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2024-12-21 00:34:16

6 ideas e inventos simples que vendieron millones

Les vamos a decir cuáles han sido las ideas más simples que se convirtieron en negocios millonarios.

septiembre 14, 2021

Adrián Gutiérrez
Especialista en negociación profesional, conferencista, autor de los libros “Cómo ser un mexicano exitoso”, “100 cosas que todo mexicano debe saber”, “Padre Divorciado”, “Cómo ser un latino exitoso en Estados Unidos”
TW: @MexicanoExitoso
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FB: Cómo ser un mexicano Exitoso

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Beanie Babies TY Warner
Esta fábrica de peluches abrió en Illinoins en 1986 y fue creada por TY Warner.
Patrimonio neto: 4.3 billones de dólares.
Edad: 77 años.
TY Warner crece en un hogar disfuncional, su madre es diagnosticada con esquizofrenia y paranoia, por lo que algunas veces sufría de abusos, sus padres se divorciaron. Entonces, Warner intentó varias veces seducir a las novias de su papá.
TY quería ser actor, por lo que después de dejar la universidad se muda a los Ángeles para probar suerte, después de 5 años de poco éxito, regresa a Chicago a trabajar como vendedor en una fábrica de juguetes donde su padre había trabajado.
En 1980 es despedido por vender sus propios productos, productos que hacían competencia a la empresa que trabajaba, se toma un año sabático en Italia.
En 1986 decide abrir su propio negocio de peluches, hipoteca su casa y con la herencia que le había dejado su padre abre TC Warner, vendiendo gatitos de peluche que había visto en Italia.
En 1993 nacieron los Beanie Babies
Fueron pensados en un peluche que los niños pudieran comprar con su propio dinero, su valor iba entre los 5 y 10 usd.
Otra NOVEDAD fue el tamaño, eran peluches que cabían en los bolsillos, por lo que no se quedaban en casa y podían se trasportados
Los peluches tenían nombre y fecha de nacimiento, por lo que tenían vida propia, como si fueran un hijo
Tenían un distintivo visual en sus ojos, eran muy grandes.
En 1995 es pionero en internet, cuando apenas el 1.4 % de los norteamericanos tenia internet, el crea una página web de los Beanie Babies para interactuar con los compradores.
En 1996 se popularizan más los peluches al ser parte de la cajita feliz de McDonald y para 1999 ya tienen ventas por 700 millones de dólares al año, por lo que TY decide dejar de fabricar los peluches, pero un año después por petición de los consumidores los vuelve a producir.
Hoy en día TY es dueño de algunos hoteles de cadena Four Seasons, el más famoso el de NY, tiene hoteles en Hawái, california y en México, Las Ventanas al Paraíso Resort en Los Cabos, México,
TY jamás se ha casado, ha tenido dos noviazgos de larga duración pero jamás se casó y no tuvo hijos.
Hoy hay Beanie Babies que tiene un gran valor para los coleccionistas y que han alcanzado un valor de venta de hasta 75 mil Euros, más de 1,600,000 pesos mexicanos.
Osito de peluche color purpura, homenaje a la princesa Diana, tras su muerte en 1997, se han vendido entre 28,000 y 75,000 Euros.
Oso de la paz, con un símbolo de la paz en el pecho 13700 euros.
Unicornio Mystic, 1993, mientras más defectos tenga más valor tiene, se subastan en 2500 euros.
Oso Valentino, valor 1700 euros.
Mac el cardenal 1998, 4200 Euros.
Floppity el conejito 6300 euros.
Personajes hechos Beanie Babies: Bob esponja, Dora la exploradora, Shrek, Pepa Pig, Mickey Mouse, Winnie the Pooh, los Minions.

