las telenovelas lo visten de glamour, esa idea de: “yo seré como un verdadero padre para ellos”…tiene sus inconvenientes técnicos:
• Los Ordenes en el Amor: Siempre el padrastro será el segundo y el padre biológico el primero.
• Las Lealtades Ocultas y las dinámicas sistémicas: Los hijos terminan llevando el peso de las fantasías de los papás pagando un precio altísimo por ello.
Todo sobre la patria potestad, escuchen
Puntos Intermedios y “Atlas de Riesgo”… ¡Al rescate!
Como todo en la vida las experiencias son “tan buenas” o “tan malas” como decidimos vivirlas.
• Hay un gran dicho que va: “el que aún no sepas para qué estás viviendo lo que te está tocando vivir; no te impide sacarle el mejor partido aún a la “peor situación”.
En otras palabras está en nosotros elegir vivir “la aventura de hacer familia en consciencia” o padecer “la friega de haberme juntado con este y sus chamacos”
• ¿Cómo lograrlo?
• ¿Cómo hacer que “mi salvación” no se convierta en un “peor infierno”?
• ¿Cómo no caer en la situación de: “ahora ya nos amolamos por que esta tiene que salir bien a fuerzas”?
• ¿Cómo evitar llegar a la triste disyuntiva: o mi amor de pareja o el bien de mis hijos?
• ¿No será que ya nos toca hacernos de una cultura de prevención de “desastres relacionales”?
• De qué sirve que llegue un padrastro pero que no tenga el más mínimo interés de construir una relación con los hijos de su nueva pareja porque “él ya sacó a los suyos” Esto es algo que se podría haber previsto ¡ANTES!
Por ello es necesario que cada quién por su lado y luego los dos juntos, hagan su “Atlas” y evalúen:
• Las características de la población: Edades, necesidades específicas de todos y cada uno por separado “los niños” no son un “paquete” o subcategoría, ya que cada uno trae lo suyo.
• Los recursos materiales y logísticas básicas: Los dineros y los criterios para generarlos y administrarlos y los acomodos en espacios, tiempos y ritmos que atiendan lo mejor posible las necesidades de todos compensando explícitamente los sacrificios de algunos: ¿Por qué estos alienígenas se van a quedar con mi cuarto?
¡Por Amor! ¡Hagamos la Tarea! Tanto si ya estamos en medio de la “zona de riesgo” como si prudentemente estamos apenas considerando la posibilidad.