Dr Gerardo Gamba
Director de Investigación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y Jefe de la Unidad de Fisiología Molecular, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene un posdoctorado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. Ha recibido los premios más importantes para científicos en México como el Premio Nacional de Ciencias y Artes, 2010, máximo galardón que da el Gobierno de México a sus científicos, académicos y creadores sobresalientes.
TW: @gerardo_gamba
¿Qué sabemos?
Sobre medicamentos: Vimos nacer, crecer y morir el uso de la hidroxicloroquina, la azitromicina, el dióxido de cloro, diversos antivirales y más recientemente la ivermectina.
Estudios pequeños iniciales observacionales sugerían utilidad, pero no resistieron el escrutinio de un ensayo clínico controlado.
Hasta el momento la dexametasona ha pasado la prueba. El remdesivir también, pero muy apenitas.
Sobre contagios: Sabemos que las enfermedades más comunes del ser humano se contagian por aerosoles y el contacto personal. Qué son útiles las medidas de sana distancia, el uso de mascarillas, y evitar el tumulto de personas en lugares poco ventilados.
Con esto no sólo se logró atenuar en algo la morbimortalidad del COVID, sino que también salieron perdiendo fueron las gripas y la influenza. No vimos a estas enfermedades en la época invernal como era de esperarse.
¿Qué no sabemos?
No sabemos porque hay personas que hacen una respuesta tan grave que los lleva a la muerte.
La respuesta inflamatoria es mayor para personas con las comorbilidades que ya sabemos, pero hay gente que tiene una respuesta inflamatoria gravísima y seguimos sin saber por qué, aun cuando parecen ser muy sanos, jóvenes, delgados, etc. Al día de hoy, no hay una respuesta.
Tampoco se sabe por qué hay casos en los que la gente no tiene problemas respiratorios graves, pero si mueren por trombosis, aun siendo gente joven. No hay una respuesta para esto, todavía.
¿Qué ya no es necesario?
Limpiarlo TODO: Al inicio de la pandemia se generó la información de que el contagio del SARS-CoV-2 podría obtenerse a través de tocar superficies en las que hubieran quedado virus. Por ejemplo, en las chapas de las puertas, productos comprados en supermercados e inclusive, que el virus podría venir en la suela de los zapatos.
A un año de declarada la pandemia hemos aprendido que el contagio por tocar superficies contaminadas con el virus es prácticamente inexistente.
NO HAY EVIDENCIA de que enfermos se hayan contagiado por tocar superficies, lo cual hace que no sea necesario la extensiva higienización de diversos lugares.
Los tapetes ya los podemos guardar.
Guantes: Después de un largo período de uso, los guantes pueden ensuciarse y contaminarse. En estos casos, si una persona toca su cara puede ser susceptible a contraer la enfermedad. Quitarse los guantes sin contaminarse las manos no es sencillo, requiere de una técnica específica. Se recomienda el lavado de manos después de su uso.
Quitarse y lavar la ropa inmediatamente: Si solo saliste a pasear al perro o fuiste al mercado, no es necesario lavar la ropa. Pero si tuviste que ir al hospital y estuviste rodeada de muchos enfermos, es probable que sí necesites hacerlo.
¿Qué sí es necesario?
Cubrebocas: Lo que ya se ha establecido es que el SARS-CoV-2 es un virus que claramente se transmite por aerosoles. Por eso, las medidas más certeras para evitar la infección son usar mascarillas para evitar esparcir el virus.
Sana distancia: Por el momento, debemos seguir socializando en grupos de pocas personas y en lugares al aire libre o, cuando menos, ampliamente ventilados.
Vacunación: Sí es necesaria la vacunación en quienes ya tuvieron COVID. Un estudio recientemente publicado en la revista Science el 25 de marzo, muestra datos que argumentan a favor. Con el tiempo han surgido variantes del virus que contienen mutaciones que las hacen más transmisibles porque los cambios que tienen hacen al virus más afín por su receptor. Las más temidas son la variante Británica B.1.1.7, la Sudafricana B.1.351 y la Brasileña P.1. Las tres tienen las mutaciones N501Y y la D614G que son las que las hacen más afín al receptor y más transmisibles. Aunado a esto, cada una tiene una serie de mutaciones adicionales. La variante Sudafricana B1.351 es la más peligrosa, por lo que el estudio mencionado se concentró en dos variantes de este linaje.