Dra. Carmina Flores Domínguez
Médico cirujano por la Universidad Anáhuac y la UNAM. Tiene un Doctorado en Patología Celular con Especialidad en Inmunología por la Universidad de Sevilla, España.. Experta en Inmunonutrición e Inmuno-oncología. Miembro fundador honorario de la Asociación Iberoamericana de Nutrición Oncológica. Investigadora del Sistema Nacional de Investigadores de Conacyt
Tiene 16 años de experiencia en el tratamiento de pacientes con nutrición oncológica. Además cuenta con estudios de Doctorado en Bioética y Educación.
Consultorio: Business & Therapy place Interlomas.
Consultorio 17. Av. Jesús del Monte 37. Col. Jesús del Monte. Tel: 55- 5246-0200
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¿Cómo se relaciona la inmunología con el cáncer?
Todos los días estamos generando células nuevas, desde que nacemos, algunas de ellas salen defectuosas, es ahí donde entra nuestro sistema inmunológico. Tenemos un mecanismo que se llama inmunovigilancia que va recorriendo nuestro cuerpo y mata a las células que no se parecen a las nuestras o son nuestras pero están defectuosas.
En condiciones normales, nuestro sistema inmune mata a las células defectuosas antes de que puedan crecer y reproducirse, pero hay ocasiones en las que se dan condiciones genéticas, ambientales, nutricionales e inmunológicas entre otras, para que crezcan y se reproduzcan las células defectuosas, en este caso células con cáncer.
De esta manera, no da tiempo a que el sistema inmunológico pueda combatirlas a tiempo, o bien, se disfrazan para evitar ser detectadas en lo que se van aislando del sistema inmunológico y van creando su propio microambiente o territorio, donde van creando nuevos vasos sanguíneos para poder recibir oxígeno, glucosa y otros nutrientes, y así esconderse del sistema inmune.
La quimioterapia y la radioterapia se encargan de frenar el ritmo de reproducción de las células con cáncer y de esta manera, darle oportunidad al sistema inmune de poder destruir al tumor.
En los últimos años también se han desarrollado terapias con anticuerpos llamadas inmunoterapias, que tienen la función de ayudar al sistema inmune a activarse y a vencer estos mecanismos de camuflaje que tienen las células de cáncer.
¿Qué es la inmunonutrición?
Es una ciencia que se encarga de cómo hay alimentos que estimulan al sistema inmunológico y lo mantienen bien nutrido para llevar a cabo sus funciones.
Nuestro sistema inmunológico requiere un buen aporte de proteínas, de vitaminas (como la vitamina D, la vitamina C, entre otras) y minerales (como el zinc, el magnesio y el calcio, entre otros).
Si no contamos con un buen aporte nutricional, nuestro sistema inmunológico no va a tener los medios necesarios para poder efectuar una buena respuesta inmunológica, lo cual podría favorecer que las personas se enfermen o les de cáncer.
La inmunonutrición también se encarga de la regulación del microbioma intestinal, lo que antes conocíamos como flora intestinal, que es parte fundamental del buen funcionamiento de nuestro sistema de defensas. Un microbioma intestinal sano puede prevenir muchas enfermedades y un microbioma enfermo puede favorecer estados donde hay mucha inflamación a nivel celular y favorecer la aparición de enfermedades como la resistencia a la insulina, la diabetes, la obesidad y sobrepeso y el cáncer.
MITOS Y REALIDADES
¿Existen alimentos que te producen cáncer?
Como tal, no, pero sí existen alimentos que favorecen un ambiente donde pueden crecer las células con cáncer. Estos alimentos son ricos en grasas saturadas, en nitritos y en químicos que alteran nuestra microbiota intestinal y nos llenan de calorías huecas, poco nutritivas.
Por ejemplo, los embutidos, ahumados y carnes cocinadas con carbón o leña contienen una cantidad importante de nitritos, lo cual favorece la aparición de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de colon.
Las grasas saturadas y alimentos ultraprocesados también favorecen un estado de inflamación celular que inducen un estado cancerígeno. Los ultraprocesados son alimentos que contienen más de 5 ingredientes y que suelen contener conservadores, emulsificantes, saborizantes, estabilizantes y otros compuestos químicos que favorecen un ambiente cancerígeno.
¿Hay alimentos que curan el cáncer?
No existen alimentos mágicos, ojalá fuera tan sencillo como comer algo y curarnos del cáncer. Lo que sí es que podemos tener una nutrición que disminuya el estado de inflamación celular y favorezca el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Cuando alguien es diagnosticado con cáncer le quitan los lácteos, las harinas, el azúcar y la carne roja. ¿Es verdad que todo esto hace daño?
Pasa mucho que las personas dejan de comer bien por el mito de que si comen “alimentan al cáncer”. Si los pacientes comen bien y se les hace un plan diseñado a sus necesidades, pueden comer casi de todo.
Se recomienda evitar ciertos productos porque favorecen esta inflamación a nivel celular. Este podría ser el caso de los azúcares refinados, los jarabes de maíz, los cuales inducen picos de insulina y favorecen el ambiente cancerígeno.
