Dra Adriana Bonansea Frances
Recibida de medica en la Universidad Nacional de Rosario Argentina. Doctorado en Medicina Universidad Nacional de Rosario – Argentina. Especialista en Pediatría. Entrenamiento en Pediatría en Long Island Jewish medical center en New York y en Tuft University en Boston. Especialidad en Alergia e Inmunologia en Kansas city. Actualmente medica Clínica en alergia e inmunologia en Florida Center for Allergy and Asthma Care en la ciudad de Miami
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¿Qué es una alergia?
Es una reacción inflamatoria anormal del organismo frente a sustancias del medio ambiente o alimentos que nos rodean
En general no nacemos con alergias sino con la predisposición genética para desarrollarlas
O sea, nuestro organismo está preparado para responder en forma anormal a ciertos alérgenos y luego de la exposición reiterada a ellos, en algún momento empezamos a tener síntomas.
Si nuestros padres o nuestros abuelos son o han sido alérgicos, sin duda, tendremos ese componente genético
Estamos expuestos desde el embarazo
Estamos expuestos a los alérgenos desde el útero materno, porque mamá consume alimentos y está expuesta al medioambiente, y alguno de ellos podría sensibilizarnos.
Se dice que en general después de los 2 años de edad, podemos empezar a presentar síntomas ante alergenos ambientales.
No así con los alimentos, porque estamos expuestos a ellos desde antes de nacer y luego con la lactancia materna.
Por lo tanto, es posible desarrollar alergias a cualquier tipo de sustancia que nos rodea o ingerimos.
¿Cómo trabaja el sistema inmune ante una alergia?
El sistema inmunológico es el que vigila que TODO funcione como debe ser en nuestro organismo, son como las fuerzas de seguridad, el ejército-policía que controla nuestra aduana, y permiten el paso de las sustancias beneficiosas y evitan la de agentes nocivos que nos perjudican como los virus y las bacterias.
En la alergia ocurre una “reacción equivocada” frente a “cosas”, (alérgenos), con las que estamos en contacto de forma habitual (polvo, plantas, animales, alimentos, fármacos, etc) y que no tendrían por qué alterar nuestro sistema inmunológico.
Entonces, se producen reacciones inflamatorias que provocan los síntomas típicos de la alergia.
Alergias más comunes
la rinitis alérgica
conjuntivitis
asma
eccema
urticaria
alergias a los alimentos.
Alérgenos
Los alérgenos pueden ser medioambientales, como:
el polvo
los insectos
la caspa de los animales
los pólenes de las hierbas o de los árboles
los hongos de la humedad o los alimentos
Y medicamentos que podemos ingerir o que se administran por inyectables.
Síntomas
Podemos tener síntomas de alergia en diferentes partes de nuestro cuerpo.
Cada persona tiene un “órgano de choque”, o sea, una parte del organismo que reacciona más fácilmente a la alergia.
Por eso, las alergias pueden afectar la nariz, los ojos, los bronquios, el aparato digestivo o la piel.
ENTONCES, los síntomas de alergia dependerán de nuestro órgano de choque.
Si es la nariz, habrá estornudos repetidos, aumento de las secreciones nasales, goteo casi permanente, picazón, congestión, respiración por la boca.
Si es en los ojos, se ponen rojos, llorosos y pican. También podemos tener ojeras bastante oscuras y a veces se hinchan los párpados.
Si es la garganta habrá dolor o picazón, dificultad para tragar o respirar, a veces tos seca.
Si es en los bronquios, tendremos los típicos síntomas de asma, silbidos, dificultad para respirar, falta de aire, tos, sensación de opresión en el pecho.
Si las alergias afectan el aparato digestivo habrá vómitos, a veces diarrea, y generalmente ronchas en la piel.
Si los síntomas son en la piel, habrán ronchas o eccema
Si los síntomas son muy severos se puede llegar a la reacción anafiláctica en que se cierra la garganta, se hincha la lengua, los labios y hay gran dificultad para respirar necesitando atención médica de emergencia.
¿Cómo se diagnostican?
La parte más importante para el diagnóstico es la historia clínica completa y un buen examen físico porque hay signos que nos indican la presencia de alergias.
Luego se hacen pruebas en la piel. Se expone la piel a diferentes alergenos de acuerdo a la historia clínica y se ve cómo responde.
Si una persona es alérgica tendrá una pequeña roncha en la zona donde se colocó el alergeno.
Una vez que se tiene el diagnóstico sobre el tipo de alergias y el/los alergenos que la producen se recomiendan diferentes tratamientos.
Tratamiento
Dependiendo el tipo de alergenos se recomiendan cambios en el ambiente, como:
no tener alfombras en la casa
cubrir colchones y almohadas con un forro hipoalergénico
aspirar los pisos frecuentemente
no barrer
no usar ventiladores de techo.
Mantener bajos los niveles de humedad en la casa.
Si la persona es alérgica a los pólenes, no salir a la calle en la mañana ya que el pico máximo de los pólenes se produce entre las 4 y las 10 de la mañana y luego bajan.
Protegerse y en lo posible no salir a la calle los días de mucho viento.
Si las alergias son en la piel, tomar duchas cortas y tibias, usar productos suaves, sin perfume, humectar la piel diariamente y evitar contacto con los alergenos que producen reacción.
En general se prefieren tratamientos locales, o sea, si los síntomas son nasales, sprays nasales en forma diaria.
Si son en los ojos, gotas oculares antialérgicas.
Si la persona se diagnostica con asma, dependiendo de la severidad se recomiendan inhaladores con corticoides y/o broncodilatadores diarios, con un inhalador de emergencia para los momentos en que se necesite.
También hay otros medicamentos, llamados antileucotrienos que ayudan mucho.
Si los síntomas son muy severos se pueden agregar antihistaminicos
En general estos tratamientos ayudan con los síntomas y disminuyen la inflamación
¿Qué onda con las vacunas?
El tratamiento más efectivo es la desensibilización, lo que comúnmente se conoce como vacunas para la alergia.
Este tratamiento no es un medicamento, es un extracto purificado de los alergenos que producen alergia.
Es un tratamiento largo ya que produce un cambio en el Sistema inmune que genera tolerancia contra los alergenos.
Se empieza con dosis muy bajas para que no haya una reacción alérgica y darle tiempo al organismo a producir anticuerpos y otras sustancias que lo protegerán de la reacción alérgica.
Primero, se hacen semanalmente hasta alcanzar la dosis y concentración máxima
Una vez alcanzada esta dosis, se continúa la misma cada 2 semanas y luego una vez al mes.
El tratamiento completo debe durar entre 4 y 5 años para que sea efectivo y proteja por muchos años.