Caro Saracho, comunicóloga, norteña, soltera. Su columna “Nací sin el gen de hacerme la difícil” ha sido leída por más de un millón de mujeres que se han sumado al movimiento “NacíSinElGen del que deriva su libro “Mesa para una”, compra el libro aquí
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El juego del gato y el ratón
A los hombres les gusta sentirse cazadores, les gusta acechar a su presa, perseguirla, trabajarla y convencerla para sentir que ganaron un premio.
Para muchos, entre más difícil la niña, más clavados están. Aman la cacería.
Para quien es más directa y dice lo que piensa, esta es una desventaja, sobre todo en el terreno de las relaciones. Aunque los hombres se quejan todo el día de querer que las mujeres digamos lo que realmente pensamos, en la práctica aman la cacería.
Y yo… no sé hacerme la difícil.
Si conozco a un tipo y me gusta, no me preocupa que se me note.
Si me manda un mensaje y lo veo, contesto inmediatamente, no me espero 10 minutos para que piense que estoy ocupadísima
Si me invita a salir y puedo… le digo que sí, y voy. No le invento que tengo millones de planes con mis amigas para parecer súper ocupada
Si salimos y me parece guapo… Se lo digo.
Si me cuenta algo… le pongo atención. No volteo a ver mi celular para que piense que cualquier otra conversación es más interesante que la que estamos teniendo.
Si me quiero acostar con él… lo hago. No importa si es la primera cita, la 3ª o llevamos 3 meses viéndonos, si la química y el momento se dan, dormimos juntos.
Y no disfrazo mi vida… Digo que me gusta la comida (y como enfrente de quien sea), que tomo cerveza, que odio tender mi cama y que nunca me peino.