Gabriella Morales Casas
Royal Specialist de Editorial Televisa (Vanidades y Caras). Editor-at-large de Caras México. Co conductora especial en la boda real de Harry y Meghan por Las Estrellas. Especialista de Netflix Latinoamérica para The Crown.
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Contexto
Todos sabemos que María Antonieta fue la reina consorte de Francia al casarse con Luis XVI y que ambos fueron guillotinados como consecuencia de la Revolución Francesa… Pero alrededor de su vida se han dicho muchas cosas, algunas incluso, la culpan de la propia revuelta ciudadana; la han acusado de lujuriosa, hedonista e incestuosa (igual que con Anne Boleyn). Algo hay de eso… ciertamente, María Antonieta era una niña mimada que nunca se responsabilizó por nada, pero de ahí a ser todo lo que se dijo de ella para justificar su muerte, es otra historia.
¿Era súper grosera?
Falso. Quien era tímido, temeroso y sin autoridad era el rey Luis XVI, tanto, que cuando era obligado por sus consejeros a dar algún discurso o tomar decisiones entraba en pánico y resultaba voluntariamente agresivo como si eso le garantizara autoridad. Desde que el embajador de Austria fue a negociar el matrimonio 10 años antes, este le advirtió a María Teresa: “tiene un desapego preocupante hacia la responsabilidad y es muy impulsivo”.
María Antonieta era expresiva, caprichosa e inmadura como toda adolescente, pero era mucho más notorio para alguien que no había sido entrenada propiamente como en la exigentísima corte de Versailles, donde las apariencias lo eran todo.
El más famoso biógrafo de María Antonieta es Stefan Zedwing, pero no por ello el mejor: su libro es un constante juicio a la reina (entendible, fue publicado en 1932) y el título lo dice todo: “Una mujer promedio”, y se dedica a contar historias y anécdotas sobre la “mediocridad de una mujer más preocupada por sus satisfacciones personales que por entender su valor histórico”. ¿Y cómo iba a estar comprometida con su misión política si ni su propia madre la preparó para el rol que se le avecinaba? María Teresa escribió en sus memorias (disponibles en el museo de Viena) que se arrepentía de haber mandado a su hija a un país extranjero, como moneda de cambio, sin haberla preparado para lo que se iba a enfrentar.
¿Era una ninfómana?
Falso. María Antonieta tenía 15 años cuando llegó a Versailles en 1769; era virgen y se mantuvo virgen por ¡7 años! Porque su esposo el rey Luis XVI sufría de una fimosis, una extraña condición defectuosa que impide al órgano sexual masculino crecer durante el acto (una forma fisiológica de impotencia que se arregla con una cirugía). La impotencia del rey fue motivo de burla durante años por toda la corte y los pasillos de los palacios de Europa, pero como hablar del rey no era moralmente correcto, era más fácil tirarle la culpa a la reina…
La correspondencia entre María Antonieta y su madre, la archiduquesa María Teresa de Austria expone claramente la preocupación sobre la enfermedad del rey, quien se negaba a practicarse la cirugía. El tema llegó al punto en el que el hermano de María Antonieta, José II (regente de Austria junto a su madre), fue a Versailles a amenazar al rey para practicarse la cirugía. Para entonces, María Antonieta ya era satirizada en los panfletos parisinos como una suerte de dominatriz que “espantaba” al rey.
El único amante que tuvo, pudo haber sido el conde y militar Axel von Fersen de Suecia (él orquestó el intento de huida de la familia real francesa), aunque no está confirmado, pues las cartas que intercambiaban están escritas en código. Se asume que fueron amantes, y aún así, es el único del que se tiene evidencia; por cierto que las cartas las sacó a la luz el sobrino de Von Fersen en un intento por sacar dinero al rey Luis XVIII.
Tenía Déficit de Atención e Hiperactividad
Cierto. María Antonieta Pertenecía a la dinastía Habsburgo que ocupaba parte de Bavaria y el Tirol en Alemania, pero que tenía muchas deudas por tratar de mantener su autoridad militar y sus ocupaciones; de hecho, el matrimonio de Maria Antonieta con Luis XVI fue producto de una alianza para poner fin a la guerra de los Habsburgo con los Borbones (reyes de Francia); desacostumbrada a los lujos fastuosos de la corte de Versailles y a la educación minuciosa de una princesa europea no sabía escribir bien y no dominaba ningún otro idioma; lo único que sabía hacer era la danza clásica porque la disfrutaba, según documentan sus biógrafos; pero era incapaz de mantener la atención o la concentración para cualquier otra tarea.
María Antonieta incluso recibió lecciones de francés pocos meses antes de irse a Versailles (una vez que se hizo oficial la petición de mano) y la archiduquesa tuvo que hacer malabares para educarla en menos de 6 meses… Sus instructores de francés eran dos cómicos de carpa, lo que se supo en Versailles y causó escándalo, al grado que el rey Luis XV mandó a su propio maestro a educar a la futura nuera; es el propio instructor quien da su diagnóstico de TDAH antes de que este existiera: “Es una niña con una inteligencia y creatividad superlativa, pero es floja y no tiene interés en aprender nada; se distrae con facilidad, por lo que enseñarle algo tiene que ser a manera de juegos”.
