Silvia Cruz Martín del Campo
Investigadora del Cinvestav (Centro de Investigación y Estudios Avanzados) del IPN, especialista en el estudio de los mecanismos de acción de las sustancias que producen abuso y adicción.
slcruz@cinvestav.mx
La marihuana no debe considerarse como un medicamento porque no está aprobada por ninguna agencia regulatoria; tampoco es una sustancia inocua, pues sus daños al consumirla son similares a los que produce el tabaco o el alcohol, aunque eso no significa que sus compuestos no tengan aplicaciones farmacológicas.
Al hablar de drogas, si son dañinas o no para el organismo, lo que se debe tomar en cuenta no es su origen (natural o sintético), sino su estructura química y su afinidad por diferentes áreas del cerebro.
Los cannabinoides pueden ser de tres tipos:
Endocannabinoides- los que produce nuestro organismo.
Fitocannabinoides- los que se encuentran en las plantas de la marihuana, principalmente Cannabis sativa y Cannabis indica.
Cannabinoides sintéticos- compuestos sintetizados en el laboratorio con estructura o efectos parecidos a los de fito y endocannabinoides.
La planta Cannabis
La planta Cannabis sativa contiene alrededor de 100 diferentes fitocannabinoides y más de 400 compuestos químicos de otro tipo.
Dentro de los fitocannabinoides destacan el delta-9-tetrahidrocannabinol (D9-THC), el delta-8-tetrahidrocannabinol (D8-THC), el cannabidiol (CBD) y el cannabinol (CBN), pero hay muchos más actualmente en estudio.
El D9-THC es el PRINCIPAL COMPUESTO PSICOACTIVO y uno de los más abundantes de la marihuana. Cuando la gente dice simplemente THC, generalmente se refiere a este compuesto.
Las preparaciones con mariguana
Además de los cigarrillos o carrujos comunes de marihuana, hay muchas preparaciones que contienen fitocannabinoides y varían mucho en su contenido de THC, desde los vaporizadores hasta la “cera” (“wax” o “dab”).
La proporción de sustancia activa puede ir desde 5% hasta 65% o incluso más, dependiendo de la preparación.
La marihuana puede fumarse usando bongs que son pipas de agua de cristal, con una base y boquilla amplias.
En los lugares donde hay industria cannábica, hay presentaciones comestibles muy variadas, desde pastelillos, hasta dulces, chocolates y bebidas.
¿Qué efectos produce en el cuerpo?
Los efectos de THC, como los de todas las sustancias activas dependen de la concentración y del tiempo de exposición. Además, ES IMPORTANTE LA EDAD a la que se haya iniciado el consumo y la frecuencia de uso.
Las personas que consumen THC experimentan bajo sus efectos:
Distorsión del tiempo y el espacio.
Euforia.
Aumento de la frecuencia cardiaca y disminución de la presión arterial.
El THC también produce aumento del apetito y disminución de la concentración y aprendizaje.
Para la mayoría de los consumidores el efecto es relajante, pero hay un grupo de personas que experimenta ansiedad.
La dificultad para calcular adecuadamente las distancias aumenta el riesgo de tener accidentes automovilísticos al conducir bajo los efectos del THC. La disminución en la concentración se ha asociado a dificultades en el rendimiento escolar.
El humo de la mariguana contiene la mayoría de los componentes del humo del tabaco y puede contribuir a la irritación de las vías respiratorias y los problemas derivados de ella.
El THC tiene un efecto antiemético, es decir, inhibe el vómito. Paradójicamente, en consumidores frecuentes de marihuana y con años de uso, puede presentarse lo que se ha denominado como el síndrome de hipermesis cannabinoide; es decir, episodios repetidos de vómito sin causa aparente, que sólo mejoran con la suspensión de la exposición a cannabis.
¿Qué pasa si se consume frecuentemente?
El consumo repetido y frecuente de consumo de THC incrementa el riesgo de desarrollo de dependencia.
Uno de cada 10 usuarios puede desarrollar DEPENDENCIA si inició su consumo después de los 18 años, pero esta cifra es de uno de cada 6 consumidores si iniciaron la exposición a THC antes de los 15 años.
La suspensión del consumo de THC en personas expuestas a este compuesto de manera crónica se asocia a la presentación de un síndrome de abstinencia, reconocido formalmente en el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales).
A partir de 2019 se identificó un síndrome de daño pulmonar asociado al vapeo de productos de la cannabis, no directamente relacionado con los cannabinoides, sino con un aditivo que se usa en estos productos.
Los hijos de madres que se exponen al THC durante el embarazo pueden tener bajo peso al nacer y mayor incidencia de enfermedades respiratorias.
Existe una asociación entre psicosis y consumo de cannabis, pero no se ha podido establecer que una sea causa de la otra ni viceversa. La intoxicación de THC puede producir brotes psicóticos.
En cuanto a usos terapéuticos, el dronabinol es un THC sintético que ha demostrado ser eficaz para el control del vómito en pacientes que no responden a antieméticos tradicionales y como fármaco capaz de incrementa el apetito en personas con anorexia.
El CANNABIDIOL o CBD no es psicoactivo, no genera dependencia y contrarresta algunos de los efectos del THC.
Ha sido aprobado como medicamento para la esclerosis múltiple y para el control de convulsiones en casos de epilepsia que no responde a tratamientos convencionales, como el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet. Se estudia su posible aplicación como analgésico, antipsicótico y antiinflamatorio, pero los estudios correspondientes están en curso.
No es una panacea
A pesar de su utilidad y potencial terapéutico, el CBD no es una panacea, como pretende publicitarse.
Al igual que cualquier otro medicamento, no debe tomarse si no hay una razón médica.
El CBD inhibe una enzima que es muy importante para el metabolismo de muchos otros fármacos y puede producir interacciones medicamentos con efectos adversos si se combina con algunos medicamentos de uso común como antihipertensivos, antibióticos y antihipertensivos, por mencionar algunos ejemplos.
Los endocannabinoides se producen en nuestro organismo en respuesta a ciertos estímulos y actúan sobre receptores específicos de los que se reconocen dos tipos principales: el CB1 y el CB2.
Simplificando el panorama, podríamos decir que el CB1 es responsable de los efectos psicoactivos de la mariguana y el CB2, de sus efectos anti-inflamatorios.
¿Qué onda con la de “marihuana sintética”?
Los cannabinoides sintéticos que se venden a veces bajo el nombre de “marihuana sintética” son más potentes y más tóxicos que la marihuana. Los casos de psicosis más severos se asocian al consumo de estos productos, de los cuales el más conocido es el “spice”.