«Medio año antes de la pandemia tuvimos la oportunidad de estar con mi padre, de encerrarnos, de pasarla juntos y hacer loqueras», estas fueron las palabras de Juan Pablo Manzanero, quien aún sigue en duelo por la perdida de su padre.
Juan Pablo tuvo la oportunidad de producir el último show de Armando Manzanero, el cual tiene un peso muy emotivo por todo el trabajo que implicó realizarlo, pues dicho evento se presentó nada más y nada menos que en una de las zonas arqueológicas más importantes de nuestro país: Chichén-Itzá.
«Lo más bonito es que un mexicano, sobre todo maya, haya podido cantar en su tierra»
El cantante mencionó que gracias a su música tienen la oportunidad de sentir al gran Armando Manzanero en sus corazones todo el tiempo, incluso después de su muerte siguen escuchando que tocan el piano de su casa: «La gente no muere, sigue con nosotros su energía y queremos pensar que mi padre sigue estando aquí».
Realizar este homenaje al Maestro Manzanero no fue una tarea fácil para Juan Pablo, pues según menciona, el carácter de su padre era complicado, lo cual los llevó a separarse un año antes de que comenzara la pandemia.
Desafortunadamente, después de esto, solo pudieron convivir algunos meses, pues el COVID-19 le arrebató la vida al compositor y cantante, lo cuál dejó a su hijo con mucha impotencia «me dio un poco de rabia al principio. Pudo haberse evitado, a lo mejor la causa no fue la que tenía que ser, pero así pasó y fue su decisión festejar su cumpleaños».
«Cuando me despedí de él sabía que no lo volvería a ver», dijo Juan Pablo y según el cantante, su padre preparó su despedida desde antes, como si presintiera su muerte de alguna manera.
Han decidido esperar a hacer homenajes para el Maestro Manzanero hasta que la pandemia lo permita, pues siguen de luto y prefieren guardar el respeto que este tema merece «lo más correcto y lo más decente es esperar al próximo año para poder honrarlo. Aún sigo tratando de cantar sus canciones sin quebrarme».
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