Larry Rubin
Presidente The American Society of México
En la historia de Estados Unidos solamente dos presidentes han sido sometidos a un proceso de impeachment: Andrew Johnson, en 1868; y Bill Clinton, en 1998.
El 18 de diciembre de 2019, Donald Trump se convirtió en el tercer presidente de Estados Unidos que enfrentará un juicio político, algo que permanecerá como una mancha imborrable de su mandato. La fecha formará parte de los manuales escolares y los libros de historia.
FACT: Donald Trump se ha pasado media vida litigando en los tribunales. A lo largo de su carrera como empresario, constructor, presentador de televisión y personaje de la farándula, el neoyorkino se ha enfrentado a más de 3,500 causas legales, según el recuento que hizo hace tres años ‘USA Today’. Ninguna de ellas, sin embargo, tan trascendente como la que ahora comienza.
Aunque todo el mundo coincide en que el proceso concluirá con la absolución del mandatario, se trata de un momento dramático en la historia de este país que marcará el rumbo de las elecciones presidenciales y legislativas previstas para noviembre de este año y, no hay duda, profundizará aún más la polarización que ya de por sí existe en torno a la gestión del presidente republicano.
DATO: ¿Qué es un «impeachment»?
En este contexto, el impeachment es el juicio político que tiene lugar en el Congreso de Estados Unidos con vistas a una posible destitución del presidente.
La Constitución estadounidense establece que el presidente «debe ser destituido de su cargo si es acusado de y condenado por traición, soborno, u otros crímenes o delitos graves».
¿Por qué?
La decisión fue adoptada con los votos de la mayoría de legisladores del Partido Demócrata que controlan la Cámara Baja y es el resultado de una investigación que se inició en septiembre pasado para indagar si Trump buscó o no ayuda de Ucrania para aumentar sus posibilidades de ser reelegido en 2020.
Ahora, el presidente deberá someterse a un juicio político en el Senado que será, en definitiva, donde se decidirá su destino.
¿De qué acusan a Trump?
Trump está acusado de presionar a Ucrania para que encontrara información perjudicial sobre uno de sus principales rivales demócratas de cara a las elecciones de 2020, Joe Biden, y su hijo Hunter.
Hunter trabajó para una empresa ucraniana cuando Joe Biden era vicepresidente de Estados Unidos.
El presidente está acusado de «utilizar» dos cosas como moneda de cambio con Ucrania:
Retener US$400 millones de ayuda militar a Ucrania que ya había sido aprobada por el Congreso estadounidense
Y un encuentro con el presidente ucraniano en la Casa Blanca.
Ello, según los demócratas, supone un abuso de poder, utilizar la presidencia para beneficio político personal en detrimento de la seguridad nacional.
Ucrania estaba usando ese dinero para afrontar su conflicto con Rusia.
Trump también está acusado de obstruir la labor del Congreso para el impeachment, al negarse a cooperar con la investigación.
¿Cuáles son las pruebas?
El origen de todo este proceso está en la denuncia de un funcionario de inteligencia no identificado, que escribió una carta expresando su preocupación por una llamada telefónica el pasado 25 de julio entre Trump y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Una transcripción de la llamada reveló que Trump había pedido al presidente Zelensky a investigar acusaciones contra Joe y Hunter Biden.
La llamada tuvo lugar poco después de que Trump bloqueara centenares de millones de dólares en ayuda militar estadounidense destinada a Ucrania.
Bill Taylor, embajador de Estados Unidos en Ucrania y uno de los dos primeros testigos en declarar ante la Comisión de investigación del Congreso, aseguró que Trump había dejado claro que la entrega de las ayudas estaba condicionada a que Biden fuera investigado. La Casa Blanca lo niega.
Mientras los legisladores demócratas consideran que durante la investigación quedó claro que Trump abusó de su poder en la relación con Ucrania, los republicanos aseguran que esa acusación se basa en rumores y conjeturas, no en evidencias palpables.
En relación con el segundo cargo, los demócratas apuntan al rechazo expreso de la Casa Blanca a permitir que altos funcionarios acudieran a testificar ante el Congreso así como a la negativa a entregar a la Comisión investigadora documentos oficiales relacionados con el caso.
¿Cuál es la respuesta de Trump?
Trump ha catalogado desde el inicio este proceso como una «caza de brujas».
Negó haber usado la ayuda militar estadounidense como moneda de cambio con Zelensky e insiste en que su llamada al líder de Ucrania fue «perfecta».
«Es todo muy simple. Están intentando detenerme porque estoy luchando por ustedes», dijo Trump en un video publicado en su cuenta de Twitter cuando empezaron las investigaciones.
Esa misma postura fue asumida por el Partido Republicano, los legisladores acusan a la oposición de haber querido destituir a Trump desde su primer día en la Casa Blanca.
A un día para la votación sobre el impeachment en la Cámara de Representantes, Trump envió una dura carta a la líder de los demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi, acusándola de haber declarado «una guerra abierta contra la democracia en Estados Unidos».
Mientras, en diciembre se hacía el debate, Trump volvió a expresar su protesta a través de su cuenta en Twitter.
«Unas mentiras tan atroces de la izquierda radical, de los demócratas inútiles. Esto es un ataque contra Estados Unidos y un ataque contra el Partido Republicano», escribió en un mensaje escrito en letras mayúsculas.
Cuando empezaron a salir los primeros resultados de la votación en la Cámara Baja, el presidente volvió a insistir en su inocencia y advirtió de consecuencias a los demócratas.
«Es un suicidio político para el Partido Demócrata», declaró en un mitin en Michigan.
¿Cuál es el proceso del juicio político?
Para llevar a cabo un impeachment, se deben presentar cargos en el Congreso que constituirán la base de un juicio
La Constitución estadounidense establece que un presidente «será destituido de su cargo si es acusado en juicio político y condenado por traición, soborno, u otros crímenes o delitos graves».
Tiene lugar en dos fases. Los procesos deben ser iniciados por la Cámara de Representantes.
La Cámara Baja del Congreso -actualmente con mayoría demócrata- solo necesita una mayoría simple para aprobar un proceso de juicio político.
De esta forma, el proceso pasa al Senado, donde se celebra el juicio.