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2024-11-20 01:27:27

¿Cómo reconciliarte con tu mamá?

Para los que traen arrastrando conflictos con su mamá, para los que tienen una relación tensa, para los que no saben cómo acercarse de nuevo, para los que no pueden hacer un lado rencores.

mayo 10, 2018


Aura Medina De Wit
Psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros: “¿Amor o codependencia?” y “Lo que ellos dicen de ellas”.
TW: @AuraMedinaW

Tere Díaz
Psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal.
TW: @tedisen
terediaz.com
FB: Tere Díaz Psicoterapeuta

Gaby Pérez Islas
Tanatóloga, logoterapeuta, y autora de los libros Cómo curar un corazón roto, Elige no tener miedo, Viajar por la vida y la niña a la que se le vino el mundo encima.
TW: @gabytanatologa
FB Gaby Perez Tanatologa
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AURA MEDINA / TIPS

1. Como paso primero, bájala del pedestal, es mucho más fácil lidiar con una madre humana que con una que a pesar de que parte de nosotros la detesta, otra parte la idealiza.

2. Haz un inventario de todas esas necesidades que sientes tu madre no llenó y que son las que te tienen molesta o triste.

Lo que una madre da:

3. Dale empatía a tu niña/o interna/o, antes de intentar ser empáticos con otros, necesitamos serlo con nosotros mismos, esto es reconocer el dolor, la tristeza, el enojo.

4. Acepta y trabaja con tus emociones: enojo, rabia frustración, dolor, son reales. Estamos condicionados por la sociedad, cultura, religión, para no sentir enojo por los padres, especialmente la madre, sin embargo, estas emociones están allí y nos siguen afectando. La aceptación y expresión genuina de las emociones existentes por no haber recibido lo que necesitábamos en nuestro crecimiento es parte importante de superar los rencores y reclamos. Al mantenernos en el resentimiento, no crecemos y le decimos “no” a la vida.

5. Trabaja para soltar las expectativas con tu madre. El que tú estés consciente de todo lo que sucedió no significa que ella también lo esté. De hecho, es posible que ella no pueda lidiar con todo lo que tú estás trabajando.

6. No es necesario, de hecho, es mejor no tener una confrontación con la madre para gritarle a la cara todos tus enojos o tus carencias. Escribe una carta expresando tu ira, casi siempre sale primero el enojo, vacíate de esta emoción. Esta carta no la entregarás, al final la puedes romper y quemar creando un ritual de liberación para ambas.

7. Reconoce que tu madre es un espejo para ti, muchas de las cosas que te chocan de ella, aparecerán en ti tarde o temprano, necesitas trabajar la aceptación de cada una de ellas.

8. La relación necesita límites. Sí, poner límites a tu madre. Hoy eres un adulto y necesitas respeto a tu vida y a la manera en que la vives.

9. ¿Eres adulto y vives en casa de tus padres o madre? Es hora de moverse a tu propio espacio, aunque sea de 4 X 4. La comodidad puede ser muy tentadora pero el precio que estás pagando es muy grande. Si realmente quieres realizar un trabajo profundo para soltar enojos y conflictos, necesitas poner distancia de por medio, al menos por un tiempo.

10. Una vez que hayas limpiado la casa interna, puedes conectarte con la gratitud hacia el ser que es tu madre, recibirla en el corazón. Darle gracias por la vida, y cuando sientas este estado de gratitud, puedes decir estas hermosas palabras de Ingala Robl: “Mamá, lo que diste es suficiente; me diste la vida, ese gran regalo, y hago algo bueno en tu honor y tu memoria. Renuncio a exigir más”.

TERE DÍAZ / TIPS

1. Revisa lo que para ti es “ser una buena madre”. De las madres se tienen expectativas idealizadas de incondicionalidad, abnegación y entrega que corresponden más a una imagen socialmente construida e inalcanzable de lo que es una buena madre (con costos altísimos para la interfecta) de lo que es una sana maternidad. Cuestiona el estereotipo materno en una era donde los hijos se han convertido en pequeños tiranos.

2. Reconoce lo que genuinamente te lastimó. Como adulto a cargo y no como niño herido reconoce lo que te faltó, lo que te dolió, lo que pediste y nunca llegó.

3. Enójate pero no agredas. Estás en todo tu derecho de reconocer los daños o las carencias que viviste, de que te duelan, de ponerlas sobre la mesa si es necesario (y si va servir de algo). Incluso de denunciar el abuso si es que sobrepasó una raya de modo que atentó contra tu integridad física y emocional. Pero la violencia no se resuelve con violencia. Se sinceró pero sensato.

4. No la compares a ti. Seguramente tú tienes hoy recursos, información y posibilidades de vida que ella no tenía, y eso no significa que no te haya lastimado, pero uno juega con las cartas que le da la vida en cada etapa de la misma. De nada sirve pensar que ella pudo hacer hace 15, 20 o 40 años, lo que tú sí puedes hacer hoy.

5. Actualiza tu relación. Qué no se de todo como hubieras deseado en el momento que lo querías no significa que no hay nada por hacer. que necesitabas antes y la persona que era ella antes son cosas del pasado. Las relaciones se pueden actualizar, y las lastimaduras se pueden reparar. ¿Quién eres tú y quién es ella HOY?. ¿Qué realistamente se puede hacer hoy?

