Ya hemos hablado del tema del apego, pero nos vamos a enfocar en cómo crear un apego seguro en los niños, porque sépanse que es súper importante fortalecer este vínculo para que los críos tengan buena autoestima y sean adultos seguros.
Los apegos apegos emocionales en los hijos
De acuerdo con Psychology Today, el 23.5% de los niños tienen apego desorganizado, el 14.7% evitativo y el 10.2% resistente, lo que indica que el apego inseguro es común en los niños. Por otro lado, el 51.6% de los niños muestran un apego seguro.
Casi el 40% de las personas sufre las consecuencias del apego inseguro: ansiedad o incertidumbre, según un estudio de Rafael Guerrero. Según un estudio de la Universidad de Navarra, el 70% de los niños reconoce tener problemas para expresar sus emociones.
¿Qué es el apego?
El apego es un vínculo emocional profundo que se establece entre un niño y su cuidador principal, como los padres. Este vínculo es crucial para el desarrollo emocional y psicológico del niño, ya que le proporciona la seguridad y confianza necesarias para explorar el mundo que lo rodea.
¿Qué es el apego seguro?
El apego seguro se caracteriza por la respuesta sensible y constante de los cuidadores a las necesidades del niño, tanto físicas como emocionales. Este tipo de apego permite que el niño se sienta protegido y valorado, fomentando así su autonomía y autoestima.
El apego seguro no genera dependencia, sino que ayuda a los niños a desarrollar la capacidad de confiar en los demás y en sí mismos. Aquí pueden saber más sobre los apegos.
¿Cuáles son las claves del apego seguro?
Disponibilidad Emocional: Implica estar presente y receptivo a las necesidades emocionales del niño. No se trata solo de estar físicamente presente, sino de estar emocionalmente accesible.
Ejemplo: Cuando un niño está triste o asustado, el cuidador o padres deben mostrar empatía, confortarlo y ofrecerle seguridad. Esto ayuda al niño a sentirse comprendido y valorado, lo que fortalece su seguridad emocional.
Respuesta Consistente: Un niño necesita saber que puede contar con sus padres en momentos de necesidad. La consistencia en la respuesta a sus necesidades le enseña al niño que su entorno es predecible y seguro.
Ejemplo: Si un niño llora porque se ha caído, un padre con una respuesta consistente lo consolará siempre, en lugar de ignorarlo unas veces y atenderlo otras. Esta consistencia es crucial para desarrollar confianza.
Sensibilidad ante las Necesidades del Niño: Ser sensible implica reconocer y responder adecuadamente a las señales del niño. No todos los niños expresan sus necesidades de la misma manera, y es tarea de los padres aprender a leer estas señales.
Ejemplo: Un ejemplo de sensibilidad es notar cuando un niño se muestra ansioso en una situación nueva y ofrecerle apoyo o retirarlo del entorno hasta que se sienta más seguro. Esta sensibilidad fomenta un sentimiento de ser comprendido y aceptado.
Promover la Autonomía: Fomentar un apego seguro no significa hacer todo por el niño, sino apoyarlo en su proceso de independencia. Los padres deben proporcionar un entorno donde el niño se sienta seguro para explorar y tomar decisiones por sí mismo.
Ejemplo: Permitir que un niño elija su ropa o que participe en la toma de decisiones familiares en la medida de lo posible, le enseña que sus opiniones y decisiones son valoradas, lo que fortalece su autoestima y confianza.
Establecimiento de Límites Claros y Amorosos: Aunque la autonomía es importante, los niños también necesitan límites claros para sentirse seguros. Establecer límites amorosos implica explicar las reglas y las razones detrás de ellas, de manera calmada y respetuosa.
Ejemplo: En lugar de simplemente decir «No corras en la calle», un padre podría explicar «No corras en la calle porque es peligroso, y quiero que estés a salvo». Esto ayuda al niño a entender el mundo a su alrededor y a sentirse protegido.
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¿Qué es un espacio seguro para los hijos?
Sobreprotección Constante: Un error común es creer que un niño seguro es aquel que está bajo la constante supervisión de sus padres, sin permitirle correr riesgos o tomar decisiones por su cuenta. La sobreprotección limita la autonomía del niño y puede generar miedo a la independencia.
Ejemplo: Si un padre siempre resuelve los problemas de su hijo, incluso los pequeños desafíos cotidianos, el niño no aprenderá a confiar en sus propias capacidades.
Disponibilidad Emocional Irregular: Los padres que muestran cariño y apoyo emocional de manera inconsistente crean un ambiente de inseguridad.
Ejemplo: Un padre que en algunas ocasiones responde con cariño y en otras con indiferencia o incluso agresión. Esto puede hacer que el niño se sienta confundido y ansioso, sin saber cómo se le tratará en cada situación.
Satisfacción de Todas las Demandas Inmediatamente: Un error es pensar que para tener un apego seguro se deben satisfacer todas las demandas del niño de inmediato y sin excepciones. El apego seguro no significa satisfacer todas las necesidades de forma inmediata, sino enseñar al niño a esperar y comprender que hay momentos adecuados para cada cosa. La paciencia es una habilidad importante que se desarrolla cuando los niños aprenden a esperar por algo que desean.
Evitar el Conflicto a Toda Costa: En la búsqueda de mantener una relación armoniosa, algunos padres pueden evitar confrontar o disciplinar a sus hijos. Sin embargo, un apego seguro implica guiar y establecer límites claros. Los niños necesitan saber que sus acciones tienen consecuencias y que existen reglas que deben seguir.
Ejemplo: Un padre que nunca corrige a su hijo por temor a crear una situación incómoda, resulta en un niño sin sentido de límites ni responsabilidad.
Fomentar la Dependencia Emocional:Un apego seguro no se trata de crear una dependencia emocional hacia los padres, sino de fomentar la independencia y la confianza en uno mismo.
Ejemplo: Si un niño siempre busca la aprobación de sus padres para tomar decisiones, puede desarrollar una baja autoestima y una constante necesidad de validación externa.
Especialista: Rafa Guerrero. Doctor en Educación, Máster en Psicoterapia Breve y experto en TDAH, trastornos de aprendizaje y problemas de conducta. Director de Darwin Psicólogos. Autor de los libros Educación emocional y apego, Educar en el vínculo, Cómo estimular el cerebro del niño.
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