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2024-12-21 05:25:51

¿El frío puede causar «vagina de invierno»?

La piel, pelo, ojos, nariz sufren con el frío, pero… ¿también puede ser un problema vaginal? Aquí les contamos.

noviembre 29, 2021

Dr. Álvaro Peña
Especialista en ginecología y obstetricia por la universidad la Salle. Tiene una subespecialidad en colposcopia y Patología del tracto genital inferior por la UNAM. Entrenamiento en laparoscopia avanzada en Barcelona. Especialista en Cirugía Robótica en hospital de la mujer de Boston por la universidad de Harvard. Miembro de la Federación internacional de Ginecología y Obstetricia y de la Federación mexicana de endoscopia ginecológica.
Hospital ABC Santa Fe.
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TW: @clinicaema
T. 55-52-86-01-46

¿Existe la vagina de invierno?
Mary Burke, ex partera del Servicio Nacional de Salud en el Reino Unido y enfermera clínica senior en London Bridge Plastic Surgery & Aesthetic Clinic, expuso que las mujeres pueden sufrir más con sequedad vaginal durante estos meses de invierno.
¿Pooooor? Según Buke, el aire seco de otoño e invierno agota la humedad de nuestros cuerpos, dejando nuestra piel deshidratada y agrietada, y nuestros senos nasales resecos, y que, nuestras vaginas también pueden entrar en ‘modo de sequía’ durante este tiempo.
SIN EMBARGO, otros expertos no están de acuerdo y afirman que los cambios climáticos no pueden afectar las partes íntimas de una mujer, desacreditando la idea de la “vagina de invierno”
La SEQUEDAD VAGINAL no tiene nada que ver con la temperatura exterior, sino que es causada por niveles bajos de estrógeno, algunos medicamentos y aftas.
La vagina mantiene una temperatura constante porque está dentro de tu cuerpo y la temperatura del cuerpo humano solo aumenta con la temperatura exterior cuando alguien sufre un golpe de calor

Entendamos 2 cosa importantes: sequedad vaginal y microbioma vaginal

Microbioma vaginal
Hemos hablado muchísimo de la microbiota intestinal, pero ¿sabías que las vaginas también tienen una? Un artículo en Frontiers in Cellular and Infection Microbiology describe el microbioma vaginal como un «gran microecosistema que tiene miles de millones de microbios. Un microbioma vaginal sano está «dominado por Lactobacillus», que es básicamente un tipo de bacteria «buena».
Entonces, en los meses más fríos adoptamos hábitos de comodidad, como tomar baños calientes, encender la calefacción y usar capas de ropa. Estos hábitos, y no el clima real, son los que pueden tener un ligero efecto en nuestro microbioma vaginal.
La vagina es un área extremadamente delicada y tiene su propio ecosistema o microbioma vaginal con un nivel de pH cuidadosamente regulado; la acidez de la vagina da una protección contra las infecciones. Desde la pubertad, el estrógeno entra en acción y la vagina se coloniza con Bacterias saludables del grupo Lactobacillus que producen ácido láctico.

Sequedad vaginal
Es la consecuencia de una disminución en la cantidad de fluidos que produce la vagina.
Esta sequedad provoca malestares como picor, irritación y sensación de picor en la zona genital, además de dolor en las relaciones sexuales.

Causas de la sequedad vaginal
Hay múltiples factores que pueden causar sequedad vaginal:
Tomar anticonceptivos hormonales.
La medicación hormonal, como la indicada para tratar el cáncer de mama, la endometriosis, los miomas uterinos o la infertilidad.
Los episodios fuertes de estrés.
Una infección vaginal.
Otra de las causas más comunes es la caída de estrógenos, como por ejemplo, durante la menopausia, etapa en la que un 40% de las mujeres padecen esta patología.

El estrógeno es una hormona que ayuda a mantener la salud del tejido vaginal al mantener la lubricación, elasticidad de los tejidos y acidez normal de la vagina.

¿Qué se siente?
Malestar, irritación o sensación de ardor.
Malestar durante el sexo.
Dificultad para excitarse y alcanzar el orgasmo.
La superficie de la vagina se ve pálida y delgada.
Estrechamiento o acortamiento de la vagina.
Necesidad de orinar más de lo habitual.
Infecciones repetidas del tracto urinario.

¿Cómo se trata?
Una primera terapia es el estrógeno vaginal, que consiste en aplicar medicamentos basados en estrógeno directamente en la vagina. Se pueden aplicar cremas, insertar anillos que se remplazan después de tres meses o usar cápsulas para insertar en la vagina dos o tres veces por semana.
La Terapia de Reemplazo Hormonal puede volverse indispensable cuando la resequedad vaginal se acompaña de otros trastornos menopáusicos típicos, como los sofocos.
Por otra parte, durante la edad fértil la píldora anticonceptiva puede ayudar, aunque a veces es especialmente la píldora “ultraligera” la que produce resequedad en la vagina. En este caso, es posible recurrir a lubricantes aplicados directamente en los órganos genitales.

Hábitos que de higiene que dañan a tu vagina
Duchas vaginales: La ducha vaginal está directamente relacionada con infecciones vaginales e infecciones de transmisión sexual.

Uso de toallitas, desodorantes, cremas y geles especiales para la higiene femenina: Las toallitas femeninas irritan la piel de la vulva, predisponiendo la aparición de dermatitis. El uso de desodorantes íntimos predispone la aparición de reacciones alérgicas o dermatitis vulvar. Los geles, espermicidas y demás productos pueden alterar el pH vaginal y la piel de la zona.

Depilarse todo el vello púbico: Eliminar el vello púbico es una cuestión puramente estética y no tiene ninguna explicación basada en la higiene como mucha gente piensa. El vello púbico es una barrera física que nos ayuda a impedir la colonización por microorganismos indeseados. Por tanto, la depilación completa puede causar microtraumas y sus consiguientes complicaciones como infecciones y dermatitis, y facilita la infección por ITS.

Utilizar protectores diarios: Su uso diario puede ser contraproducente, porque sofocan la zona y aumentan las posibilidades de picor, irritación y otros molestos síntomas. Este tipo de productos está bien utilizarlos cada cierto tiempo y es mejor apartarlos de tu rutina diaria de ducha para evitar problemas.

Consejos naturales para cuidar tu vagina
Aumenta la cantidad de alimentos con fitoestrógenos como el: jugo de manzana, cerezas, semillas de lino y otras semillas oleaginosas.
Come verduras de hoja verde.
Estresarse menos.
Haz ejercicio.

noviembre 29, 2021