Tere Díaz
Psicoterapeuta y especialista en desarrollo personal
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“Antes de convivir, las parejas deshacen la cama haciendo el amor.
Después, cuando conviven, muchos recorren el camino inverso:
deshacen el amor por no hacer la cama”
Antoni Bolinches, en Sexo Sabio
• Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad escogemos libremente -por atracción, enamoramiento o amor- a la persona con la que queremos compartir la vida o al menos un buen y sustancioso tramo de esta. Y pareciera que tan pronto el amor se consolida, se empieza a resquebrajar. Y es que en la sociedad contemporánea no esperamos, que nuestra pareja nos mantenga, nos contenga y nos dé hijos para criar; de hecho muchas parejas ni siquiera buscan dichos acuerdos, pero lo que casi nadie niega es que busca pasión, deseo, buen acompañamiento y experiencias eróticas que produzcan vitalidad y bienestar en su relación.
• El amor tiene muchas caras, sí, pero el amor erótico propio de la vida de pareja, en este siglo de la libre elección, muere por falta de deseo y de variedad. Y es que, beleive it or not, el deseo crece en la ausencia y el amor requiere la presencia. ¿Cómo conjugar esta combinación contradictoria para hacer que una pareja pueda durar, y durar bien?
Cómo funciona la mujer, el cuerpo, el erotismo y la atracción
El problema de falta de deseo tiene más qué ver con la abundancia que con la escacez, con la transparencia que con el misterio. Por eso:
• No confundas cantidad con calidad. “Es mejor que falte un poco – y se desee más- a que sobre y hostigue la relación”.
• El sexo gratificante y duradero depende de los estrógenos y la testosterona pero no sólo de eso. Checa tu funcionamiento hormonal, pero el sexo sabio requiere un marco de buena comunicación y entendimiento para lograr el equiblirio entre lo que deseas hacer, lo que nos podemos permitir y lo que podemos aceptar.
• El otro ha de ser siempre un misterio. Y no me refiero a una mentira, pero no puedo saber todo del otro.
• Proyectos de vida separados. ¿Tú y yo somos uno mismo?
• Saturación. El exceso de cercanía, convivencia, insistencia, y de sexo saturan.
Todas las razones por las que las cabronas enloquecen a los hombres
• Rutina. ¿Siempre lo mismo? Evidentemente no podemos andar del “tingo al tango” todas las noches. Pero, ¿por qué no crear escenarios diferentes para los encuentros sexuales?
• Celos. Los celos “generan una pseudoseguridad” pero son mata pasiones. Sentirse controlado, acotado, poseído, vigilado, hace que el deseo decrezca.
• Demasiada confianza da asco. Los espacios privados de higiene personal, ir al baño, etc., se hacen en privado. El deseo requiere cierta idealización y enamoramiento.
• El comportamiento mismo del deseo. El deseo crece en la ausencia, distancia, opacidad.
• Crea espacios de intensidad emocional. ¿Acaso no en las películas de ciertas emociones la adrenalina, el logro conjunto y el desafío de retos, predisponen a la conexión y el enamoramiento?
Lo que nadie nos dijo sobre la seducción
• Aprende a seducir. En el sentido más amplio de la palabra.
• Lo sensorial importa. Los sabores, texturas, colores, variedad en las experiencias sesoriales nos contactan con el cuerpo y despiertan nuestro erotismo.
• Mastúrbate. Si no conoces tu respuesta sexual, no esperes que el otro to conozca más y mejor que tú. El autoerotismo despierta el erotismo común.
• Cuida tu salud física. Al final la respuesta erótica se monta en la dimensión corporal. Si el cuerpo falla, el sexo no marcha.
• Atrévete a transgredir. Lo prohibido (al menos para tus o sus cánones) siempre invita a cruzar líneas y a crear interés.