Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra
encuentrohumano.com
Tere Díaz
Psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Su más reciente libro ¿Cómo identificar a un patán?
TW: @tedisen
terediaz.com
Vidal Schmill
Pedagogo, especialista en Desarrollo Humano. Autor del libro “Disciplina
Inteligente”, best-seller con más de 500,000 ejemplares vendidos y “Berrinches, su manejo eficaz”.
escuelaparapadres.com
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FB:Escuela para Padres de Vidal Schmill
Instagram: escuelaparapadresvidalschmill
Aura Medina De Wit
Psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros: “¿Amor o codependencia?”, “Lo que ellos dicen de ellas”, el más reciente “Crea el espacio para el amor”:
TW: @AuraMedinaW
Vamos a empezar por mejorar con la pareja siguiendo estos 5 puntos:
Primero acuérdense y repitan esto como mantra: “Piensa y actúa” (y no al revés). Indaga, observa, pregunta y luego forma opinión y actúa.
Escucha sin defenderte, quejas o reclamos no te obliga a solucionar la vida de nadie, pero te permite conocer su mundo interior que de todos modos vas a compartir aunque no lo conozcas (recuerda que lo que no se dice se actúa y seguramente actuarán si no dejas hablar).
Repara siempre que sea posible, es inevitable cometer errores, pero también es posible reconocerlos y buscar reparar, espacialmente nuestras relaciones cercanas y significativas.
Pide perdón y perdona, cuando reparar no se puede, e incluso siendo parte de ese proceso, pedir perdón implica reconocer la falta, reconocer el daño hecho, mostrarse arrepentido y establecer el compromiso de no volver a lastimar de la misma forma. Esto incrementa nuestro valor social como personas. Hazte responsable de la parte que te toca, sin asumir todo, pero sin evadir todo.
La intimidad es un proceso de conexión, que incluye cinco áreas de la experiencia humana:
Intelectual: Respetar lo que piensa el otro, se concuerde o no. Alimenta la curiosidad antes que el juicio de valor,: dar y recibir lo que la pareja ofrece sin evaluar.
Física: Contacto físico no sexual, lo cual incluye demostraciones de cariño y cuidado físico como el implicado en la salud.
Sexual: Dar y recibir placer erótico, enseñándose cómo ser buenos amantes.
Espiritual: Compartir ideales, valores, y un sentido de propósito trascendente.
Emocional: El más difícil, también dar y recibir pero en el plano de los afectos.
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Ahora van los puntos para mejorar tu relación con tus hijos
Controla lo único que puedes controlar: tu respuesta: No permitas que tus emociones al calor del momento de un pleito con tus hijos escondan lo mejor de ti. Al establecer un límite o aplicar una consecuencia, lo que importa es tu congruencia y consistencia, no que le duela o lastime a tu hijo.
Ser consistente, moderado y predecible es lo que va a funcionar, aunque tus hijos aparenten que no les importa lo que haces para corregirlos. Cuando te reten, enfócate en lo que puedes controlar: tu respuesta, no la de ellos.
Muchas veces, alejarte temporalmente es la mejor respuesta: No te consumas y frustres en pleitos y gritos constantes. La técnica que te recomiendo para acabar con las luchas de poder es irte momentaneamente. Cuando tu hijo rompa una regla, aplica la consecuencia correspondiente y antes de que te arrastre a la discusión sobre si es justo o no. Si tu hijo insiste en ello, aléjate momentáneamente. Cuando lo haces,estás mostrando que no vas a tolerar más discusiones y alegatos. Alejarte para enfriarte y darle tiempo a ellos también para hacerlo, te dará la oportunidad de hablar tranquilamente, de forma más efectiva y productiva.
Enfrenta y maneja una conducta o problema a la vez, una cosa a la vez: Es entendible que te gane la angustia de tantas cosas que no te gustan o te preocupan: las bajas calificaciones escolares, que lo molestan en la escuela, que se pelea con su hermano, que no hace nada por ayudar en la casa, etcétera. Si intentas resolver todo a la vez solo te agobiarás. Una cosa a la vez y verás que no es tan grave o en caso de serlo, tendrás energía para resolverlo con mayor eficacia.
Ejemplifica la conducta que deseas ver en ellos:Tu ejemplo es la forma más poderosa de influir para que tengan una buena conducta. Incluso si crees que no estás influyendo en sus elecciones y conductas, no siempre las apariencias son la realidad. Si eres consistente en tus límites, expectativas claras y consecuencias proporcionales y sobre todo en tus reconocimientos cuando lo hacen bien, lograrás impactar en su conducta.
No te tomes todo personal, aunque te responda mal y te ataque, enfócate en corregir la conducta negativa y no en lo que su conducta te hace sentir. No se trata de ti, se trata de ellos. Que aprendan cuál es la conducta correcta, no lo que su conducta produce emocionalmente en ti.
Tu meta debe ser una madre o padre “suficientemente bueno”, no “perfecto(a)”, no te compares con otras familias o trates de darle gusto a toda tu parentela con tu forma de educar. Todas las familias tienen sus propias luchas pero no las conoces. Detrás de las puertas cerradas, todos tenemos problemas.
No minimices la importancia de cuidarte a ti mismo(a), caminar, alimentarte bien, hacer ejercicio, estudiar y aprender, platicar con tus amigos, salir con tu pareja, practicar tus hobbies, es importante para evitar que la tensión de la vida cotidiana te absorba. Cuidarte a ti mismo, te hará mejor madre o padre.
Por último los puntos para mejorar tus relación con los demás
El primer paso para crear buenas relaciones personales es construir un puente con las necesidades de la otra persona, pero esto solo es posible si estoy conectada/ con mis propias necesidades. Para crear este puente es importante salirnos de la mente, de los deberías y actuar de acuerdo a nuestra intuición
Un punto importante es aprender a distinguir Necesidades de Estrategias.
Los límites emocionales son cruciales para sostener y disfrutar relaciones sanas evitando las relaciones tóxicas y disfuncionales. Cualquier relación sana se compone de individuos con un sentido claramente definido de su propia identidad. Sin esa comprensión de nuestro ser, de quién somos y lo que nos hace únicos, es difícil involucrarnos en procesos de relaciones de manera funcional y expansiva. Necesitamos un sentido claro de nuestro ser para asumir y aceptar nuestras necesidades y deseos
Tenemos miedos de decir “si”, tenemos miedo de decir “no”, miedo a perder el amor, miedo a perdernos a nosotros mismos, miedo a decir “si” a algo por no saber cómo poner límites. Borrar la imagen del otro como el enemigo, el malo, la persona a la que tenemos que demostrar que somos los que tenemos la razón.
Buscar escuchar con empatía a aquellos con los que no estamos de acuerdo aumentan las posibilidades que ellos quieran escucharnos a nosotros, cuando utilizamos la fuerza, el culpar, el sentirnos que somos moralmente superiores, lo que realmente sucede es que nos distanciamos de esas personas con las que queremos crear mejores relaciones. Escuchar con empatía es una manera de practicar valores fundamentales de compasión y no violencia.