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2025-03-27 02:32:55
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Cómo podar el árbol genealógico (sin sentirte el malo del cuento)

¿Cómo hacerle para poder el árbol genealógico y dejar de padecer de la toxicidad en nuestra vida? Aquí unos pro tips.

marzo 25, 2025

¿Les urge podar el árbol genealógico? ¿cómo saberlo? Aquí les damos unos tips espectaculares para hacerlo.

Todos tenemos ese primo que desaparece en las reuniones familiares, la tía que opina sobre nuestra vida amorosa sin que nadie se lo pida o el abuelo que cree que “antes todo era mejor”. Y sí, la familia es importante, pero ¿qué pasa cuando algunos lazos empiezan a sentirse más como cadenas? Entonces es momento de podar el árbol genealógico.

Cómo podar el árbol genealógico (sin sentirte el malo del cuento)

Aquí es donde entra la poda del árbol genealógico. No, no se trata de desheredar a medio mundo ni de cambiarse el apellido. Se trata de establecer límites para que las relaciones familiares sean sanas y no una fuente interminable de estrés.

Cuando el amor familiar viene con letras chiquitas. Seguro les ha pasado:

  • Su mamá insiste en que le cuenten TODO sobre su pareja.
  • Su papá les llama cinco veces al día “solo para ver cómo están”.
  • Su hermana llega con sus sobrinos a su casa sin avisar y da por sentado que los pueden cuidar.
  • El hermano les pide favores que más bien parecen un contrato de trabajo no remunerado.
  • Los critican por tomar decisiones que “no son lo que la familia esperaba de ustedes”.

Todo esto no es amor. Es falta de límites. Y cuando no los pones, se quedan atrapado en una dinámica donde complacer a los demás se vuelve más importante que respetarse a si mismos.

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La poda del árbol genealógico: recortando lo que no suma

Antes de agarrar las tijeras emocionales, hay que entender que no todas las ramas se podan igual. Algunos vínculos solo necesitan un recorte ligero, otros requieren una distancia considerable, y en ciertos casos, es mejor cortar de raíz. Aquí hay algunas señales de que es momento de poner límites:

⁠Invaden la privacidad

Si sienten que tienen derecho a saber todo sobre tu vida y se ofenden si no les cuentas hasta lo que comieron en el desayuno, es momento de marcar territorio. Algo tan simple como: “Prefiero no hablar de eso” o “Eso es algo personal” puede ser suficiente.

No respetan el tiempo

Si cada vez que les llaman esperan que dejen todo para atenderlos, o si su plan de vida incluye que siempre estén disponibles, hay que aclarar que tener una relación cercana no significa estar en servicio 24/7.

Los manipulan con chantaje emocional

Si cada vez que dicen “no”, se salen con frases como “después de todo lo que hemos hecho por ti” o “así nos pagas”, tienen derecho a frenar la situación. No son responsables de cargar con culpas ajenas.

Les faltan al respeto

Los comentarios pasivo-agresivos, las críticas constantes o el clásico “es por tu bien” cuando les hacen sentir mal, no son normales. El amor familiar no debería doler.

Cómo poner límites sin que sea un campo de batalla

Ahora que sabemos qué podar, veamos cómo hacerlo sin que nos expulsen del grupo de WhatsApp familiar.

⁠Sean claros y directos

No sirve de nada esperar que los demás “adivinen” sus límites. Hay que expresarlos de manera sencilla y sin rodeos.

  • “Prefiero que me avises antes de venir a mi casa.”
  • “No me siento cómodo hablando de mi vida amorosa.”
  • “No voy a poder ayudarte con esto.”

No se justifiquen de más

Decir “no” es suficiente. No tienen que escribir un ensayo justificando por qué no quieren hacer algo.

Usen el método del disco rayado

Si insisten, repitan lo mismo con calma. Cuantas veces sea necesario. La constancia es clave para que los límites se respeten.

No se sientan culpable

Poner límites no significa que no quieren a su familia, significa que también se quieren.

⁠Si es necesario, aléjate

Cuando una relación familiar es dañina y el otro no respeta sus límites, está bien tomar distancia. No tienen que estar donde no les hacen bien, sin importar el título que tengan en el árbol genealógico.

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Podar el árbol genealógico, no es tirarlo

Poner límites no es despreciar a la familia. Es cuidar la relación que tienes con ellos y con ustedes mismas. Un árbol genealógico sano no es aquel donde todas las ramas están juntas por obligación, sino donde cada una tiene el espacio suficiente para crecer libremente. Así que sí, poda lo que necesites. Tu paz mental te lo va a agradecer.

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