Gary Dahl, Pet Rock
Se les publicitó como las mascotas perfectas: no era necesario alimentarlas, bañarlas, pasearlas, ni preocuparse por ellas cuando te ibas de viaje.
Gary Dahl vivía al norte de california y a sus 41 años era un editor publicitario independiente, básicamente no tenía un trabajo estable, y estaba en banca rota.
Un día de 1975 estaba tomando unas cervezas en un bar con sus amigos, cuando los oyó quejarse de sus mascotas, Gary bromeó diciendo que él ya poseía la mascota perfecta: una roca, que no requeriría bañarse, caminar, alimentarse ni nada. Además de todas esas ventajas, no enferma, ni envejece nunca, ni será desobediente, ni siquiera morirá.
En las semanas siguientes Gary se dedicó a escribir un manual de 32 páginas sobre como convivir con tu roca mascota, y como entrenarla.
Incluía instrucciones como: «Las Pet Rocks son fáciles de entrenar. Pueden aprender rápidamente a ‘sentarse’, ‘quedarse’ y ‘hacerse el muerto'».
Otro consejo decía: «Nunca lleve a su Pet Rock a nadar. Se sabe que son malos nadadores y se hundirán hasta el fondo. Está bien darles un baño ocasional en aguas poco profundas».
El manual también informaba a los propietarios que las mascotas de piedra «parecen prosperar sin comida», que son «bastante perezosas» y que son «tercas y no vendrán cuando se los llame».
El adiestramiento: «rodar» y «atacar» requerían un poco de ayuda del propietario. Sin embargo, las órdenes «venir», «estar de pie» y «estrechar la mano» eran imposibles de enseñar.
¿Qué quería vender Gary?
«La gente está tan aburrida, cansada de todos sus problemas», dijo Dahl a la revista People en 1975. «Esto (los Pets Rocks) los lleva a un viaje de fantasía… se podría decir que hemos empaquetado el sentido del humor».
¿Dónde compraba las piedras?
Las piedras las compraba en San José California, pero en realidad las traían de las playas mexicanas de Rosarito California, piedras grises y redondeadas de un tamaño uniforme que el compraba por 1 centavo de dólar y las vendía a 3.95 usd, lo equivalente hoy a 15 usd.
Gary comenzó presentando su ‘Pet Rock’ en la feria de regalos, celebrada durante el mes de agosto, en San Francisco, algo que haría más tarde en Nueva York.
La idea gustó a firmas como Neiman-Marcus, y comenzaron a llegarle encargos de compra. La prensa se hizo eco de la noticia y algunos medios como Newsweek reflejó el proyecto del ‘Pet Rock’ sobre sus páginas. Incluso apareció dos veces en «The Tonight Show.
Para octubre de 1975 ya vendía 10 mil pet rocks cada día, para navidad vendió dos toneladas y media, aumentado su popularidad durante el primer semestre de 1976, para la siguiente navidad, la novedad ya había pasado y las ventas ya eran muy bajas, aun así en muy poco tiempo había vendido más de 1.5 millones de rocas, con sus ganancias le alcanzo para comprar una casa con piscina en vez de la cabaña donde vivía y un mercedes.
Cuando la moda de las Pets Rock pasó por completo, intentó otros negocios que no funcionaron, cría de arena, cubos acrílicos de tierra, tuvo una taberna y un negocio de veleros.
Tras el fracaso de sus otros productos Gary fue demandado por sus inversionistas y regresó a la publicidad, en el 2001 saco el libro Advertising for Dummies.
Murió en el 2015 preguntándose, si la vida no hubiera sido más simple, sin haberse hecho millonario.
Se casó y se divorció tres veces, tuvo 3 hijos y 7 nietos.
Hoy en día pueden adquirirse, aunque con embalaje diferente, en Petrock.com por 19,95 dólares.
#EncuentraMiPiedra
Es una nueva moda con piedras que empezó en Europa, la idea es que pintes una piedra y que la piedra viaje. Le pides a un amigo que la lleve a otro lugar y la tire, y cuando es encontrada por alguien más, la notifica en grupos de Facebook.

Hula Hoop
Gary Dahl dice que tomó la idea de comercialización de su pet rock, del Hula hoop, o Hula hula.
Los aros para hacer ejercicio o moldear el cuerpo tienen más de 3000 años, desde el antiguo Egipto, pasando por Grecia y ya se usaba para bajar de peso, en el siglo XIV era muy popular en Inglaterra.
La palabra Hula fue introducida en el siglo 18, por marineros ingleses que estuvieron en Hawái y los bailes hawaianos eran similares al movimiento de caderas cuando se usaban los aros.
En 1948 Richard Knerr y Arturo Melin pusieron una pequeña fábrica, wham O en su garaje, en los Ángeles, el propósito era comercializar un lanzador de carne para el entrenamiento de halcones, el negocio no funcionó y alguien le sugirió comercializar aros para gimnasia que utilizaban en Australia los niños en las escuelas hechos de bambú, pero ellos decidieron fabricarlo de plástico de colores.
Una de las curiosidades es que Knerr y Melin, intentaron patentar su invento, pero al tener 3000 años de antigüedad y uso, se les negó la patente, también la mejora técnica, al hacerlo de plástico, lo que dio pie, a que cualquiera pudiera fabricarlo y comercializarlo, aun así el Hula Hoop, los hizo millonarios, se vendieron 20 millones de aros, en 6 meses a dos dólares por aro.

Akihiro Yokoi and Aki Maita Tamagotchi.
El tamagotchi es una mascota tecnológica que hizo la fábrica de juguetes japonesa Bandai, que originalmente nació como una empresa textil, para después entrarle al mercado de los juguetes.
El primer éxito de Bandai fueron los autos miniaturas y de carreras, lo que los llevó a expandirse por todo el mundo, también lanza Astro Boy, basada en el super héroe, otra marca desarrollada por Bandai fue Tonka, otro de sus grandes éxitos fue Pac Man.
Aki Maita, es una pedagoga japonesa que trabajaba como desarrolladora de juguetes en Bandai, de niña, por el poco espacio en las casas japonesas, no pudo tener una mascota, por lo que siempre soñó con tener una, así se le ocurrió el Tamagotchi, una mascota virtual.
Para 1996 Bandai pasaba por una crisis económica que salvo el Tamagotchi, salió en Japón en 1996 y para 1997 en el resto del mundo, vendiendo millones de ellos, la idea básica era que cuidaras de el por 28 días y si lograbas cuidarlo el regresaría a su planeta nuevamente, como ET.
Tamagotchi significa huevo reloj, la historia dice que la nave espacial donde venían chocó en la tierra y por eso se quedaron aquí, una vez que el prototipo fue terminado Aki, se fue a un barrio de Tokio y regalo varios de los prototipos a 200 personas a cambio de que contestaran preguntas acerca de su funcionamiento, al notar que el producto era todo un éxito, Bandai se apresuró a lanzar el producto al mercado.
El invento del Tamagotchi les dio el anti premio nobel de economía a: Akihiro Yokoi, de Wiz Company, en Chiba (Japón), y Aki Maita, de Bandai Company (en Tokio), el padre y la madre del Tamagochi, «por convertir millones de horas de trabajo en tiempo perdido en cuidar mascotas virtuales».
Tamagotchi ha vendido más de 82 millones de copias, dando ganancias de 900 millones de dólares.