El comer carne roja con moderación, harinas con moderación y azúcares naturales como las que contiene la fruta, es fundamental para tener una buena alimentación.
Lo que sí debemos retirar de la dieta es el consumo de alimentos ultraprocesados, industrializados, las bebidas azucaradas y refrescos, que al final carecen de un buen valor nutricional.
¿Hay alimentos prohibidos para los pacientes con cáncer?
Lo cierto es que hay algunos tipos de cáncer en los que se recomienda suspender por un tiempo ciertos alimentos que podrían estimular el crecimiento del tumor, por ejemplo, hay ciertos tipos de tumores que reaccionan con hormonas como los cánceres de mama y el cervicouterino, ahí si tomamos alimentos ricos en fitoestrógenos podemos inducir crecimiento al estimular a las células del tumor. Otro ejemplo son los cánceres de tiroides y un consumo alto de yodo, como es el caso de los mariscos.
Por eso es importante que acudan con un experto en nutrición oncológica que conozca bien qué tipo de tratamiento recibe y su estadio del cáncer, ya que también hay alimentos que tienen interacción con los medicamentos y pueden disminuir su absorción, aumentarla e incluso ocasionar efectos adversos más intensos.
Hay mucha información sobre los plásticos y sobre cómo preparamos los alimentos. ¿Nos puede dar cáncer por esto?
Sí, ya hay muchos estudios científicos que han demostrado que hay ciertas maneras de preparar alimentos como el uso de leña y carbón, y también de cómo conservamos nuestros alimentos. A veces utilizamos plásticos ricos en Bisfenol A, un cancerígeno que se desprende del plástico y pasa a los alimentos. Este se encuentra en sartenes y ollas recubiertas con teflón y también está en algunas botellas de plástico, en moldes de plástico, por ejemplo los botes de crema o yogurt que luego utilizamos para guardar alimentos, realmente no están diseñados para eso. Cuando un plástico con Bisfenol A se calienta, libera partículas hacia los alimentos y eso favorece un ambiente cancerígeno. Se recomienda utilizar mejor otro tipo de utensilios y reducir el uso de carbón y leña al cocinar.
¿Es bueno tomar remedios herbolarios para tratar el cáncer?
No, no es recomendable, ya que muchos de estos compuestos herbolarios, aunque son naturales, pueden tener interacción con el tratamiento que se está dando al paciente, hay algunos que incluso disminuyen la absorción del medicamento. Muchos de estos remedios e incluso tés, pueden ocasionar interacciones con el tratamiento y en algunos casos, aumentar los síntomas de los efectos adversos.
¿Cuándo te tratan el cáncer nunca vas a poder volver a comer harina o azúcar?
Lo cierto es que todos, no solamente los pacientes con cáncer, deben cuidar su alimentación, y más por la genética que tenemos. Debemos moderar el consumo de harinas refinadas, de azúcares refinadas y de alimentos procesados. Esto no quiere decir que nunca más lo vamos a poder comer, una cosa es comerte una rebanada de pastel en tu cumpleaños y otra es comer donas 3 veces al día.
¿Se tienen que tomar suplementos cuando se tiene cáncer?
No, en la mayoría de los casos se pueden obtener los nutrientes de la alimentación, existen sus excepciones, lo que sí es cierto es que por el hecho de tener cáncer, no significa que hay que empezar a tomar vitaminas y minerales.
La quimioterapia y las nauseas
Los pacientes que están en tratamiento con quimioterapia como con radioterapia suelen tener eventos adversos, los más molestos sin duda son el cansancio, las náuseas, la diarrea y también pueden tener cambios en la percepción del sabor y el olor de la comida.
Tratamos de dar un buen aporte nutricional dando alimentos que no tienen olor fuerte, alimentos frescos y poco caldosos y manteniendo bien hidratados a los pacientes.
Es una etapa difícil pero que pasa y podemos preparar nutricionalmente a un paciente antes de su tratamiento, mantenerlo bien nutrido durante y posteriormente enseñarle a comer bien para su mantenimiento.
¿Cómo es un plan nutricional para un paciente con cáncer?
Primero se hace una historia clínica y una evaluación del estado nutricional, hay que saber el tipo de cáncer que padece, la etapa en la que se encuentra y el tratamiento que va a recibir o está recibiendo.
Con todo esto se diseña un plan nutricional que contempla no solamente la parte nutricional sino también la inmunonutrición, buscando la salud de su microbiota intestinal y favoreciendo un ambiente donde esté regulada la inflamación. Cada tratamiento es personalizado y va variando en cada etapa del tratamiento pre-durante y post quimio/radio o inmunoterapia.
Gran parte del trabajo también es enseñar al paciente a comer bien para evitar que se vuelvan a dar las condiciones para que vuelva a aparecer el cáncer, se le hacen recomendaciones para que tenga actividad física y en caso de ser necesario se refiere a terapia física o terapia ocupacional.
Siempre se tiene contacto tanto con el oncólogo, el cirujano, el psicólogo y demás especialistas que atienden al paciente para estar alineados y poder ayudar desde la parte inmuno-nutricional a nuestro paciente.