Natalie Roterman
Jefe editorial revista Moi
TW:@natroterman
Anamar Orihuela
Psicoterapeuta, conferencista, tallerista, escritora. Fundadora de la clínica HERA
y creadora del método HERA. Autora de los Betseller “Hambre de hombre”. “Transforma las heridas
de tu infancia”, “Sana tus heridas en pareja”.
TW: @AnamarOrihuela
YO PECO, TÚ PECAS, TODOS PECAMOS… Nos han metido los siete pecados capitales en la cabeza desde tiempos ancestrales, pero resulta que la ira, la gula, la soberbia, la pereza, la lujuria, la envidia y la avaricia no son solo eso, sino que esconden detrás un chorro de sentimientos guardados que son los que realmente nos lastiman. Descubre si tienes uno (o todos) y resuélvelo que tienes escondido pa’ que te vayas directito al cielo.
LA IRA… Por Anamar Orihuela
Como muchas emociones, la ira es la versión exacerbada de otra emoción, y esa es el enojo. Este se activa en tu cuerpo para ayudarte a poner límites ante algo que te está afectando, entonces el enojo es una llamada para poner un límite a una persona o situación, a ti mismo o a la vida.
La ira es como este enojo que te has tragado y que has estado reprimiendo y que no te sientes con derecho de decir o expresar. Este enojo se ha ido convirtiendo a lo largo del tiempo en ira, que está dentro de ti como un cáncer, que te destruye, ya que una de las cualidades del enojo es que tiene una gran cantidad de energía y nos prepara para la defensa, para la batalla, para la pelea.
Piensa en las personas que se han estado tragando su enojo durante años, siempre tienen gastritis, colitis, inflamación de los pulmones y las vías respiratorias, y hasta enfermedades del sistema inmunológico porque el cuerpo se ataca a sí mismo. Y es que toda esa cantidad de energía guardada se va contra ti y tu sistema inmunológico, en lugar de resolver los factores externos, te ataca a ti.
DE MUY ATRÁS
El enojo que traes guardado puede tener muchas causas. Imagínate que tuviste un papá lleno de ira y que tú no tenías derecho a sacar tu propio enojo porque él se ofendía, te lastimaba y hasta te golpeaba. Entonces, tú te tuviste que tragar tu ira porque no había lugar para tu enojo y ahora todo sale. O tal vez aprendiste a tener una vida llena de responsabilidades desde muy chiquito y no tenías derecho a decir que no, entonces cuidabas a tus hermanitos o te tenías que salir a trabajar desde niño y eso te enojaba porque además era injusto, pero no te quedó de otra. La gama es enorme, pero la constante es que fuiste abusado de alguna manera en tu infancia, puede ser abuso emocional, físico, sexual, abuso de todo tipo y no tuviste la fuerza para protegerte, lo cual te hace ser una persona llena de ira.
NO TE HAGAS
Aquí hay de dos sopas, pero tú sabes que esto pasa aunque te quieras engañar:
La ira que implota: esta se va hacia dentro porque te la tragas y empiezas a sacarla en forma de autocastigo, masoquismo, autosabotaje. En pocas palabras, estás tan enojado contigo mismo que te metes el pie comiendo lo que sabes que te hace daño, endeudándote de forma desenfrenada, haciendo cosas que te hacen sentir mal, como beber de más. El punto es que te castigas tú solito porque estás muy enojado y tienes todo adentro
La ira que explota: tiene el mismo origen pero la descarga es con los demás. Te guardas tantas cosas que cuando salen, mandas a todos al carajo, mientas madres, le dices a tu hermana que no la soportas, a tu amiga que deje de ser una víctima y a tus hijos que no saben hacer nada. Además, eres una persona que todo se lo toma personal y vive peleándose con todo mundo. ¡Vives a la defensiva! Siempre tu reacción es el ataque, el tomártelo personal y sentir que todo es injusto, eres una persona muy perfeccionista y muy peleonera
La ira viene de una acumulación de sentimientos no resueltos, resolverlos es el primer paso para dejar de explotar