Ya hemos platicado sobre el lenguaje del amor pero ¿cómo saber cuál es tu lenguaje de amor propio? Aquí les decimos.
Les vamos a dar un test infernal en el que se van a dar cuenta qué onda con la forma en la que se quieren y se respetan, así que vayan respondiendo de forma honesta y chéquense los resultados al final.
Test: ¿Cuál es tu lenguaje de amor propio?
Ahora sí, cuentahabientes, saquen papel y pluma porque vamos a hacer un test que nos va a decir con cuál lenguaje hablamos desde nuestro amor propio. Contesten a, b, c…
¿Cuál de estas actividades te «recarga las pilas»?
- A.- Un largo paseo con un amigo.
- B.- Tomarse un día de “meditación y espiritualidad”
- C.- Repetir autoafirmaciones.
- D.- Apagar el teléfono durante una tarde.
- E.- Planear mis próximas vacaciones.
¿Qué le dirías a una amiga que está pasando por una ruptura?
- A.-«Ve con alguien más al concierto de Taylor Swift».
- B.-«Hiciste lo mejor que pudiste y vas a estar bien».
- C.-«Recuérdate a ti misma que eres una badass».
- D.-«No te metas a Tinder».
- E.-«Manifestemos la relación de tus sueños».
Cuando te sientes mal, ¿qué te levanta?
- A.-Conectar con otros.
- B.-Una lloradita y a lo que sigue.
- C.-Mis amigos.
- D.-Descubrir qué me hace feliz y deshacerme de lo que no.
- E.-Descansar y recargar pilas.
Tu pareja ha cometido un grave error en el trabajo. ¿Qué haces?
- A.-Llevarla a cenar a su restaurante favorito y hacer catarsis.
- B.-Contarle un anécdota en la que hayas metido la pata.
- C.-Recordarle todas las cosas que hace bien.
- D.-Decirles que la vida es algo más que el trabajo.
- E.-Prepararle un baño relajante
¿Qué consideran un acto de amor?
- A.-Organizar la fiesta de cumpleaños de un amigo.
- B.-Aceptar a alguien con todas sus imperfecciones.
- C.-Ser el mayor porrista de mi pareja.
- D.-Proteger el tiempo que pasamos juntos.
- E.- Dejar que alguien «sea como es».
Resultados para saber ¿Cuál es tu lenguaje de amor propio?
MAYORÍA DE A – COMPLACENCIA
Te entregas al arte de deleitar a los demás, cosa que has perfeccionado. Sabes lo que te emociona, pero con tantas horas en el día, encontrar tiempo para alegrarte a ti mismo se te escapa. Según Niro Feliciano, psicoterapeuta cognitivo y autor de This Book Won’t Make You Happy, este lenguaje «consiste en crear espacio para la alegría en nuestra vida programándola, agendándola».
El primer paso es pensar en eso lo que te aporta verdadera felicidad, mucho más allá del placer que es ver Netflix por horas. ¿Escuchar música que te inspire? ¿Nadar, montar en bicicleta, pintar o lo que fuera que solías hacer antes de que la vida se complicará?
Si no lo tienes claro, un buen punto de partida es dedicar tiempo a relacionarte con otras personas. Feliciano cita el Estudio de Harvard sobre el Desarrollo Adulto, que lleva décadas demostrando que el bienestar está vinculado a las relaciones genuinas, la comunidad y la conexión. El reto del complaciente: Pregúntate qué es lo que te produce alegría; luego ocúpate de conseguirlo.
MAYORÍA DE B – GENTILEZA
Si eres perfeccionista, éste es el lenguaje que tienes que empezar a practicar. La gracia es algo más que ser indulgente contigo mismo cuando cometes un error (como harías con cualquier otra persona).
Es permitirte meter la pata desde el principio. Cuando somos capaces de aceptar que hemos cometido uno, nos desatascamos y creamos resiliencia, la flexibilidad mental emocional para superar lo que sea.
La próxima vez que metas la pata, intenta encontrar lo comprensible, o incluso divertido, en la situación, reconoce que le puede pasar a cualquiera, que puede que hayas aprendido una valiosa lección y que sigues siendo una buena persona -una que, sin duda, volverá a meter la pata y seguirá siendo una buena persona después de eso. El Reto de la Gentileza: Practicar ser un amigo más comprensivo consigo mismo.
MAYORÍA DE C – ÁNIMO
¿Alguna vez te han dicho: «Tú eres tu peor enemigo»? Ese es el sello distintivo de alguien que necesita saber lo que significa«ánimo», lo que significa -animarte a ti mismo- ser tu propio animador.
Si no te imaginas diciéndote, «¡buenos días, reina!» al espejo mientras te lavas los dientes, empieza con algo más pequeño con los mismos ánimos que le darías a un amigo. Incluso si te sientes realmente mal, algo alentador, como «anda, sí se puede”, puede parecer auténtico.
Luego, a lo largo del día, busca oportunidades para destacar cosas que realmente te gustan de ti mismo: la forma en que te llevas con los demás, la paciencia que tienes con tus papás… Todos tendemos a buscar validación externa, pero si dependemos de ella para nuestra identidad y autoestima, se vuelve peligroso.
Hay que reformular el pensamiento negativo que siempre tienes cada mañana al levantarte –¿Cómo voy a llevar a cuatro niños a cuatro actividades extraescolares diferentes?- por esta sencilla afirmación: Puedo hacerlo. Y si no se hace, no se hace. El Reto del Ánimo: Sigue estas prácticas hasta que elogiarte sea algo natural.
MAYORÍA DE D – LÍMITES
Poner límites nos mantiene cuerdos, prolonga nuestra capacidad de ser compasivos y evita que nos volvamos resentidos. En otras palabras, por mucho que nos guste ayudar, a veces tenemos que decir que no a los demás -al colega con problemas informáticos, al pariente autoritario, al presidente de la asociación de vecinos aficionado al correo electrónico- y decirnos que sí a nosotros mismos.
El Reto de los Límites: Cuando reconocemos nuestros límites y los respetamos, es una forma de querernos a nosotros mismos.
MAYORÍA DE E – SOÑAR
Quizá te hayas acostumbrado a ser el adulto en la habitación. Si es así, pregúntate: ¿Recuerdas cuando eras niño y fantaseabas con todo lo que podrías ser y hacer de mayor? ¿Cuándo y por qué dejaste de hacerlo?
A menudo estamos facilitando los sueños de otras personas, haciendo que las cosas sucedan para nuestros hijos, nuestras familias, nuestros empleadores. Pero también tienes que hacerlo por ti mismo.
Pregúntate: ¿Dónde me gustaría estar y qué me gustaría hacer dentro de cinco años?. Una vez que sepas la respuesta, empieza a trabajar hacia esa visión. Dar pasos, aunque sean pequeños, hacia tu objetivo conduce a una mayor satisfacción y plenitud. El Reto de Soñar: Organizar una vision board para tener todos los sueños en la mira.
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