Julia Borbolla
Psicóloga. Creadora de los proyectos Antenas y Escudo de la Dignidad (ambos con la patente mundial).
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Si yo hoy te preguntara ¿Cuál es el reglamento oficial que rige en tu familia?, seguramente me dirías que hasta la fecha no has logrado establecerlo ni lo has visto escrito en ninguna parte. Me dirás también que tu esposo ha querido hacerlo pero que deja dichas las órdenes y no se queda en casa para ver que tus hijos las cumplan y que le parece fácil dejarlos castigados toda la tarde sin ver la televisión, porque no es él quien se queda a cuidarlos y a evitar que eso ocurra.
Aunque parezca difícil tener un reglamento familiar, todas las familias lo tienen aunque no se lo hayan propuesto, inclusive, el reglamento puede ser que no haya reglas. Finalmente, aunque no lo planeemos, día con día vamos marcando pautas, haciendo cosas y dejando de hacer otras y con todo esto vamos formando un reglamento implícito, aunque nadie lo haya puesto en un cuaderno.
No hay familia sin reglas ni reglas sin personas que estén ahí para cumplirlas, por lo tanto si en tu casa todos hacen las cosas a última hora esa es una de las reglas o bien, si todos dejan tirada la ropa, temo decirte que esto forma parte de tu reglamento familiar.
¡Imposible!, me dirías, llevo años pidiéndoles que recojan sus cosas y que hagan su cama, lo que pasa es que no me obedecen.
Si te sientas a analizar lo que en verdad sucede, te darás cuenta que después de los gritos para que recojan procedes a hacerlo todo tú y al final el verdadero reglamento dice: Espera a que mamá grite, déjala que amenace con mil y un represalias y solo dile “ahorita”. Espera otro poco, y enseguida mamá terminara recogiendo las cosas tiradas sin importar de quien sean.
Otra regla muy común en las familias es “Solo obedece cuando veas a mamá enojada” o bien “Para que tus papás te hagan caso debes llorar o pegarle a tu hermanita”
Si de todos modos hay reglas en casa, que mejor que estas estén controladas por ti y no te desgastes luchando todos los días tratando de defender un reglamento que en realidad no existe más que en tu cabeza.
Para establecer un reglamento familiar es importante analizar las características que deben tener las reglas:
Las reglas familiares deben ser habladas:
No des por hecho que todos saben lo que se debe hacer y lo que no, aclara lo que esperas de cada miembro de la familia y avisa, “oficialmente” lo que se permite y lo que está prohibido.
En muchas familias hay reglas que existen y están muy arraigadas sin que nadie las haya hablado.
Pepe es quien cierra las puertas en la noche para irse a dormir. Desde que se casó con Marina él ha realizado esta tarea y después de 10 años de matrimonio, ella da por hecho que él es el encargado de esta tarea. Si en alguna ocasión la regla no se cumple, Marina no podrá reclamarle porque hasta ese momento Pepe no ha aceptado el cargo oficialmente.