Hay mil bromas sobre cómo es la relación entre las mamás y los hijos (literal, los aman), pero ¿qué pasa con la relación entre tu mamá y sus hijas? Puede ser una de las más complicadas que hay en la vida, peeero se puede sanar.
Si son de las que tienen una relación difícil con su mamá, es momento de poner en práctica algunos consejos que nos da Shulamit Graber, una Psicoterapeuta picudaza, que ayuda a miles de personas a sanar las relaciones que les hacen daño.
¿Por qué la relación más difícil puede ser con su mamá?
La relación con nuestra mamá es de las más difíciles que hay y es que muchas veces olvidamos que los papás y mamás son literalmente seres humanos y como nosotros también tienen emociones, problemas y frustraciones.
Ya nos decía Tere Díaz, Psicoterapeuta, que muchas veces ella tiene conflictos con la forma de ser de sus hijos, cómo se comportan, las bromas que hacen y hasta cómo hablan, peeero son temporadas y es que a quien no le cae mal su hermano, mamá o papá de vez en cuando.
Y es que la relación con la mamá es tan compleja que coexisten el amor y el odio, porque tenemos una lealtad invisible cultural con ella, especialmente en una como la mexicana, que literalmente es la figura más importante.
El gran problema que existe en la sociedad mexicana y latinoamericana es la culpa que se nos mete cada vez que tratamos de darle un espacio a esa relación, especialmente cuando nos hacen daño ciertas cosas que pueden hacernos.
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¿Cómo hacerle para mejorar la relación con la mamá?
Shulamit Graber, nos dice que hay cosas que sí se valen hacer con la relación de tu mamá. Lo más importante es poner límites, pero no desde el enojo, sino desde el respeto.
Por ejemplo, pueden decir: «por más que seas mi mamá, quiero decirte que ayer me dolió mucho como me juzgaste«. Y si es necesario, hay que poner distancia cuando lo necesiten, pero haciéndoselo saber, no se vale solo dejar de hablarle a la gente.
Otro ejemplo que nos pone Graber es: «¿Te das cuenta que últimamente nos peleamos por todo, mamá? Te propongo darnos un espacio hasta que las dos podamos comunicarnos mejor«. Esto le dejará en claro que es momento de pensar bien la forma en la que hablan.
Y si ustedes ya tienen hijos o son personas independientes, también se vale poner los límites con los hijos. Hay que recordarle que sus nietos no son sus hijos, por ejemplo: «Mamá, tus nietos son para disfrutarlos, pero la que los educa soy yo» o «ya soy una adulta, es importante que entiendas que yo tomo mis decisiones y debo hacerme responsable de mis errores también».
Si su mamá no entiende estos límites, entonces recomendamos que lean esto.
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