¿Han mandando memes por Instagram a su bestie? ¿Enviado un mensaje lindo a su significant other? ¿mandando un latte a su mamá? Entonces ya han hecho pebbling.
Si creían que el amor se trataba solo de cenas caras, flores y declaraciones dignas de una película de Hollywood… piensen de nuevo. El secreto para que una relación dure no está en los grandes gestos, sino en los pequeños detalles.
Es ahí donde entra el pebbling, una práctica que, aunque suena moderna, viene directamente de los pingüinos Gentoo. Sí, esos adorables animalitos en esmoquin que, en lugar de bombones y peluches, regalan piedritas para demostrar su amor.
Básicamente, los pingüinos han entendido el juego romántico mejor que nosotros. Mientras andamos por la vida dudando si mandar o no un mensaje de “¿llegaste bien?” para no parecer intensos, ellos van y eligen LA piedra perfecta para su amorcito. Y cuando la encuentran, se la ofrecen con orgullo. Si el otro pingüino la acepta, boom, pareja oficial. ¿Nos estamos complicando la vida de más? Puede ser.
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Pero, ¿qué es exactamente el pebbling?
El pebbling es la versión humana de este gesto tierno de los pingüinos. Se trata de demostrar cariño con pequeñas acciones: enviar un meme que nos recuerda a nuestra pareja, dejarle un post-it con un mensaje bonito, comprarle su snack favorito sin que lo pida o simplemente mandarle un “pensé en ti” en mitad del día.
No es cuestión de hacer regalos costosos ni de convertirnos en los reyes del love bombing (esas demostraciones exageradas de afecto que abruman más que enamoran). Se trata de gestos simples pero significativos que dicen: “Ey, me importas” sin necesidad de armar un espectáculo.
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¿Por qué funciona?
Porque el amor no es un evento, es un hábito. No se trata de tirar la casa por la ventana el 14 de febrero y luego olvidarnos el resto del año. Un mensaje inesperado, un café sin que lo pidan o un sticker tonto en WhatsApp pueden hacer más por la relación que una cena en un restaurante con estrella Michelin. Es lo que mantiene viva la chispa.
Además, según los psicólogos, estas pequeñas acciones refuerzan la seguridad emocional y la conexión de pareja. Y, honestamente, ¿a quién no le gusta sentirse especial de vez en cuando?.
¿Solo aplica para parejas?
¡Para nada! El pebbling es para todos: amigos, familia, compañeros de trabajo… Cualquiera que nos importe merece un “pebble” de vez en cuando.
- ¿Tu mejor amiga está teniendo un día horrible? Mándale su meme favorito de perritos.
- ¿Tu hermano tuvo una semana difícil? Déjale su chocolate preferido en la mesa.
- ¿Tu compañero de oficina se mata ayudándote? Cómprale un café.
El punto es: los detalles importan y no cuestan nada.
¿Cómo empezar a hacer pebbling?
- Presta atención. ¿Tu cuchurrumito ama los gatos? Mándale un video de de la recopilación de los mejores gatos volando por los aires. ¿Tu bestie es fan del café? Sorpresa: el latte que le gusta.
- Hazlo con intención. No es spamear con mensajes, es hacerle saber a la otra persona que pensaste en ella.
- No esperes nada a cambio. El pebbling es dar por el placer de hacer sentir bien al otro, no para recibir algo de vuelta. Esto no es un intercambio, es amor en su forma más pura.
Así que ahí lo tienen: los pingüinos nos han dado una lección de amor (¿será que los pingüinos hacen todo mejor que nosotros?), y esta vez, deberíamos hacerles caso.
Si los pingüinos pueden hacer pebbling con una piedra, nosotros podemos hacerlo con un sticker, un mensajito o un café. Hoy es un buen día para empezar a regalar “piedritas” emocionales.
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