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2025-04-28 01:42:20
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Hambre emocional: ¿por qué comemos lo que comemos?

¿Cómo saber si lo que tienen es hambre emocional? Les vamos a explicar las razones por las que comemos lo que comemos y cómo cambiar eso.

agosto 22, 2024

Armando Barriguete, Doctor en Psicoterapia, va a explicar qué onda con el hambre emocional y por qué comemos cómo comemos, porque no se trata solo de una necesidad física, nuestra alimentación depende de muchos factores, incluyendo nuestras emociones.

¿Cómo saber si lo que tienen es hambre emocional? Les vamos a explicar las razones por las que comemos lo que comemos y cómo cambiar eso.

¿Qué pasa con los trastornos alimenticios en México?

De acuerdo con la Universidad de Chile, ​​se estima que entre el 30% y el 40% de las personas con sobrepeso recurren a la comida como respuesta a emociones negativas como ansiedad y depresión.

Según Mental Health Foundation, hasta el 60% de las personas en el mundo comen por estrés y ansiedad. Según la OMS, más del 20% de los niños y adolescentes a nivel mundial sufren de trastornos alimentarios como bulimia y anorexia.

En México, el 25 % de adolescentes padece, en diferentes grados, un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), la mayoría de los casos asociado con algún problema mental, y menos del 10 % de los afectados está en tratamiento, según datos de la Secretaría de Salud.

Según datos de Mayo Clinic, el 3.5% de las mujeres y un 2% de los hombres en el mundo padecen un trastorno por atracón.

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Hambre emocional: ¿por qué comemos lo que comemos?

La relación que tenemos con la comida, no se trata sólo de la necesidad biológica de alimentarnos, también implica factores culturales, emocionales y psicológicos que determinan por qué, cómo y cuándo comemos.

Nuestra forma de comer es un reflejo de nuestra salud mental, nuestra cultura y las dinámicas sociales que nos rodean.

Puntos claves que determinan nuestra forma de comer

El hambre emocional: más allá de la necesidad física. Se refiere a la tendencia de muchas personas a comer en respuesta a sus emociones, en lugar de hacerlo por verdadera hambre física.

El estrés, la ansiedad, la tristeza e incluso el aburrimiento pueden llevarnos a buscar consuelo en la comida. Esta conducta, es una forma de lidiar con emociones difíciles, aunque a menudo no resuelve el problema subyacente y puede conducir a patrones alimenticios poco saludables. 

Por ejemplo: después de un día estresante en el trabajo, muchas personas recurren a comer helado o comida chatarra para sentirse mejor, lo que puede convertirse en un atracón.

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Influencias culturales en la alimentación 

La comida no solo es una fuente de energía, sino un elemento central en nuestras tradiciones y celebraciones. Sin embargo, la globalización y la industrialización han alterado nuestros hábitos alimenticios, introduciendo productos ultraprocesados que, aunque prácticos y sabrosos, a menudo son dañinos para la salud.

Por ejemplo: en México, la comida es un símbolo de identidad y pertenencia, con platillos que se transmiten de generación en generación y que cuentan historias de nuestra historia y diversidad como la celebración del 15 de septiembre en el que se incluyen pozole, chile en nogada, quesadillas, tacos, etc.

También influenciable el condicionamiento social 

Nuestros hábitos alimentarios son moldeados por lo que aprendemos en casa desde niños. Por ejemplo: una persona que creció en un hogar donde siempre se terminaba todo en el plato aunque, puede tener dificultad para dejar comida, incluso cuando ya está llena.

También, el nivel socioeconómico determina en gran medida qué alimentos están disponibles para una persona o familia, influyendo en la calidad de su dieta.

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La influencia de la industria alimentaria 

Las estrategias de marketing promueven productos altos en azúcar, sal y grasas saturadas, especialmente entre los niños. Estos productos, diseñados para ser altamente palatables (ricos en sabor), pueden generar una relación insana con la comida desde edades tempranas.

Además, la sobreabundancia (oferta) y disponibilidad de estos alimentos han contribuido al aumento de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo: estamos a un click de cualquier tipo de comida, sobre todo, de alimentos poco saludables.

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La conciencia es clave para una alimentación saludable

Es importante desarrollar una conciencia plena sobre nuestras elecciones alimentarias. Esto implica estar atentos no solo a lo que comemos, sino también a cómo nos sentimos antes, durante y después de comer.

La práctica del «mindful eating» o comer con atención plena, es una herramienta poderosa para reconectar con las señales naturales de hambre y saciedad del cuerpo, y para tomar decisiones alimentarias más saludables y satisfactorias. Por ejemplo: una persona que practica el «mindful eating» puede disfrutar más de cada bocado y evitar comer en exceso, reconociendo las señales de saciedad.

Especialista: Armando Barriguete. Doctor en Psicoterapia Psicoanalítica por la Asociación Psicoanalítica Mexicana. Consultor de trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. Director Fundador de Clínica Ángeles de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Autor del libro “Para entender la alimentación” de Nostra Ediciones.

TW: @Barriguete1 // IG:@dr.barriguete // Tel: 55 5281 7301

agosto 22, 2024