Smiley
Harvey Ball, un artista independiente de Worcester, ciudad inglesa en el condado de Worcestershire, fue el encargado de crear esa «carita sonriente» que acabaría dando la vuelta al mundo.
Uno de sus clientes le llamó pidiendo un logo peculiar y divertido para levantar los ánimos de los empleados en la oficina, porque la fuerte competencia estaba haciendo bajar los ingresos de la empresa.
De este modo, Ball creó la famosa cara sonriente sobre el círculo amarillo, en un proceso creativo que le llevó diez minutos.
El artista cobró 45 dólares por su trabajo. Hablamos del año 1963, casi 400 dólares actualmente.
La carita sonriente tuvo bastante más impacto del que Ball podía haber previsto.
Cometió el error de no haberlo registrado como marca, lo que permitió que varios empresarios empezasen a hacer negocio con él.
En Estados Unidos Bernard y Murray Spain de Philadelphia empezaron a imprimir estas caritas en botones con el mensaje «Have a Nice Day», llegando a vender más de 50 millones en plena época de la Guerra de Vietnam.
Sin embargo, no fue hasta la llegada a este escenario de Franklin Loufrani cuando el logo se registró. Este era un joven periodista francés, que decidió diseñar un logo como aviso a los lectores de que la noticia era positiva. Sea o no casualidad, era idéntico al original de Ball. A diferencia del artista inglés, Loufrani sí que tuvo a bien registrar el logo, y es que vio en el potencial de venta.
A principios de los años 70 el movimiento hippie de Estados Unidos se estaba expandiendo por Francia.
Amor libre, drogas, buena música y alegría: aquí podía encajar el «Smiley».
Loufrani repartió más de 10 millones de adhesivos por el país, una estrategia de marketing que permitió que la carita sonriente se propagara, ya que la gente la pegaba por todos lados.
Smiley Icono
Para 1996 Smiley había pasado casi totalmente de moda, pero el hijo del Loufrani, se dio cuenta de la entrada de la era digital, así en 1997 Loufrani se dio cuenta de que cada vez se utilizaban más los emoticonos en la tecnología móvil y comenzó a experimentar con caras Smiley animadas​ para que cada uno de los emoticonos previamente existentes, que se componían únicamente de signos de puntuación, tuviera su correspondiente icono colorido y así mejorarlos para un uso más interactivo en el mundo digital.
A partir de entonces, Loufrani comenzó a compilar un diccionario de emoticonos en línea7​ compuesto de varias categorías: clásicos, expresiones de humor, banderas, ocasiones especiales, diversión, deportes, meteorología, animales, alimentos, países, profesiones, planetas, signos del zodiaco y bebés.
Estos diseños se registraron por primera vez en 1997 en la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos y más adelante, en 1998, se publicarían como archivos .gif en Internet, convirtiéndose así en los primeros emoticonos gráficos usados en tecnología.
Hoy factura más de 500 millones de dólares al año.

Slinky—$300 Million
El ingeniero mecánico Richard James inventó el Slinky por accidente.
En 1943, estaba trabajando en un diseño de resorte que pudiera mantener los equipos sensibles de los navíos estables en el mar.
Después de fallar algunos intentos en un estante, James observó un asombroso desplazamiento del resorte que bajó del estante “caminando” en lugar de caer.
En compañía de su esposa Betty, James desarrolló un plan para convertir su invención en el siguiente gran nuevo juguete.
Betty escudriñó el diccionario buscando un nombre apropiado y encontró la palabra “Slink” que significa escabullirse, así que lo nombró Slinky (Escabullidorcito).
Para su producción, James diseñó una máquina para enrollar 80 pies de alambre en un espiral de dos pulgadas.
La pareja pidió prestados US$500 dólares para fabricar los primeros Slinkys.
Las ventas iniciales probaron un lento beneficio hasta que la tienda departamental Gimbles de Filadelfia adelantó demostraciones para la navidad de 1945.
Los primeros 400 se vendieron en minutos.
Un aviso publicitario con un memorable jingle conformaron una base datos de clientes a nivel nacional.
Slinky se deslizó hacia abajo sin esfuerzo a través de la televisión, aunque no le fue tan bien bajando escaleras largas.
Sin embargo, a finales del siglo XX y 250 millones de Slinkys después, la gente lo sigue comprando.

septiembre 14, 2021