Laura Rojas Marcos
Doctora en Psicología clínica y de la salud. Investigadora, conferencista, psicoterapeuta, docente y escritora. Lic en Psicología Clínica en la Universidad de Nueva York. Es miembro de la Real Academia Española de Doctores. Miembro de la Asociación Americana de Psicología. Ha sido seleccionada como una de las Top 100 mujeres líderes e influyentes de España. Es autora de varios artículos publicados y los libros Hablar y aprender, El sentimiento de culpa, Somos cambio y La Familia: de relaciones tóxicas a relaciones sanas.
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Faltar el respeto: Insultar, humillar, burla, agresividad. La acumulación de estas faltas de respeto puede causar que se deteriore el amor. Tomar el control de las decisiones importantes sin tener en cuenta a la otra persona es otra forma de faltarle al respeto. Este es uno de los errores de pareja más comunes, pero podemos evitarlo. Es importante recordar que su opinión cuenta y que nuestra pareja estará feliz de que le hagamos partícipe de las cosas.
Quejarse continuamente: La queja constante es uno de los mayores inhibidores del deseo y del amor. Hay gente que comparte todas sus tensiones con su pareja y, como resultado de esto, tenemos entonces a dos personas tensas. Por otro lado, una queja puede ser una forma de agresión cuando se emite con el objetivo de hacer pagar al otro un daño que sentimos que nos ha hecho. Detrás de toda queja hay una petición encubierta: indaga con tu pareja. Por ejemplo, si se queja de algo que los niños hacen, es probable que su petición es que sea que le ayudes con eso. Si por otro lado, eres tú el quejoso, pide con claridad lo que necesitas.
Manipulación emocional: La manipulación emocional es una de las prácticas más utilizadas en el campo de batalla de la pareja. De forma inconsciente o voluntaria se exige a la otra persona que actúe según los propios deseos o necesidades, utilizando vilmente los sentimientos como arma. El silencio, las amenazas directas o veladas, los celos, o incluso una actitud victimista, son algunas de las estrategias más comunes. El juego de manipulación deja de tener poder sobre uno mismo cuando se reconoce como tal. Y aludir a los propios sentimientos o sensaciones resulta mucho más eficaz que emplear un tono acusador, que suele generar más barreras y reacciones defensivas en vez de mayor comprensión.
No hablar, comunicar y compartir: La comunicación es uno de los pilares fundamentales en cualquier relación. Si funciona, si está cuidada, si hay un respeto y un espacio para que los dos miembros de la pareja expresen, habrá una herramienta importante y eso será un factor de protección ante cualquier situación que haya que afrontar en el presente o en el futuro. Por el contrario si la comunicación falla, el resultado puede llevar a continuas discusiones y enfrentamientos o también a la falta de ella, es decir a la no comunicación, a “vivir como extraños”.
Mostrar falta de interés: no preguntar por el otro ¿cómo estás? ¿Necesitas algo de mí? Actitud desinterés. ¿Dejas de escuchar y desconectas cuando tu pareja te está relatando con todo detalle e ilusionada una situación concreta que le ha pasado en su trabajo?, ¿se te ha olvidado felicitarle por su cumpleaños?
Sentimiento de derecho: exigir y expectativas de derecho. “Tú me debes”. No usar por favor ni gracias y hablar en imperativo: “tienes que” “dame”. Pedir es sano, exigir es destructivo.
No colaborar y contribuir a la relación y esperar que el otro lo haga todo: Cargar y poner todo el peso en el otro. La apatía generalizada es como si fueras un mero espectador y no el protagonista de la relación, te dejas llevar, dejas de hacer, no actúas. No te implicas para nada en la pareja, dejas que los días vayan pasando y que de esta forma sea el tiempo y la rutina la que dictamine el éxito o el fracaso final de la relación.
Falta de honestidad: no compartir tu verdad sobre lo que quieres, esperas y tus prioridades. Aunque a medida que la relación avanza vamos conociéndonos más, es un error creer que la otra persona debería saber lo que queremos, sentimos o pensamos. Ideas del tipo “Ya debería saberlo” son las que nos conducen a problemas de comunicación típicos como responder con un “Nada” o un “Tú sabrás” cuando nos preguntan si nos pasa algo. Por lo general, compensa repetir las cosas las veces que sea necesario en lugar de callarse y dejar que la frustración se acumule.
Mentir: Engañar, deslealtad y la infidelidad también entra aquí. Las relaciones de pareja se basan en la confianza. Aunque se dice que existen las mentirijillas piadosas, para que una relación se mantenga fuerte no deberá haberlas entre ambos. La verdad, tarde o temprano, siempre sale a la luz. Las mentiras pequeñas también influyen y son uno de los errores de pareja más graves. El otro puede pensar que si mentimos en algo pequeño, podríamos hacerlo con algo más grande.
Falta de gestos de afecto: Caricias, mirar a los ojos, besos, abrazos, ser cariñoso. Uno de los principales errores de pareja es que, a medida que pasa el tiempo, nos olvidamos de recordarle a nuestra pareja lo importante que es para nosotros. Obviamos los gestos cariñosos y los pequeños detalles. Por eso, debemos tomarnos tiempo y darles la importancia que se merecen. El amor debe cultivarse y cuidarse todos los días.