Adriana Esteva
Especialista en Nutrición Emocional
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• La comida puede ser usada para lidiar con los sentimientos de innumerables maneras.
• Usar a la comida en esta forma no es un componente del hambre biológica, sino del hambre emocional.
• El hambre emocional es disparada por enojo, aburrimiento, prisa, etc. más no por hambre real. Estos sentimientos con los que no lidiamos, pueden disparar desde un picoteo inofensivo de comida, hasta un atracón fuera de control.
• Vamos a revisar cuáles son algunas de las principales formas en las que usamos a la comida para lidiar con los sentimientos según Evelyn Tribole y Elyse Resch, autoras del libro Intuitive Eating:
Gratificación sensorial:
• La más leve y más común forma de usar a la comida es buscando el placer que genera en nuestros sentidos. Esta forma de hambre emocional, no es necesariamente incorrecta. Es natural en cada uno de nosotros encontrar placer en lo que llevamos a la boca.
• Hagámoslo, siempre y cuando no perdamos de vista el contacto con nuestro estómago. En muchas ocasiones, aun cuando el estómago está satisfecho, la boca y su necesidad de experimentar placer, nos llevan a comer de más.
¿De verdad se puede controlar el hambre? Aquí les decimos
FOCO ROJO
• Que la comida se convierta en tu única fuente de placer
• Que lo hagas a escondidas
• Que lo hagas más veces de las que comes por hambre estomacal.
Confort:
• Hay alimentos que por los recuerdos y las sensaciones que nos despiertan, se vuelven alimentos de confort. Por ejemplo: Cuando te sientes enferma, prepararte una pasta con queso igual que lo hacía tu mamá cuando eras pequeño.
• Es válido tener este tipo de alimentos de vez en cuando, es incluso parte de tener una sana relación con la comida. Si una tarde tienes ganas de enredarte en una cobija y tomarte un chocolate caliente está bien, de hecho un apio no cabría en esa escena.
• Una vez más siempre y cuando estés en contacto con tu sensación de hambre y de saciedad, lo disfrutes, lo hagas con atención, consciente del momento y sin culpa.
FOCO ROJO
• Usar a estos alimentos como tu única forma de lidiar con la tristeza, la soledad o la incomodidad
• Repetirlo diario
• No estar en conexión con tu sensación de hambre y saciedad
• Sentir culpa por hacerlo
• Esto ya habla de un hambre emocional aguda que puede llevarte incluso a una depresión.
Distracción:
• La comida suele usarse como un distractor ante emociones o situaciones que de algún modo elegimos no experimentar.
• Esto lo hacemos más seguido de lo que creemos. Igualito que cuando una adolescente prefiere sentarse a ver la tele con una bolsa de chocolates en lugar de ponerse a hacer la tarea y que está prefiriendo distraerse de sus obligaciones, así hoy una empleada se sienta en su escritorio a comer galletas por no saber cómo empezar a redactar el reporte que su jefe está esperando.
FOCO ROJO
• El riesgo de distraernos de lo que sentimos o de lo que nos corresponde hacer, es que bloquea nuestra habilidad de detectar nuestras señales intuitivas. Nos aleja de lo que sentimos y por lo tanto nos aleja de lo que necesitamos.
• Revisa cuántas veces al día te distraes con comida.
Es natural que busquemos distraernos de lo que estamos haciendo para descansar, de hecho estar pendiente de nuestras emociones todo el día resultaría agobiante, sin embargo la comida no es la mejor forma de hacerlo porque:
• Nos deja más intranquilos de lo que estábamos especialmente si lo que como tiene altos contenidos de azúcar y/o químicos.
• Nos “nebula”.
• Nos atrasa y eso genera ansiedad
• Nos complica accesar a la facultad que tenemos para hacernos cargo y tomar decisiones asertivas.
¿Por qué nos da culpa comer? Escuchen, igual y les checa
Sedación:
• Una forma más seria y peligrosa de usar a la comida es para anestesiarnos. Es igual que usar alcohol o drogas para olvidarnos.
• Esto ocurre cuando ingerimos grandes cantidades de alimentos pesados que literalmente nos dejan tirados. Hacer esto genera una sensación de desconexión literalmente del mundo.
• Bloquea nuestras sensaciones de saciedad y hambre y también nos aleja de conectar con la verdadera satisfacción y placer que tanto la comida como la vida te pueden dar de manera sana y natural.
FOCO ROJO
• Estas conductas te alejan del contacto con personas ya que por lo general estos episodios ocurren a solas.
• Te llevan a sentir desesperanza y una sensación de que el Mundo te cae encima igual que la comida que dejas caer en tu cuerpo.
Castigo:
• Cuando se abusa de la comida para sedarnos de lo que en realidad sentimos, puede despertar muchos sentimientos de culpa.
• Esta culpa requiere un castigo y ese castigo es… Por supuesto que la comida.
FOCO ROJO
• Esta es una de las formas más dolorosas de usar a la comida ya que impacta en nuestra auto-estima y nos introduce en círculos dolorosísimos de maltrato. Es también una forma de re-crear situaciones en donde la persona ha sido maltratada o se siente culpable de algo tan grande y vergonzoso que elige castigarse con el malestar estomacal, el exceso de peso, la crítica e incluso la inmovilidad que esto provoca.
OTRAS FORMAS DE LIDAR CON LOS SENTIMIENTOS QUE NO SEA COMER:
Cada vez que sin estar sentado a la mesa sientas ganas de comer algo detente por unos momentos y pregúntate:
• ¿De verdad tu cuerpo necesita comida?
• ¿Qué estás sintiendo?
Si no saben si los que comen son ustedes o sus niños internos, escuchen esto
Cuando te encuentres sintiendo algo que te asusta, te disgusta, te sobrepasa o te hace sentir culpable:
• Escribe acerca de lo que sientes
• Platica con alguien
• Graba mensajes en los que hables de tus sentimientos (esto es solo para ti)
• Quédate ahí sintiendo y se curioso contigo
• Ve a terapia
Experimenta alguna de estas alternativas
• Descansa
• Busca obtener placer sensorial a través de masajes, sonidos, texturas
• Busca maneras de ser entendido y aceptado (principalmente por ti mismo)
• Expresar sentimientos
• Encuentra actividades que te hagan sentir estimulado intelectual y creativamente
• Recibir confort y calidez.
Aunque nuestra mente nos quiera convencer de lo contrario no hay ningún sentimiento con el que no podamos lidiar. Es cuestión de atrevernos a experimentar en lugar de escapar. No es un proceso fácil ni inmediato, requiere que te comprometas contigo a no abandonarte, sin importar lo que esté ocurriendo y lo que estés sintiendo.