Caro Saracho, comunicóloga, norteña, soltera. Su columna “Nací sin el gen de hacerme la difícil” ha sido leída por más de un millón de mujeres que se han sumado al movimiento “NacíSinElGen del que deriva su libro “Mesa para una”, consigue el libro aquí
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1.Cuando ves a alguien guapo en la calle o en un bar, tu
a) Sueltas una carcajada para llamar su atención y luego haces como que no lo ves.
b) Te le quedas viendo sin poder evitarlo y cuando lo nota, pues sonríes.
2. Cuando el chico con el que saliste una vez a cenar te manda un mensaje, tu…
a) Esperas 10 minutos antes de abrirlo… Luego lo dejas en visto otros 10 minutos antes de contestarle.
b) Contestas cuando lo ves, ni siquiera te fijas en la hora a la que lo envió.
3.Cuando un chico que te gusta te invita al cine, tu…
a) Le dices que sí, pero le cambias la fecha y la hora, para que desde el principio sepa que tienes otras cosas que hacer.
b) Revisas tu agenda y si tienes la fecha disponible, aceptas.
4.Al final de la primera cita, tu…
a) Lo dejas que se acerque pero te quitas antes de besarlo… No hay que soltarlo todo a la primera.
b) Si te gustó y te nace, lo besas.
5.Cuando estás conociendo a un chico y te pregunta si quieres casarte en el futuro, tú…
a) Le contestas con frases ambiguas que dejen la puerta abierta pero que no lo hagan salir corriendo.
b) Le respondes sí o no, según sea el caso.
6.Cuando sale el tema del dinero en la vida, tú…
a) Jamás hablas de dinero… que nunca sepa cuánto gano ni en qué me lo gasto.
b) Nadie necesita cifras en la vida, pero no te preocupa que sepa que te va bien en la vida.
7.Cuando dos personas se están conociendo, el sexo es…
a) Algo que va a pasar cuando haya un compromiso de su parte y el noviazgo sea algo formal.
b) Algo que va a pasar cuando a los dos se les antoje.
8. En la primera cita, de cenar pides…
a) Ensalada de salmón y postre.
b) Un corte de carne o una hamburguesa, da igual… No hay un menú preestablecido para las citas.
Mayoría de A: ¡Naciste con el gen! Sabes cómo coquetear, seducir y atraer miradas y definitivamente sabes cómo hacer que un chico caiga por tus huesitos en menos de 10 citas.
Mayoría de B: ¡No tienes gen! Se te da fatal eso de jugar a la cacería, y el mundo de la seducción te parece un tablero de algún juego chino indescifrable.
Tengo el gen pero… Mis relaciones no duran. Quiero ser más auténtica, ¿cómo me lo quito?
El problema (que para muchos no será problema) con el juego del gato y el ratón es que después de un rato, el ratón no era tan escurridizo en el fondo y lo único que quería era una relación estable y saludable, y el gato, cuando siente seguro al ratón, se aburre y empieza a ver a otros ratones.
Todo este merequetengue podría evitarse si:
Hacemos lo que nos nace en el momento en el que nos nace, sin estrategias. Si le quieres contestar el mensaje, ¡contéstalo! Si se aburre porque le pones mucha atención, que se aburra.
Pensamos en nosotras mismas y en nuestra felicidad antes que en la de alguien más (llámese mamá, amigas, e incluso la de ellos). ¿Qué quisieras hacer el sábado por la noche, salir con él o quedarte tirada en el sillón? Haz lo que te nazca del corazón
Entendemos que una cosa es darte el lugar que mereces, y una muy diferente es hacerte la difícil. A nadie nos gusta que nos pasen por encima ni que crean que disponen de nuestro tiempo o nuestra vida, pero si un chico te invita a salir a las 8 de la noche del sábado, dile que no porque te mereces una invitación diferente, o dile que sí con pleno conocimiento de que alguien más le canceló y eres su plan B. Pero no hagas de esto una estrategia.
Seamos coherentes. No es no. Sí es sí. No sé es no sé. Para todo. No le digas que no queriéndole decir que sí, ni le digas que sí (jamás) queriéndole decir que no. No estás obligada a nada, pero él tampoco. Y si cambias de opinión, dilo, pero dilo con todas sus letras, porque los mensajes ambiguos dejan mucho lugar a la imaginación y uno siempre imagina lo que más le conviene.
Asumimos que hay muchos factores que tomar en cuenta, pero que el mundo está cambiando y las reglas cambian. Arréglate por ti y para ti, si eso a una persona le llama la atención, ¡qué padre! Pero no elijas tu escote en función a lo que él quiere o no quiere ver, o a lo que él debe y no debe ver. Tampoco elijas tus respuestas pensando en lo que él quiere o no quiere escuchar.