Era despilfarradora y megalómana
Falso. Versailles ya estaba en bancarrota antes de su llegada, de hecho, la alianza Austro Francesa se da por dos motivos: Austria necesitaba un aliado para hacer cara a las insurrecciones de Prusia (Alemania), mientras que Francia necesitaba dinero para sus arcas, ya que toda la liquidez se iba en enfrentar la guerra contra Inglaterra por las colonias americanas. Desde el Siglo XVI hasta el Siglo XVIII Francia e Inglaterra competían por ver quién era el reino más imperialista y poderoso: quien dominara África y las Américas dominaba al mundo.
María Antonieta llegó a una corte obsesionada con la “etiquette” (los Luises inventaron la etiqueta real), la estética y el lujo rococó. Ella solo se dejó llevar por lo que había, según coinciden varios historiadores, particularmente Caroline Weber, la historiadora más moderna del estilo de vida de la reina.
El “asunto del collar” fue otra raya más al tigre: Jeanne Lamotte, una presunta descendiente de la anterior dinastía francesa (los Valois) cometió un fraude con un collar de perlas que ella quería sin pagarlo, sino haciendo que lo pagara María Antonieta. Para lograrlo embaucó al Cardenal de Rohan diciéndole que “la reina lo quiere pero le da pena pedírselo al rey”, Rohan lo ordenó a la joyería y cuando se lo llevaron a la reina el cómplice de Lamotte lo recibió en Versailles (sí, el pueblo tenía acceso a los jardines de Versailles y muchas veces lograban colarse) y huyó con él a Londres. La joyería le exigió el pago a la reina, que no tenía idea de nada, y obvio Rohan no dijo nada sobre la trampa en la que cayó. Así, la mala fama de María Antonieta de ordenar “joyas suntuosas e impagables”, se unió a su de por sí destartalada imagen.
¿Qué onda con la famosa frase “Que coman pastel”?
La famosa frase que justifica aparentemente su muerte seis meses después que la de su marido, fue un invento de los revolucionarios panfleteros para hacer propaganda negativa de la monarquía. Si bien es cierto que la reina seguía en Versailles cuando estalló la Revolución, haciendo caso omiso de la gravedad del asunto hasta que la muchedumbre entró al palacio, nunca pronunció esas palabras, según atestiguaron en su momento los cortesanos depuestos durante el juicio de la reina.
La toma de la Bastilla en 14 de julio de 1789, el rey Luis XVI aceptó la legitimidad de la autoproclamada Asamblea Nacional Constituyente, tras aceptarla, trató de huir a Austria pero fue reconocido en Varennes y regresado a París, en el Palacio de las Tullerías, donde se descubrió que tiraba para ambos bandos: negociaba con Austria y Prusia una invasión monárquica en Francia mientras les decía que sí a todo a los constitucionalistas. El 3 de septiembre de 1791 aceptó la Constitución de la nueva República Francesa. El rey fue sometido a juicio y el líder del movimiento, el infame Robespierre, fue quien azuzó a los jueces a condenarlo a muerte. Fue decapitado como Luis Capeto, ex Luis XVI.
María Antonieta fue enjuiciada por cargos falsos, entre ellos el de incesto contra su hijo el delfín y pretendiente al trono Luis XVII, quien le fue arrebatado para ponerlo bajo custodia de un revolucionario zapatero que lo alienó en contra de su madre; aunque el cargo fue desechado en la memoria popular de los franceses se quedó esta idea. Por cierto que el delfín fue encarcelado y abandonado a su suerte tras la muerte de su madre. “El pequeño Capeto” murió enfermo en su celda en 1795 (su tío Luis XVIII se proclamó rey en el exilio y regresó a Francia coronado dentro de una Monarquía Constitucional -como la de Reino Unido-, hasta que fue depuesto por Napoleón I).
La muerte de la reina
María Antonieta fue guillotinada el 16 de octubre de 1793 en París a los 39 años.
Sus pertenencias fueron saqueadas de Versailles y varias de ellas han pululado por el mundo de tal forma que han aparecido objetos preciados y verificados para ser subastados; el más reciente de estos objetos fue su neceser de viaje, vendido en 10 mil euros por la casa austriaca Osenat Auction House. Este famoso neceser fue la inspiración para el bolso tipo baúl de la moda contemporánea.
Toda la correspondencia de estado, cartas a su madre y su certificado de matrimonio (con mala letra y manchas en el pergamino) se encuentran en los Archivos Nacionales de Francia, que pueden ser vistos en réplicas para todo público.
La fascinación por la polémica vida de la reina francesa ha sido motivo de novelas, películas y anécdotas que cuatro siglos de su existencia y muerte siguen dando de qué hablar. Lo más curioso es que al día de hoy, el estilo rococó francés permanece como influencia en el mundo del lujo.