Durante el sismo de magnitud 7,1 de este martes, en la Ciudad de México se observaron una serie de luces semejantes a las de las auroras boreales.
¿Qué onda con estos misteriosos destellos de luz? ¿Y qué tienen que ver con el terremoto?
Carga eléctrica
Según investigadores de la Universidad Rutgers, en Estados Unidos, los destellos lumínicos se producen debido a que los deslizamientos del suelo cerca de las fallas geológicas de la Tierra generan una carga eléctrica.
Se conocen como “luces de terremoto” y han sido documentadas desde los años 1600, dice un informe de la Asociación Sismológica de Estados Unidos.
Dos días antes del terremoto de San Francisco de 1906, por ejemplo, una pareja vio rayos de luz a lo largo del suelo. Y en el caso de Quebec, Canadá, en 1988, un brillante globo de luz rosa y púrpura se avistó 11 días antes del devastador temblor.
En el caso del sismo de L’Aquila, Italia, en 2009, transeúntes vieron “llamas de luz” saliendo de los adoquines en el sector histórico de la ciudad segundos antes del mismo.
Y evidencias en video de numerosos rayos de luz fueron registradas por cámaras de seguridad durante el terremoto de magnitud 8,0 en Pisco, Perú, en 2007.
Más recientemente, varios videos que muestran esferas luminosas fueron publicados en YouTube, en el marco del terremoto y tsunami de Fukushima, Japón, en 2011, y algo similar está ocurriendo ahora con el sismo de México.
¿Por qué pasa?
Estas luces de terremoto se pueden producir antes o durante los movimientos sísmicos.
Los rayos más habituales en el cielo son el resultado de una acumulación de carga eléctrica en las nubes.
Pero los experimentos de laboratorio en la Universidad de Rutgers sugieren que estas luces se originan, en cambio, por el gran aumento de carga eléctrica en el suelo cuando la tierra se rompe.
Los resultados fueron presentados en la reunión de la Sociedad Estadounidense de Física, en 2014, por el ingeniero biomédico Troy Shinbrot.
Su laboratorio creó un modelo miniatura de las tensiones, forcejeo y rupturas que suceden durante un terremoto.
Llenaron tanques con diferentes tipos de granos, desde harina hasta finas bolitas de vidrio, y las agitaron de manera intermitente para crear grietas.
Observaron que esto generaba cientos de voltios de electricidad, lo que sugiere que incluso sutiles deslizamientos del suelo en las fallas geológicas son suficientes para cargar la Tierra y provocar rayos en el cielo.
El equipo liderado por Troy Shinbrot observó también otros dos tipos de materiales con partículas que se unen y deslizan de forma similar a como lo hace la Tierra en las zonas más propensas a los sismos.
Así descubrieron que, al ser movidos, todos desarrollan un voltaje eléctrico.
Aún no han podido averiguar por qué se produce esta carga ni por qué algunas veces aparecen las luces y otras no.
“No todo gran terremoto está precedido por rayos. Ni después de todos los rayos que se dan en un cielo despejado son seguidos de un terremoto”, comentó Shinbrot.
“Hemos encontrado que parecen ser los precursores de algunos grandes terremotos, de magnitud 5 o mayores. Pero la señal del voltaje no es siempre la misma. Algunas veces es alta y otras baja”, añadió.
No obstante, estas señales de advertencia luminosas podrían ayudar a prevenir desastres.
A partir de esto, se han iniciado proyectos para observar y registrar estas luces en zonas especialmente vulnerables a los movimientos sísmicos.
Con información de El Comercio