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2024-11-20 03:33:18

Día de la libertad de expresión

México está considerado como el país más mortal para los periodistas, sin contar zonas de guerra.

junio 7, 2019

Max Kaiser
Fundador del Centro para la Integridad y la Ética en los Negocios (CIEN). Es autor
del libro “El combate a la corrupción, la gran tarea pendiente en México”.
Twitter:@MaxKaiser75

Día de la libertad de expresión en México
Se conmemora desde 1951 (fue instituido por el Presidente Miguel Alemán)
No confundir con el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que acaba de pasar (3 de mayo)
En México, la libertad de expresión está garantizada en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El artículo 6 señala lo siguiente:
La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado”.

México está considerado como el país más mortal para los periodistas, sin contar zonas de guerra. Es uno de los cinco países más peligrosos del mundo para ejercer la profesión.
Durante 2018, murieron 11 profesionales de los medios en el curso de su trabajo
Desde el año 2000, al menos 144 periodistas han sido asesinados en territorio mexicano, de acuerdo a Reporteros sin Fronteras

Estos son los países en los que murieron más periodistas en el curso de su trabajo durante 2018:
Afganistán: 16
México: 11
Los estados con mayor número de homicidios de periodistas son Veracruz, Tamaulipas, Guerrero, Oaxaca y Chihuahua.
Yemen: 8
Siria: 8
India: 7
Estados Unidos: 5

Entre los países con el mayor número de periodistas encarcelados en 2018 están:
Turquía: 68
China: 47
Egipto: 25
Arabia Saudita: 16
Eritrea: 16

Se trata de una de las columnas vertebrales de la democracia, pero sólo cuando se entiende desde tres dimensiones diferentes:
Como un derecho ciudadano, primero
Como una obligación del Estado, segundo
Pero también como una responsabilidad social.

Hay dos errores comunes cuando hablamos de derechos básicos de las personas: pretender que son absolutos, y olvidar que se requiere de un aparato estatal que los garantice.
El primer error surge cuando se olvida que las personas vivimos en sociedad, es decir, a lado de otras personas que gozan de los mismos derechos. Si todos pretendemos que el derecho propio se expanda sin límite, la consecuencia natural es que, eventualmente, chocarán con los derechos de otras personas. Para eso se necesita al Estado. Su función básica es justo la de crear límites razonables, administrar esos límites y regular esos límites. Esto no sucede de manera natural, y por eso es una responsabilidad social el desarrollo y la evolución de las libertades en un país. Adaptarlas al contexto social y exigir que sean efectivas. Por eso es importante hablar de las libertades desde las tres dimensiones propuestas

La libertad de expresión como derecho
Desde la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, documento burgués que surge de la revolución francesa, se entiende la libertad de expresión como un derecho natural e inalienable de hombre.
Esta corriente política inaugura un modelo que rige hasta nuestros días: las mujeres y hombres nacemos con derechos, y por eso creamos al Estado, para que los cuide.
Es decir, el Estado existe para cuidar tres tipos de derechos: los de igualdad, los de libertad y los de seguridad jurídica.
Tres esferas que se convierten en la razón de ser de ese aparato llamado gobierno. Este es el nacimiento del Estado moderno.
A partir de este momento, todas las constituciones del mundo empiezan a incluir catálogos de derechos en esos tres aspectos, y a diseñar sistemas de gobierno capaces de defenderlos.
A partir de este momento, la libertad de expresión se entiende como la posibilidad de creer y pensar lo que yo quiera, y expresarlo a través de cualquier instrumento, sin censura previa, ni consecuencias negativas posteriores.
Es algo que la persona ejerce sin oposición. Y los únicos límites razonables son: que el ejercicio de tu derecho te lleve a cometer un delito, que afecte el derecho de terceros o que provoque la alteración del orden público.

La libertad de expresión como obligación del Estado
Para que una sociedad diversa, plural, compuesta de personas diferentes pueda ejercer este derecho, se requiere de un aparato estatal que haga dos cosas: se autolimite en su actuación para no invadir mi derecho, y que me ayude a limitar el de aquellos que se excedieron y afectan el mío.
Es decir, la libertad de expresión vista como una obligación del Estado implica la autolimitación, y la obligación de cuidar el debido ejercicio de esta libertad entre los individuos.
En este momento, el mayor reto del Estado Mexicano es la protección de la libertad de ciudadanos que son violentados por otros ciudadanos.
Según la organización “Artículo 19”, del 2000 al 2019, 126 comunicadores han sido asesinados. La mayoría de estos, de profesionales que se dedicaban a reportar asuntos relacionados con el crimen organizado.

Según la organización “Reporteros Sin Fronteras” México está en el lugar 144 de 180 en la CLASIFICACIÓN MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA 2019 porque: “México sigue siendo uno de los países más mortíferos del mundo para los medios de comunicación. Si los periodistas cubren temas relacionados con la corrupción de las autoridades (sobre todo los gobiernos locales) o con el crimen organizado, padecen intimidaciones, agresiones, pueden ser asesinados a sangre fría.
Numerosos periodistas han desaparecido en el país; muchos otros se han visto obligados a exiliarse para ponerse a salvo”. La función de guardián del derecho es muy compleja y está en constante evolución.
Las sociedades cambian y los distintos derechos de los que gozamos los ciudadanos se tienen que adaptar a esos cambios. La forma más eficaz y profunda es a través de la resolución de casos que retan los conceptos previos y generan nuevas discusiones sobre los derechos, en un nuevo contexto.
Las nuevas tecnologías y plataformas ponen a prueba la capacidad del estado y de la sociedad para generar nuevos equilibrios entre el ejercicio de la libertad de expresión y el resguardo de la privacidad, dignidad y derechos de las otras personas.

La libertad de expresión como responsabilidad social Las democracias sólo evolucionan a través del libre flujo de información e ideas. Las sociedades y los gobiernos sólo pueden desarrollarse si las personas tienen la mayor y mejor información posible, para tomar buenas decisiones. Así, la libertad de expresión también es una responsabilidad social, que se cumple cuando coinciden 5 elementos:
Lo que digo tiene sustento
2. Es útil
3. Genera debate
4. Respeta la dignidad de terceros
5. Doy la cara
Cuando se juntan estos 5 elementos, no sólo es el ejercicio de un derecho, sino la acción de un ciudadano responsable que los utiliza para el bien de la sociedad que habita. En el día de la Libertad de Expresión, asumamos el compromiso de ejercer este derecho como un instrumento de cambio, que nos lleve a un mejor país.

junio 7, 2019