6. Pide una reparación o acepta lo que hay. A veces pedir algo a cambio, incluso la simple escucha es suficiente. A veces algunas consultas de terapia facilitan el diálogo o el simple entendimiento de lo que se vivió. Y en otras ocasiones tan solo el mirar el intento de reparar a través de sus actos (y no necesariamente de las palabras o las muestras de afecto) permite dar cuenta de la conciencia del error que cometió. Es más, muchas, veces se sanan heridas entre madres e hijas a través de los nietos.

7. No esperes lo que no será. La reparación que ocurra no significa que tu madre va a cambiar o va a ser otra persona. Ella es quien es y si bien puede modificar algunas cosas no será nunca “la madre de tus sueños”. Si de niño no te dio lo que querías, necesitabas o pensabas que te hubiera hecho bien, eso difícilmente ocurrirá hoy.

8. Habla con testigos. Conversa con alguien que las quiera a las dos para que escuches una versión realista pero imparcial de lo que se vivió. Abre la posibilidad de entender de dónde procedieron esas carencias y qué otras historias se cuentan sobre lo que tu viviste. Aumenta tu perspectiva de los hechos.

9. Resignifica la historia. El discurso que nos damos de lo que vivimos ni agota toda nuestra realidad ni es lo único que realmente ocurrió. El pasado no cambia, las personas cambian poco, pero nuestra perspectiva y reconstrucción de los hechos sí puede cambiar teniendo un efecto concreto en tu vivencia. Tú puedes dar un nuevo significado a lo que viviste.

10. Integra las contradicciones. En el amor, aun el materno, no todo es bueno ni malo, ni todo negro o blanco. Madurez es integrar las contradicciones emocionales, es amar y odiar al mismo tiempo, lo cual no significa actuar el odio.

11. Aléjate lo necesario. Si tu madre sigue siendo destructiva hoy sí eres responsable de poner la distancia que requieres pera preservar tu integridad física y mental. Más aún, la autonomía de un adulto sabe regular la cercanía distancia entre sus seres queridos. Para preservar lo bueno del vínculo, incluso para preservarte a ti mismo, es necesario regular esta cercanía distancia. Ya lo dice el dicho “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.

12. Sanar no significa que se caigan bien o se disfruten. Aceptar algo o a alguien no significa que ese algo o alguien te guste. Puede ser que tu afinidad con tu madre no sea la óptima, lo cual no significa que no se quieran o que no hayas sanado emocionalmente. Entender que congenias y te entiendes mejor con otras no significa que no haya un vínculo y un amor verdadero.

13. Date lo que necesitas. No hay cosa más fastidiosa que un adulto llorando porque no le dieron “chichi”. Hoy toca que te prepares tu “biberón”, ¡de adulto!. Porque ya una “mamila” no te servirá para nada”. Hazte responsable de tus necesidades y de tu vida. Si sigues dando taaaaaanto espacio a tus carencias maternas seguro es que no te sientes satisfecho contigo y con los resultados de propio proyecto de vida.

14. Además ¡Madres NO solo hay una! Antes las tribus todas criaban a los niños. Seguro en tu entorno habrá gente (una tía, una amiga, un hermano –no tiene que ser mujer ¡ojo!, una vecina) que te pueden dar probadas nutridoras de un cuidado maternal.

GABY PÉREZ ISLAS / TIPS

• Por la naturaleza de la relación un hijo-a siempre tendrá reclamos y heridas de expectativas no cumplidas por parte de su madre. Es simplemente un rol demasiado grande.

• Mamá es por definición: la que sacrifica todo por ti, la invencible, la incondicional, la adivina, la omnipresente y vidente. Pero mamá también es humana y olvidamos esa parte.

• ¿Qué le vas a regalar a tu mamá hoy 10 de mayo? No necesita una plancha ni flores carísimas; ocupa un abrazo del alma y un sincero acercamiento.

• Hay 3 momentos históricos en nuestra biografía que nos llevan a reconciliarnos con mamá:
1) Cuando te vas de casa
2) Cuando tú mismo te vuelves madre o padre
3) Cuando la ves mayor, enferma o vulnerable.

• Siempre hay sentimientos encontrados porque tus expectativas de ella te hacen no ver lo que ya no puede hacer y lo confundes con un «no quiere»

• La vida es una y esa es la oportunidad que tenemos para hacer las paces con ella en nuestro corazón.

• La mamá que se fue se equivocó, esa madre que abandona siempre duele. La que se quedó y estuvo «distraída» también duele y la que estuvo y se aplicó con todo a veces hasta claustrofobia nos daba: me llamas llegando, ponte el sweater y cuídate mucho. No hay salida fácil. Ser mamá es una chamba muy compleja.

• Entender que mamá hizo lo mejor que pudo con los recursos que tenía y las circunstancias en las que estaba es fundamental.

• En la maternidad no hay «spoiler alert» como cuando vas a contar algo de la película y echas a perder la emoción. La riegas sin saber cómo ni cuando y la mayoría de las veces sin intención alguna.

Pasos para la reconciliación.
• reconocer el enojo que se tiene
• admitir tu parte de responsabilidad si la hubo ej. No decirlo antes, permitir, ser reactivo, cambiar en quien las circunstancias te llevaron a ser.
• Desear perdonar y reconciliar que es un paso más allá. Significa reparar el vínculo y volver a una convivencia sana.
• Hablarlo con ella esté viva o muerta. La muerte nunca acaba con las posibilidades de reconciliación.
• Recuperar tu paz y seguramente sentir que esto debió de haber pasado mucho antes.

Bibliografía recomendada: Cómo curar un corazón roto y La niña a la que se le vino el mundo encima ed Diana
Fechas: 26 Mayo Durango
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mayo 10, 2018